La vida de cuatro niños
con una condición en común que, sin proponérselo y de repente, se encuentran
unidas por una acción del Despacho de la Primera Dama.
Probablemente Dylan Chaín,
Ghía Marie, Zahir Manuel y Dilan Albieri no hubiesen sabido uno del otro jamás.
A pesar de haber nacido todos con una discapacidad llamada hipoacusia bilateral
profunda, una sordera que los mantiene totalmente ajenos al mundo y sus
melodías.
No fue sino hasta ahora
que la vida los colocó en el mismo lugar y con un propósito en común: escuchar
por primera vez.
Propósito que se veía cada
vez más difícil y más lejos para padres trabajadores y de escasos recursos.
Justo como lo cuenta María
Cristina Liranzo: “Cuando nosotros empezamos a ver esos precios, se nos apretó
el pecho, se nos paró el tiempo ahí”.
Un acuerdo firmado entre
el Despacho de la Primera Dama y el Ministerio de Salud Pública de Cuba
transformó la historia de estas familias de la angustia a la confianza.
La intranquilidad de los
padres por no poder pagar el costo de una operación para que sus hijos puedan
escuchar, ya es pasado.
Hoy son los nervios de
alegría y la ilusión que da la espera de buenas noticias, las que se empacan en
una maleta rumbo a Cuba. Sus hijos pronto van a escuchar.
El Despacho de la Primera
Dama se lleva a Dylan Chaín, Ghía Maríe, Zahir Manuel y Dilan Albieri junto a
sus padres para ser beneficiados con un implante coclear. Un dispositivo médico
que les devolverá la audición y la oportunidad de ponerle música y voz a sus
sueños y esperanzas, bajo el lema de inclusión y de igualdad de las políticas
públicas del gobierno de Danilo Medina.
Después de tocar tantas
puertas, la historia de estos niños llegó a la puerta correcta y la encontraron
abierta. María de Lourdes Pérez lo sabe y antes de irse a Cuba, lo agradece
entre lágrimas: “Después de tocar tantas puertas, una sí se abrió” y lo mejor
de todo es que las puertas del Despacho de la Primera Dama se mantienen
abiertas siempre para todos los dominicanos y dominicanas.
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