Monseñor
Benito Ángeles entiende que el Poder Ejecutivo y los legisladores son los que
tienen que echar el pleito y ponerse de acuerdo, en un diálogo que sea
razonable y de respeto sobre la temática
TANIA
MOLINA/Diario Libre
SANTO DOMINGO. El tema del
aborto ha vuelto a tomar vigencia tras el veto que hizo el Poder Ejecutivo al
proyecto de ley del Código Penal para que los legisladores contemplen incluir
excepciones a la penalización de la interrupción del embarazo cuando la vida de
la madre está en riesgo, en casos de violación o incesto o cuando el feto tiene
malformación incompatible con la vida.
La iglesia católica, opuesta
a esas excepciones, ha fijado posición al respecto, pero el Arzobispo
Metropolitano de Santo Domingo, Francisco Ozoria, precisa que lo que procuran es
el principio de doble efecto.
“En la doctrina de la
iglesia, siempre se ha defendido y puesto sobre la mesa el principio de doble
efecto, salvar a los dos hasta donde sea posible”, comenta Ozoria, invitado
especial al Diálogo Libre que coordina el director de Diario Libre, Adriano
Miguel Tejada.
Junto a Ozoria participó
monseñor Benito Ángeles, quien entiende que la temática se ha ideologizado, y
se trata con superficialidad. Aclara que no se trata de un asunto sólo de
religión, sino de humanismo.
Pero monseñor, vicario
episcopal de Santo Domingo Este, reconoce que este no es un tema personal y que
para resolverlo, el Poder Ejecutivo y los legisladores son los que deben “echar
el pleito”, y ponerse de acuerdo en un diálogo razonable y de respeto.
“La iglesia nunca se ha
opuesto al principio de doble efecto, y es muy importante tomarlo en cuenta en
una situación médica, pues este tema lo estamos tratando desde la óptica de la
salud, moral y desde el principio ético”.
Señala la necesidad de que
por norma, los hospitales tengan un consejo ético para las cuestiones que
tienen que decidir los médicos, para que no tomen decisiones individuales.
Para Benito Ángeles es una
pena que con toda la discusión se haya ido diluyendo – a su juicio- la
responsabilidad de las condiciones éticas de los centros de salud, y afirma que
las causales del aborto tienen toda una solución ética ya definida.
“Y no se está irrespetando
la vida de la mujer. Lo que se está indicando es que hay que llevar el caso
hasta las últimas consecuencias, que porque un diagnóstico diga que la mujer
está en peligro, no se puede tomar eso como una verdad fundamental, hay que
demostrarlo”. Menciona casos como los embarazos ectópicos, en los que la
iglesia “nunca ha dicho que no se haga un tratamiento médico, pero ético”,
aunque –dice- esos casos son mínimos, como también lo son los de violaciones.
Monseñor insiste en que la
postura de la iglesia no es un asunto de religión, aunque es parte, sino por
humanismo y respeto a la vida humana.
El padre Abraham Apolinario,
que también acompañó a monseñor Ozoria, aclara que, tras el veto presidencial,
no ha habido un distanciamiento de la iglesia como se rumora, y que si su
enlace con el Poder Ejecutivo, el padre Gerardo Ramírez, no se presentó al
Palacio, fue por gripe.
Ideología
de género
Benito Ángeles tiene claro
que el hombre es hombre y la mujer, mujer. También que no hay derecho a que un
Estado pretenda imponer una formación para decirle a los niños que no nacieron
con género. Para el religioso es un tema de respeto a la identidad de la
persona, y pide a todos estar conscientes de que se está tratando de implantar
una ideología de género que no se corresponde con el respeto a la persona.
“El tema es que nosotros estamos
dependiendo de organismos internacionales que quieren imponer sus
conceptualizaciones falaces”, dice.
Apoya
la educación sexual
La iglesia católica
dominicana está dispuesta a apoyar cualquier iniciativa tendente a educar a los
jóvenes sexualmente.
“Una educación sexual seria,
jamás la iglesia se opondrá a eso. Pero una educación seria, apegada a los
principios morales, cristianos, que forme, no que malforme”, advierte Ozoria.
“El
Concordato no es un privilegio, es un contrato”
Para monseñor Francisco
Ozoria, los beneficios que pueda recibir la iglesia católica a través del
Concordato, no son un privilegio. “Se trata de un convenio entre dos Estados,
que no tiene nada de privilegio, pues todo lo que recibe la iglesia por ese
acuerdo, es para beneficio del pueblo”, defiende.
Monseñor Benito Ángeles
menciona, a su vez, la incidencia que tienen en la salud y en la educación, así
como la promoción social que realizan en el campo y en las montañas.
El padre Abraham Apolinario
insiste en que no es un asunto personal, e indica que la iglesia está abierta a
que los organismos del Estado la fiscalicen.
“Cualquier institución que
quisiera verificar el uso que se hace de ese instrumento, tiene derecho a
hacerlo”, indica.
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