Por Amauris
Taveras
Por CocacolaJourney.com.
Para conocer el nacimiento de la bebida más famosa del mundo hay que remontarse
a finales del siglo XIX. En Georgia (Atlanta, Estados Unidos) vivía el doctor
John Stith Pemberton, un químico y farmacéutico de la ciudad cuya curiosidad y
afán por innovar le llevó a crear el refresco más vendido en nuestros días.
Georgia fue el estado
pionero en adoptar la ley seca en Estados Unidos,
renunciando a la venta y al consumo de bebidas alcohólicas durante un periodo previo experimental en los años 1886 y 1887.
renunciando a la venta y al consumo de bebidas alcohólicas durante un periodo previo experimental en los años 1886 y 1887.
En ese tiempo, el sector
industrial crecía a un ritmo considerable, y con él las largas jornadas de los
trabajadores, que demandaban productos estimulantes que les ayudaran a sobrellevar
el esfuerzo diario.
Pemberton pasó muchas
horas mezclando ingredientes para crear un jarabe contra los problemas de
digestión y que, además, aportara una suficiente cantidad de energía (una nueva
bebida “estimulante y vigorizante” fue el reclamo de la publicidad de Coca-Cola
en sus inicios). Entre otros muchos remedios y elixires de la época, había algo
distinto en el preparado de Pemberton: el sabor único que caracteriza a
Coca-Cola, y que el farmacéutico de Atlanta consiguió mezclando en su
laboratorio ingredientes naturales como la hoja de la planta de coca, la nuez
de cola y el agua de soda. Era el 8 de mayo de 1886.
John
Pemberton buscaba crear una bebida energizante y dio con la receta más famosa
del mundo.
Con el sirope en una
jarra, Pemberton se dirigió hacia la hoy famosa farmacia Jacob’s, donde cada
vaso de sirope, con hielos y mezclado con agua carbonatada, comenzó vendiéndose
al precio de 5 centavos. Poco a poco esta nueva bebida fue haciéndose un hueco
entre la sociedad local y se fue infiltrando en la vida cotidiana de los
norteamericanos.
De
un preparado medicinal a una marca conocida mundialmente
Frank M. Robinson, el
contable de Pemberton, fue quien sugirió el nombre con el que la bebida se hizo
conocida e incluso dibujó el logotipo pensando que las dos C mayúsculas
crearían un diseño vistoso y que todo el mundo recordaría.
A lo largo de 1888, el
doctor Pemberton fue vendiendo pequeñas porciones de su negocio y, poco antes
de su muerte, se deshizo de lo que le quedaba a Asa G. Candler, cuya
perspicacia en los negocios le hizo comprar derechos adicionales y tomar el
control. Pemberton murió sin conocer el éxito mundial de la bebida que había
creado.
El mito de la receta de
Coca-Cola nació en 1892, cuando Asa G. Candler introdujo algunos cambios en la
composición original y los transmitió en secreto a sus hijos y herederos: de
este modo únicamente ellos podrían fabricar la exitosa bebida.
Coca-Cola,
Pemberton murió sin
conocer el éxito mundial de la bebida que había creado.
Durante 1895, Coca-Cola
dejó de ser un preparado medicinal para convertirse en una de las bebidas más
populares de América del Norte: su eslogan pasó a ser “deliciosa y
refrescante”, y comenzaron a extenderse las fábricas fuera de Atlanta,
expandiéndose por Estados Unidos y las vecinas México y Canadá. En ese momento
aparecieron los dos primeros embotelladores oficiales: Benjamin Franklin Thomas
y Joseph Brown Whitehead.
Una
botella inconfundible para un sabor único
Ya a principios del siglo
XX Coca-Cola quiso que no solo el sabor de la bebida fuera claramente
identificable y único, sino también su botella: debía ser curvilínea, muy
reconocible (incluso en la oscuridad o rota) y no debía tener etiquetas de
papel. Así que la compañía contactó con 10 compañías cristaleras y les lanzó el
reto.
La
botella Contour
El diseño de la icónica
botella Contour está inspirado en las formas de una vaina de cacao.
El 16 de noviembre de
1915, la Root Glass Company de Terre Haute, Indiana, registraba la patente de
la nueva botella. Su diseño, creado por un equipo en el que participaron C.J y
William Root (los dueños), el sueco Alexander Samuelson (el capataz) y los
empleados Earl Dean y Clyde Edwards, estaba inspirado en las formas de una
vaina de cacao, ovalada y con unos surcos muy característicos.
Este diseño fue el claro
vencedor cuando los directivos de Coca-Cola y sus socios embotelladoras se
reunieron a principios de 1916 para escoger la botella que usarían a partir de
entonces, aunque se acordó que las formas se suavizarían ligeramente para
facilitar la producción, dando lugar al diseño que hoy todos conocemos y
reconocemos.
En la década de los años
20 la compañía comenzó a embotellar en Europa, llegando también a nuestro país
en 1953.
Hoy, más de 130 años
después del genio de Pemberton, podemos respirar aún ese espíritu emprendedor
capaz de inspirar momentos de optimismo y felicidad y, por supuesto, de
refrescar al mundo. Y es que en todo este tiempo Coca-Cola no ha dejado de
evolucionar y seguir recorriendo el camino de la innovación que abriera el
inventor de Atlanta.

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