Hay que respetar los
sentimientos de los demás, y si no tenemos esa capacidad de respetar esos
sentimientos, pues respetemos a la persona.
Recordemos que aunque
muchos cobran sueldos sin trabajar, hay otros que realizan una labor
diariamente, que son padres y madres, o hijos que ayudan a sus padres, y que
dentro de poco no percibirán esos chelitos hasta nuevo aviso.
Para celebrar no hay que
ofender, pues como le dije a alguien de mi propio barrio el día de las
elecciones, no podemos andar ofendiendo al prójimo sin saber si es esa persona
justamente que nos hará el favor más importante de nuestra vida.
La Junta al final es quién
tendrá la última palabra, y en caso de no aceptar su decisión están los medios
legales para revisar esa decisión. Nadie quiere víctimas en nuestro pueblo.
Nadie.
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