´´Al
principio fue muy difícil, no tenía dinero y tomé un préstamo
Por Raquel Salas/rsalaspcad@gmail.com
Continuando con nuestro compromiso
de resaltar los valores y cualidades de quienes dejan sus orígenes y terminan
haciendo estas tierras tan suyas que apuestan y siembran sus sueños en ella…,
para esta semana les presentamos al señor Rafael Silverio.
Rafael Silverio decidió dejar su humilde
pueblo natal, El Copeyito de Nagua, en busca de un mejor futuro para él y los
suyos, y en esa gran búsqueda, sus metas, sueños y esperanzas terminaron
ancladas en Bávaro Punta Cana.
PCAD.
¿Quién es Rafael Silverio?
RS: Bueno, me defino como un hombre
incansable en el trabajo
PCAD:
¿De dónde vienes?
RS: Soy oriundo de Copeyito, Nagua, un
campo arrocero, muy laborioso y productivo, pero a los 15 años por motivos de
estudio me fui a La Vega a estudiar agronomía la cual por necesidades económicas
no pude terminar, solo pude hacer un año en esa área.
Luego emprendí, tuve que irme a la
zona de Puerto Plata buscando nuevos horizontes, allí despegue en el área hotelera
con apenas un cursito de inglés que hice, me fue bien en la zona que dure 12
años trabajando como guía turístico, hasta que el turismo comenzó a caer allí,
entonces puse una fábrica de jugos que se hizo muy popular: ´´SILVERIO JUICE´´.
PCAD:
¿En qué año y por qué vino para Bávaro?
RS: Llegue en el 2002 por una oferta de
trabajo, vine como gerente de una empresa de fotografía, no sabía de fotografía
nada, pero al hablar idiomas esa empresa me hizo una oferta tentadora para esos
tiempos.
RS: El Burén nace de un sueño, fui
hotelero, fui camarero y al llegar a la zona cuando salía a comer sentía que aquí
hacía falta un restaurante criollo y sobre todo servicio porque en aquellos
tiempos los restaurantes de la zona no tenían un buen servicio y cuando llegaba
un dominicano era como si hubiese llegado nadie, ese trato a mí no me gustaba,
siempre decía que iba a poner un restaurante y así lo hice, abrí el 14 de julio
del 2003.
PCAD:
¿Cómo fueron los inicios?
RS: Al principio fue muy difícil, no tenía
dinero y tome un préstamo contando con gran pare del personal que llevaba
cuando era gerente de la empresa de fotografía, te estoy hablando de unas 60/80
personas que siempre me decían que me iban a apoyar pero cuando lo abrí quizás fueron
2 de esas personas, lo cual me afecto porque yo pensaba que contaba con mucha
gente y al final me vi solo.
PCAD:
¿Cuál fue su etapa más difícil?
RS: Cuando vino el ciclón George, yo tenía
apenas 4 meses con el restaurante y ese ciclón arraso, el turismo en Bávaro se
vio muy afectado, hubo mucha malaria, todo inundado de agua y eso me bajo económicamente
el negocio.
PCAD:
¿Cómo logro seguir adelante?
RS: Siempre aparece un Chapulín como
decimos por ahí, e mismo dueño de la plaza (Que en paz descanse) cuando le dije
que no aguantaba más que le iba a entregar el negocio, me contestó que si era
por dinero que no lo entregara, que no era que no le pagara, pero que lo
hiciera cuando mi negocio funcionara, eso fue una gran apoyo.
Pero
el apoyo principal fue mi familia, mis hijos, mi esposa, mis hermanos que han
estado conmigo en todo momento.
PCDA:
¿Qué le motiva continuar adelante?
Mi familia, mis hijos, me gustaría en
un futuro dejarle algo con que vivan, no dinero, pero me gustaría dejarles un
motivo para trabajar, para vivir y tirar Pa´Lante.
PCAD:
¿Cuál considera ha sido su mayor logro?
RS: Mantener un hogar unido, lograr
tener un restaurante y una casa propia.
Hace un mes abrimos ´´La Batea´´ un
restaurante que ha sido construido grano a grano, cada piedra puesta aquí fue
recogida por mí, esto me costó alrededor de 5 años.
Un día se buscaban las piedras, otro
se pegaban, durábamos dos meses sin hacer nada por la situación económica, pero
aunque costó mucho tiempo
y sudor gracias a la perseverancia se logró.
Fuente: Puna Cana Al Día
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