Gran sorpresa y conmoción
ha causado hoy en la ciudadanía la muerte del veterano periodista Rafael Molina
Morillo, quien se encontraba aquejado de varios problemas de salud.
Pese a sus quebrantos, la
pluma de este conspicuo hombre nunca dejó de trabajar. “La pobre UASD” es el
título del que hoy fuera su último buen día.
Hoy reproduce con sus
lectores el último escrito del cariñosamente conocido “El Doctor”:
La
pobre UASD
Nuestra querida
Universidad Autónoma de Santo Domingo, primada de América, reúne más méritos
históricos y académicos que otras casas de estudios superiores en este lado del
mundo.
Sin embargo, hay otra
realidad paralela que se empeña en abrirnos los ojos para que reconozcamos que,
por otro lado, estamos encharcados en un lodazal de ineficiencia que nos define
como un asco, un descrédito y un despilfarro.
¿Cómo
se explica esta contradicción?
Por muchísimos desaciertos
cometidos tanto por la politiquería como por la corrupción, por los propios
estudiantes y por esa equivocada idea de que en todo hogar debe haber colgando
un diploma universitario.
El Estado, por su lado, al
creerse responsable de lanzar más y más profesionales a la calle, aunque no
sepa de dónde sacar dinero para alimentar a ese elefante blanco que es la UASD.
Como parte de la solución
propongo que se establezca un límite de estudiantes que lleguen a la mitad de
los que hay ahora.
A estas ideas locas se
pueden sumar cientos más. Pero por algún lado hay que comenzar. HOY
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