Nerys
Grullón, de 45 años y quien reside en Brooklyn, relató en la oficina de su
abogado James Brauchle, que vivió un infierno
La
dominicana Nerys Grullón, de 45 años, y quien reside en Brooklyn, demandó a
Delta Airlines por maltrato y secuestro.
MIGUEL
CRUZ TEJADA
NUEVA YORK. Una
trabajadora social dominicana en la Administración de Recursos Humanos de Nueva
York (HRA) está demandando por una suma millonaria no especificada a la
aerolínea estadounidense Delta Airlines, cuyo personal supuestamente la sacaron
por la fuerza de un avión que abordaba en agosto de 2016 y la encerró
ilegalmente en una habitación.
Nerys Grullón, de 45 años
y quien reside en Brooklyn, relató en la oficina de su abogado James Brauchle,
que vivió un infierno porque la aerolínea la mantuvo bajo un trato
irrespetuoso, con brutalidad y sometida a amenazas y presiones en el cubículo
de la terminal de la citada terminal área del Este de la República Dominicana.
Grullón cuenta que la
situación comenzó cuando pidió que su madre fuera transportada, como se estila
con todos los envejecientes y personas con alguna discapacidad, en silla de
ruedas desde el área de abordaje a la nave, pero que le respondieron de manera
hostil y grosera.
Afirma que enfrentó a
parte del personal de Delta a los que les dijo “palabritas” no muy agradables
en inglés y español.
Asegura que luego de que
fue llevada a la fuerza al cubículo de interrogatorios, un empleado de Delta la
amenazó con que ella sería sexualmente violada en una cárcel local, donde la
llevarían por supuesta perturbación.
Grullón reclama que sufrió
encarcelamiento injusto, difamación y la imposición intencional de angustia
emocional, de acuerdo con su demanda presentada el jueves de la semana pasada
en la corte federal de Brooklyn.
“Ella ahora está
aterrorizada de la República Dominicana. Ella no ha ido de vuelta, no va a
volver. Ese es su lugar de nacimiento, dijo su abogado.
En agosto de 2016, Grullón
y miembros de su familia llegaron al aeropuerto de Punta Cana. Se habían pasado
la última semana con familiares en la República Dominicana.
Según la Grullón, su madre
tuvo que caminar hasta la puerta del avión, lo que ocasionó que las dos
quedaran entre los últimos viajeros a bordo.
Según la demandante, las
bolsas de otros pasajeros tomaron el espacio de ella y un asistente de vuelo
comenzó a gritarle grosería y que tendría que comprobar sus paquetes.
El asistente volvió con un
compañero de trabajo que exigió a Grullón que no había otra historia que contar
(versión de los hechos), sólo que ella dijo que aseguró sus bolsas.
Asegura que la operadora
le dijo que sería expulsada de la aeronave y que un agente que estaba en la
puerta llegó y presuntamente la sostuvo a la fuerza por un brazo, halándola al
pasillo y sacándola fuera de la aeronave.
Agrega que el empleado de
Delta la maldijo en español supuestamente delante de los demás pasajeros y la
tripulación.
Algunos familiares de
Grullón trataron de seguirla, pero los empleados de Delta los amenazaron con
que iban a ser detenidos, según la demanda.
Mientras tanto, Grullón dijo
que el mismo agente de la puerta y dos de seguridad del aeropuerto, todos
hombres, la llevaron a una habitación privada.
Al parecer, comentaron
sobre su apariencia física y dijeron que la cárcel local era un lugar
desagradable. Uno de ellos le dijo a Grullón que seguramente sería violada y
destrozada, mientras estuviera en la prisión, según la demanda.
La amenazó con ser
encarcelada hasta por tres años por haber maldecido y amenazado a uno de los
asistentes de vuelo y causar una perturbación en el avión.
El agente se rio mientras
ella lloraba, dice la demanda de Grullón.
Llamaron a un fiscal que
se presentó, pero dudaba de que contra Grullón se había cometido algún delito,
según la demandante.
La aerolínea insistió en
que Grullón firmara un papel de liberación o de lo contrario, convencerían al
fiscal de que las leyes en realidad ella las había violado.
El abogado Brauchle dijo
que la liberación legal no se sostiene porque Grullón firmó bajo presión.
Grullón dijo que
permaneció seis horas encerrada en la habitación. El jurista explica que la
querellante encontró una habitación de hotel y tomó otro vuelo a Nueva York al
día siguiente en Jet Blue.
La demanda de Grullón
alega que “perdió tiempo de trabajo, experimentó y continúa experimentando
vergüenza, humillación y angustia mental y física”. Diario Libre
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