Tom Symonds/BBC News
Los luchadores se miran fijamente, listos para el enfrentamiento. De
pronto, uno se lanza hacia delante, hacia un choque de mandíbulas. El suelo se
salpica de sangre.
El perro más ligero está ganando, no suelta a su oponente. El negro ha
perdido la capacidad de contraatacar. Ahora, simplemente lucha por la
supervivencia.
Eventualmente, intenta caminar, pero se derrumba. Las piernas ceden. La
cabeza golpea el suelo.
La lucha ha terminado. Muere al día siguiente.
Los perros no hacen este tipo de cosas naturalmente, dicen los expertos.
Pero muchos son entrenados por hombres que sonríen, alientan y hacen
apuestas, mientras sus animales se hacen pedazos.
Es el perturbador mundo de las peleas de perros organizadas.
Y una investigación de la BBC sobre este tema acaba de poner al descubierto
una red de tráfico ilegal de perros de pelea que se extendía desde Europa del
Este hasta Gales.
En 2016 la organización benéfica británica League Against Cruel Sports
(LACS) compartió información exclusiva con la BBC sobre las peleas de perros.
Un grupo de ex oficiales de policía habían identificado a jugadores clave
en la escena internacional.
"Todavía se organiza una cantidad significativa de peleas",
explica Martin Simms, jefe de investigaciones de LACS.
Solo en el último año la organización recibió cerca de 100 llamadas sobre
peleas de perros.
La organización benéfica tenía pruebas de que determinada gente estaba
criando, entrenando, comprando y vendiendo a perros de pelea, sobre los que
apostaban.
Mucha había sido obtenida gracias a la ayuda de internet.
Los combates entre animales son un pasatiempo antiguo, pero, como muchas
subculturas, ahora también ha encontrado un lugar en la red de redes.
"Grandes campeones"
Para los "hombres de los perros" -casi siempre son hombres-, la
reputación es la moneda que importa.
Así, hoy en día los méritos de los perros y sus propietarios se discuten en
Facebook, en foros privados especializados y, entre los involucrados, en las
aplicaciones de mensajería.
A veces se comunican en abierto, utilizando una terminología que el lector
promedio podría no entender.
Un perro puede aparecer descrito como un Gran Campeón (Gr Ch), un cinco
veces ganador o un campeón (Ch) con tres victorias.
Y no hablan, precisamente, de competiciones legales para perros.
Mark Randell, ex detective de la policía, dirige Hidden-In-Sight, una
agencia de investigaciones privadas especializada en delitos contra los
animales.
Él fue quien dirigió la investigación de LACS hasta 2017.
"El símbolo 'Ch' se usa en los círculos de los clubes caninos, pero en
un contexto diferente", explica. "Aquí el símbolo 'Ch' al lado de un
perro grande y musculoso con una cadena y lesiones faciales siempre se refiere
a peleas de perros".
Randell identificó a unos 70 británicos relacionados con las peleas de
perros.
Pero los investigadores de LACS habían trabajado de manera encubierta para
reunir las pruebas.
Así que publicarlas hubiera sin embargo puesto al descubierto sus
indagaciones, por lo que en 2017 comenzamos nuestra propia investigación sobre
las peleas de perros a nivel internacional.
Y elegimos a un objetivo prometedor.
Red europea
Ivaylo Nikolov tiene 37 años, es inteligente y sociable y habla inglés. Es
originario de la ciudad búlgara de Ruse, sobre el Danubio, en el norte del
país.
Ivo, como es conocido, está relacionado con una compañía que compra, vende
y transporta perros por todo el mundo.
Los Balcanes se convirtieron en el centro del negocio de las peleas de
perros en Europa.
A Ivo le gustaba documentar su trabajo en Facebook, y LACS reunió
publicaciones que sugieren que viajó a unos 29 países, incluido el Reino Unido,
con sus perros.
Y en los mensajes, las actualizaciones de su estado y los registros
encontraron pistas interesantes.
Una de las imágenes que encontraron sugiere que los animales que transporta
no son precisamente mascotas. En ella, se intuye que un perro había destrozado
los barrotes de la jaula en la que viajaba.
En otras ocasiones tuvo deslices y usó terminología de peleas de perros.
Había que averiguar más sobre él.
La carnada
Le pedimos a Sylvia(nombre ficticio), una investigadora italiana por el
bienestar animal, que empezase a mandar mensajes de WhatsApp a Ivo.
Sylvia le dijo que tenía parientes interesados en comprar un determinado
tipo de perro.
Uno de esos parientes era Nik. Más viejo y con una barba impresionante,
estaría a la altura.
Nik provenía de una zona rural del norte de Italia y no hablaba inglés.
Sylvia haría de traductora.
Ninguno era experto en perros de combate, pero un ex oficial de policía con
décadas de experiencia en este tema que también trabajaba para la BBC les
aconsejó sobre la terminología que debían usar.
Sylvia le mandó a Ivo una foto de una falsa nota manuscrita con una lista
de los perrosque les interesaban. Al final de la misma, también había una lista
de la compra, como si les hubiera acabado el papel.
Sylvia le mandó a Ivo una lista con los perros que supuestamente quería.La
lista de los perros incluía algunos para la caza, pero también pitbulls, la
raza preferida para las peleas de perros.
Los American Pitbull Terrier están prohibidos bajo la controvertida Ley de
Perros Peligrosos de Gran Bretaña.
'Un perro muy bueno'
Ivo cayó en la trampa. El trato siguió adelante. A medida que pasaban las
semanas, nos olvidamos de los perros de caza.
Finalmente, Ivo les ofreció a Sylvia y Nik un "perro muy bueno".
"Confiable y listo para el encuentro", escribió en un mensaje.
Nik aseguró que "apostaría mucho dinero por él".
El precio sería de unos 3.400 dólares más costos. El perro lo entregaría el
contacto de Ivo, una perrera en Moldavia que está a un día en coche desde
Bulgaria.
Llegados a este punto, ya habíamos aprendido mucho sobre Ivo y sus perros.
El vendedor internacional no había dudado a la hora de demostrar sus
credenciales.
Sus mensajes de WhatsApp pusieron al día a Sylvia y Nik sobre el mundo de
las peleas de perros.
Les mandó un video de un "encuentro", en el que aparentemente se
veía a los perros que había mencionado en los mensajes peleando en un lugar no
revelado de Europa del Este.
Sylvia recibió el informe del encuentro. "Victoria en una hora y 17
minutos", decía uno de los mensajes.
Las peleas a veces se alargan hasta las dos horas.
Dos semanas después estuvo ocupado planeando un viaje al Caribe, donde
esperaba ver siete peleas de perros.
Pero finalmente mandó un video de lucha en el que aparecía un perro que
estaba vendiendo.
El video es difícil de mirar.
Al final los dos perros están cubiertos de sangre. Los hombres que los
rodean sostienen unos palos que utilizan para separar a los animales. También
ellos tienen las manos llenas de sangre.
La confrontación era lo que se conoce como un "roll": un combate
informal que a veces sirve para demostrar la disposición de un perro para
pelear.
"Amor de verdad"
Ivo se ofreció a llevar a nuestros investigadores encubiertos a una de
estas pruebas.
"Nos divertiremos", aseguró.
Parecía tener un amor genuino por los perros, pero también por las peleas.
A estas alturas, creía que nuestros investigadores compartían sus sentimientos.
Ivo dijo: "Siempre es una gran alegría encontrarme con gente con un
deseo tan grande como este, y no estoy hablando de ventas, dinero ni cosas así.
Sólo hablo del amor de verdad por el juego".
Sin embargo, el dinero sí importaba. Ivo estaba tan impresionado con el
perro que vendía que quería apostar por él "cuando esté listo para
jugar".
Lo que no teníamos era la dirección de su casa, y tampoco la de las
perreras a las que estaba conectado.
Había tenido cuidado de no revelar esta información clave.
Así que comenzamos a planear organizar una reunión. Todo lo que había
sugerido era ilegal en Bulgaria.
Mientras tanto, la información de LACS nos llevó a valiosas fuentes sobre
combates de perros online.
Encontramos sitios web especializados donde los propietarios registran los
pedigríes de sus perros y, a veces, los resultados de sus peleas.
No usan sus identidades reales, sino que se esconden detrás de apodos o de
los nombres de sus perreras.
El vínculo con Gales
En 2014 alguien que usaba el nombre The Gameyard publicó una foto de un
pitbull llamado Iceboy.
¿Quién era Iceboy, y, lo más importante, quién era The Gameyard?
La pista estaba en el fondo de la imagen, que identificamos por las formas
de las colinas y los edificios cercanos: era Merthyr Tydfil, en el sur de
Gales, en Reino Unido.
De hecho, logramos identificar la ubicación exacta en la que se tomó la
fotografía: un campo de hierba cercano a la casa de Kerry Evans, involucrado en
peleas de perros.
En 2014 fue declarado culpable de mantener o entrenar a Pit Bull Terriers,
pero en ese momento no fue sentenciado a prisión.
Las peleas de perros en el Reino Unido son un crimen que conlleva
sentencias de seis meses, dictadas por un magistrado y no por un tribunal de
primera instancia.
Los activistas insisten en que eso tiene que cambiar.
Decidimos controlar más de cerca a Evans, o más bien a sus perros, por lo
que comenzamos a examinar la "estirpe" del animal.
La estirpe es un concepto crucial en las peleas de perros. Los perros que
se desempeñan bien en las peleas son muy valorados.
A los que se muestran reacios a pelear se los aparta.
Un perro de lucha pasa sus habilidades a su descendencia. Y las estirpes de
los mejores perros son muy valoradas.
Algunos se vuelven legendarios.
Uno, llamado Chinaman, era conocido por seguir peleando a pesar de estar
gravemente herido. Su estirpe y su nombre se transmitieron a innumerables
animales de todo el mundo.
En los sitios web de pedigrí, el padre de Iceboy figuraba como
"Aspen", un perro criado por "Tomy Kennels".
¿Y quién es Tomy Kennels?
Volvamos a nuestro distribuidor búlgaro, Ivaylo Nikolov, o, según su perfil
de Facebook, Ivaylo Tomy Flyman Nikolov.
Tomy Kennels está directamente vinculado a Ivo.
Tenemos pruebas de que Ivo proporcionó perros a Kerry Evans en el Reino
Unido, posiblemente para criar.
Una publicación en Facebook mostraba que a uno de sus perros, llamado Aspen
y catalogado como campeón, lo llevaron al Reino Unido en 2016. Puede que se lo
utilizaran para criar a varios perros de combate británicos.
Hasta el momento, nuestros investigadores encubiertos, Sylvia y Nik,
estaban progresando mucho.
Habían acordado reunirse con Ivo en Bucarest, un punto intermedio desde su
casa en Bulgaria hasta las perreras en Moldavia, donde recogerían al perro de
pelea que habíamos pedido.
La BBC no estaba dispuesta a poner 3.400 dólares en el bolsillo de alguien
involucrado en peleas de perros, por lo que había que gestionar el encuentro,
en un restaurante de hamburguesas, con cuidado.
Capturado por nuestras cámaras ocultas, Ivo llegó. Los detalles finales del
acuerdo se acordaron cara a cara.
Los papeles moldavos
El criador de perros moldavo de Ivo les estaba dando lo mejor de la camada,
explicó.
"Tiene a los mejores. O va a los encuentros o me llama y me dice:
'Estos son los dos o tres mejores. Si tienes un buen cliente, puedo vender,
nada más'", aseguró Ivo.
Sylvia preguntó cómo haríamos pasar al perro por los controles de aduanas.
Transportar a un perro para utilizarlo en peleas es ilegal.
Ivo dijo que su contacto en Moldavia "en realidad es veterinario
público en su región" y puede emitir "cualquier documento que
queramos".
Pero afirmó: "Cuando viajas con papeles moldavos tienes que pasar
muchos controles, así que hice documentos búlgaros, y también análisis de
sangre y certificados de exportación".
A menudo cambian la raza exacta de los perros para que se más difícil para
los funcionarios de aduanas detectar si incumplen leyes como la Ley de Perros
Peligrosos de Gran Bretaña.
Los microchips para perros también los puede insertar cualquier persona que
tenga el dispositivo adecuado.
La hora de la verdad
Al salir del restaurante, llegó la hora de enfrentarse a Ivaylo Nikolov.
Aparentemente aturdido al ser expuesto, se negó a hacer ningún comentario.
"No te conozco, no quiero hablar contigo", dijo.
Perseguido por un equipo de cámaras de la BBC, intentó escapar. Pasó de
largo de su auto, que estaba estacionado cerca, quizás para evitar que las
cámaras captasen la matrícula.
En realidad, ya habíamos identificado la matrícula, que aparecía brevemente
en un video que él había enviado previamente a nuestros investigadores
encubiertos.
Nikolov se negó a responder a cualquiera de nuestras preguntas. Pero, un
par de días después, la cuenta de Facebook que según lo que les había dicho a
nuestros investigadores era crucial para lo que hacía, estaba cerrada. Los
enlaces de YouTube que había enviado también desaparecieron.
No respondió a nuestros intentos adicionales de contactarlo.
Un amor "obsesivo"
Las peleas de perros son ilegales en la mayoría de los países desarrollados
del mundo.
En Reino Unido la ley prohíbe no solo hacer pelear a perros sino también
tener perros de pelea, entrenarlos para pelear, intercambiar animales e incluso
filmar peleas sin una buena razón.
Mike Butcher, de la RSPCA, una de las organizaciones por el bienestar
animal más importantes en el Reino Unido, Mike Butcher, está fascinado por los
delincuentes relacionados con peleas de perros que conoció en las redadas con
la policía.
Tienen "un amor obsesivo"
por los perros, asegura.
"En algunas casas les decíamos que nos llevábamos el dinero, las
drogas, el arma. Y te dicen: 'Sí, pero no a mi perro'. Los he visto atacar a
cuatro o cinco policías, o romper a llorar", explica Butcher.
Sin embargo, las peleas de perros organizadas inevitablemente resultan en
muertes de animales y heridas graves.
El árbitro generalmente no tiene poder para detener la pelea. Sólo una
fatalidad o un dueño que retire a su perro ponen fin a la crueldad.
En LACS creen que las peleas de perros no se están tratando adecuadamente.
Luchan por un registro nacional de propietarios a los que se les ha
prohibido tener perros, por una revisión de la Ley de Perros Peligrosos y por
sentencias más severas.
Su investigación suscita inquietudes no solo sobre las peleas organizadas
de alto nivel sino también sobre el uso de perros por parte de las pandillas
callejeras.
El mes pasado se incautaron tres perros en una propiedad de Escocia.
Los propietarios de perros de pelea también tienen más probabilidades de
estar involucrados en otro tipo de delitos graves.
Además, hay grupos de "aspirantes" a tener perros de pelea que
están obsesionados con la cultura de los perros "fuertes".
Se trata de perros que puede que no participen en los partidos pero que
están entrenados para ser agresivos, con lo que aumenta el riesgo de lesionar a
otros animales y personas.
Durante nuestra investigación obtuvimos imágenes de perros a los que
pateaban o levantaban por la mandíbula para fortalecer su mordedura.
Un escalofriante video sobre un caso de peleas de perros en Irlanda del
Norte mostraba a hombres haciendo bajar a un gato de un árbol para que el perro
que había en el suelo pudiera destrozarlo.
Las investigaciones adicionales de la organización proporcionaron una lista
más amplia de posibles sospechosos.
Se inició una investigación sobre la crueldad contra los animales.
En cuanto a Ivo, después de exponerlo desactivó sus perfiles en las redes
sociales y, lamentablemente, el perro que nos ofreció sigue en el mundo de las
peleas.
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