Por
EFE
FRANCIA.– Un tribunal de
Tulle (centro) inició este lunes el juicio a una mujer que, después de haber
dado a luz en solitario y de forma clandestina, mantuvo a su hija oculta
durante dos años en un sótano y en el maletero de su coche aislada de todos,
con el resultado de que ha quedado minusválida de por vida.
Rosa María Da Cruz se
enfrenta en este proceso, en el que comparece libre, a una pena de 20 años por
el cargo de violencia habitual contra una menor a la que le causó una
enfermedad permanente.
“France Télévisions” señaló
en su página internet que aunque inicialmente el juicio se había programado
durante dos semanas, su duración se va a reducir y la sentencia se debería
conocer este mismo viernes.
El caso salió a la luz
después de que el 25 de octubre de 2013 unos mecánicos abrieran el maletero del
coche que les llevó Da Cruz al taller de la localidad de Terrasson Lavilledieu.
Lo hicieron porque escucharon una especie de gemidos.
En presencia de la madre,
descubrieron a Séréna, una niña que estaba desnuda con aspecto muy descuidado,
rodeada de excrementos y de bolsas en un ambiente pestilente.
Los servicios de emergencia
que acudieron a prestar los primeros auxilios dijeron que podría haber muerto
en media hora de seguir cerrada allí.
Había nacido el 24 de
noviembre de 2011 en Brive la Gaillarde al término de un embarazo que Da Cruz
ocultó a todo el mundo, incluido al progenitor, Domingos Sampaio Alves, según
las conclusiones de la instrucción.
Por eso las sospechas
iniciales contra él quedaron archivadas y no se sienta en el banquillo.
La defensa de la madre, que
tiene ahora 50 años y otros tres hijos, afirma que hay que entender la
situación porque se negaba a sí misma “hasta el extremo” su propio embarazo,
del que sostiene no haberse dado cuenta hasta el octavo mes de gestación.
Desde el nacimiento dejó a
la bebé en una sala del sótano de su vivienda pero cuando un tiempo después su
pareja perdió el trabajo y pasaba mucho tiempo en casa, la tenía la mayor parte
del tiempo en el coche, porque Domingos no lo utilizaba ya que no conduce.
Séréna, que tiene ahora 7
años y vive con otra familia a la que las autoridades han atribuido su tutela,
es incapaz de hablar y sufre un síndrome de autismo irreversible, situación
que, según un informe judicial médico, está directamente relacionada con las
condiciones que tuvo en sus dos primeros años de vida.
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