Manila, 12 feb (EFE).-
Unas 350 parejas se dieron el "sí quiero" hoy en Manila en una
ceremonia conjunta cargada de humor y emoción con la que los recién casados
quisieron celebrar el día de San Valentín, una de las fechas más festejadas en
Filipinas.
Los 700 residentes de
barrios humildes de la capital, ataviados con sus mejores galas y acompañados
por unos 500 familiares, abarrotaron el polideportivo de San Andrés, decorado
para la ocasión con arreglos florales y globos en forma de corazón.
La ceremonia, oficiada por
el alcalde de Manila y expresidente de Filipinas, Joseph Estrada, era una
ocasión particularmente especial para muchos de los contrayentes, que por fin
conseguían sellar su compromiso tras años de convivencia y muchos obstáculos en
el camino.
Entre todos los presentes
destacaba la pareja decana, la que más tiempo llevaba de espera para contraer
matrimonio.
"Llevamos 42 años
siendo pareja, tenemos una hija en común, pero no nos pudimos casar antes
porque nuestros familiares no nos lo permitían", cuenta a Efe Eduardo
Muñoz, de 74 años.
Su mujer, Angelina Manalo,
de la misma edad, pertenecía a la Iglesia Independiente de Filipinas, en la que
está mal visto contraer matrimonio con una persona ajena a ese culto.
"En cuanto la vi me
sentí atraído por ella, pero a sus padres no les hacía ninguna gracia que se
casara conmigo porque no era de los 'suyos', así que hemos estado 42 años
juntos sin pasar por el altar por respeto a nuestros mayores", explica
Muñoz ante la atenta mirada de su flamante esposa.
"Hemos convivido
durante cuatro décadas, hemos tenido una hija, pero nada de casarse. Ahora
nuestros mayores están todos muertos... ¡o sea que podemos hacer lo que nos dé
la gana!", exclama aliviado el marido.
La gran mayoría de los
contrayentes, todos ellos de la zona centro de Manila, decidieron pasar por el
altar de esta peculiar forma porque no cuentan con los medios económicos para
hacerlo de otra manera.
"Muchos de estos
ciudadanos están aquí porque quieren formalizar su relación, pero no tienen
dinero para pagar siquiera una iglesia en la que casarse", dice a Efe Joey
Cabresa, director de la Oficina de Registros de la capital.
El Ayuntamiento de Manila
se ha gastado unos 350.000 pesos (unos 6.500 euros o 7.300 dólares) para que
estas 350 parejas puedan formalizar su relación.
"Este tipo de
ceremonias las hacemos todas las veces que podemos, porque para los filipinos
la familia y la unidad son dos conceptos muy importantes", agrega Cabresa.
Además de una ceremonia
gratuita, las novias recibieron un pequeño ramo de flores, los novios una flor
para lucir en la solapa y cada pareja se llevó también algo de comida y un par
de sobres con unos 16 euros o 19 dólares para festejar el enlace.
Una de las parejas ganó un
premio especial de 5.000 pesos filipinos (unos 90 euros o 105 dólares) por
aguantar el mayor tiempo dándose el primer beso de casados, que se prolongó
durante varios minutos.
"Ha sido un beso muy,
muy largo, pero ha merecido la pena", dice a Efe entre carcajadas Nelson
Cruz, de 34 años, que ha contraído matrimonio con su pareja de 11 años y madre
de sus cinco hijos, Denni Samonte.
"Estamos muy
contentos, sí. Ya iba siendo hora", afirma Cruz tras la ceremonia.
Pese a lo especial de la ocasión,
este nuevo matrimonio no se quieren permitir ni un sólo lujo.
"Nos iremos a casa y
seguiremos con nuestro día a día. El dinero del premio lo invertiremos en
nuestro negocio, que es lo que nos da de comer y nos hace felices",
comenta Samonte. EFE
Por Helen Cook
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