Hediberto
Pichardo. MA
La biblia, el libro sagrado, el más leído y
traducido del mundo conocido está lleno de sabiduría con la cual podemos
conducir nuestra vida por el camino correcto. En el nuevo testamento
encontramos en el evangelio de Lucas 6:43-44 donde Jesús decía lo siguiente:
por sus frutos los conoceréis. Esta frase ha sido muy utilizada por los
políticos contemporáneos de nuestra república.
Uno de cuyos personajes políticos consideramos
que hace honor a la frase anterior lo fue Jimmy Carter, presidente 39 de los
Estados Unidos de Norteamérica, quien sustituyó a Gerard Ford en 1977 y gobernó
hasta 1981, es decir 4 años, pues cuando opto por la reelección fue derrotado
por Ronald Reagan.
Jimmy Carter desde nuestro humilde punto de vista
fue un presidente ejemplar cuando dirigió los destinos de esa gran nación, la
más poderosa desde este último siglo XX.
Para defender la tesis planteada en el título de
este trabajo, tendremos que decir que Carter les dio un buen trato a los países
latinoamericanos en su cuatrienio de mandato.
Es preciso puntualizar que en la época en que
Carter fue presidente el mundo atravesaba por la llamada guerra fría, el
conflicto ideológico que luego de la segunda guerra mundial enfrento a las dos
superpotencias vencedoras de esa conflagración mundial: Estados Unidos y Unión
Soviética. Ese conflicto fue sobre una lucha entre dos sistemas económicos: el
capitalismo defendido por los Estados Unidos y el comunismo aupado por la Unión
Soviética.
Visto lo anterior se deduce que para cualquier
gobernante estadounidense aquella época era muy difícil en todos los aspectos,
no solo político, sino también económico.
Carter cosecho gran éxito en materia de política
exterior por varias medidas que tomo, entre las cuales se puede señalar la
firma de un acuerdo con la Unión Soviética, el establecimiento de relaciones
diplomáticas con China.
Pero el éxito de la política exterior del nativo
de Georgia, no solo abarco el continente asiático, sino que también en nuestra
América Latina firmo acuerdos importantes con algunos países, como lo fue la
firma del tratado Torrijos-Carter con el gobierno de Panamá, mediante el cual
se estableció que para el inicio del año 2000 la administración del canal de
Panamá pasaría de manos norteamericanas a manos panameñas. Dicho acuerdo fue
firmado en 1979 en Washington.
Debemos recordar que el canal de Panamá es una
importantísima obra de ingeniería que une los océanos Atlántico y Pacífico,
acortando la distancia en términos comerciales y facilitando de hecho el
comercio. Esta trascendental obra fue construida por los Estados Unidos entre
los años 1904-1914.
También nuestra amada nación fue beneficiada por
la brillante política exterior de Carter, pues este presidente criticaba los
gobiernos autoritarios, presentes en la mayoría de las naciones
latinoamericanas para la época en la que le toco gobernar. En la nación fundada
por duarte gobernaba entonces Joaquín Balaguer, el cual tenía 12 años en el
poder gobernando con métodos autoritarios y con el apoyo de los Estados Unidos.
Para las elecciones de 1978, el pueblo harto de tanta represión y crímenes
decidió llevar a las presidencia a un hombre honesto y democrático, nos
referimos al hacendado cibaeño Antonio Guzmán Fernández. En dicho certamen
electoral los militares balagueristas intentaron desconocer la voluntad popular
expresadas en las urnas y en ese preciso momento para evitar la continuidad del
régimen opresor colorado el presidente Carter presiono para que Balaguer
reconociera su derrota y acertara los resultados. Ya sabemos que ocurrió así
mismo pero que el doctor maniobro y se quedó con el control del senado, lo que
provocaría garantizar impunidad para sus colaboradores y así evadir la
justicia.
Carter también fue un defensor de los derechos
humanos y sometió al congreso un proyecto mediante el cual se establecería
sanciones contra los gobiernos que violaban estos derechos. De esta manera se
aplicaron dichas sanciones a los regímenes de los países: Mozambique, Etiopía,
Paraguay, Cuba, Vietnam, Camboya, Chile, Argentina, Uganda.
El estadista norteamericano se ganó el respeto de
muchos líderes incluyendo el del líder cubano Fidel castro.
Quizás nos preguntemos porque Carter no pudo
reelegirse y la respuesta se debió al infructuoso resultado del intento por
rescatar a los rehenes norteamericano de la embajada estadounidense en Irán,
donde fueron retenido 52 ciudadanos del país del norte y su liberación tardo
bastante tiempo, suficiente para que el presidente se desplomara en las
encuestas y perdiera de manos del republicano Reagan.
Al concluir este articulo expresamos nuestra
profunda admiración a Carter el cual aún vive a sus 92 años y que bueno que el
mundo reconoce su legado al otorgársele el premio nobel de la paz en el año
2002.
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