En la práctica, a veces
resulta imposible sincronizar el deseo. Un estudio pone en evidencia que un 68
por ciento de mujeres y un 63 por ciento de hombres han salido alguna vez con
alguien cuyo deseo sexual no era compatible con el suyo
´´El matrimonio se acaba
todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo
todas las mañanas antes del desayuno´´. Gabriel García Márquez
Mileyda Menéndez Dávila
16 de Octubre del 2015.- Hombres
y mujeres no se ponen de acuerdo sobre la hora más propicia para mantener
relaciones sexuales. Al menos eso dice un reciente estudio de una empresa
fabricante de juguetes eróticos nombrada Amor y miel, la cual concluye un
reporte afirmando que «la libido masculina toca techo entre las 6 y 7 horas de
la mañana, mientras que la femenina lo hace entre las 11 de la noche y las 2 de
la madrugada».
La sexóloga Ana Sierra
explica que los horarios masculinos están muy condicionados por la
testosterona, hormona erótica que por la mañana «aumenta entre un 25 y un 50
por ciento frente a los niveles de otros momentos del día, generando una fuerte
excitación. En muchos casos los hombres buscan sexo para aprovechar la erección
provocada por este pico hormonal»… pero a esa misma hora las hormonas femeninas
suelen tocar fondo.
Por lo general no es muy
fácil que las mujeres utilicen la cama para algo más divertido que el simple
dormir si no cuentan con una preparación previa que, como hacen los buenos
deportistas, debe comenzar desde las primeras horas de la mañana de cada día, y
si es posible desde el día anterior.
Otro fenómeno que
dificulta acompasarnos nos lo describe la ginecóloga inglesa Gabrielle Downey:
«Las mujeres se rigen más por el ciclo menstrual que por el diario, mientras
que los niveles de ellos bajan y suben en el día cada 90 minutos». Ante
semejante caos biológico, casi parece un milagro que hombres y mujeres sigamos
manteniendo relaciones sexuales sistemáticas.
En la práctica, a veces
resulta imposible sincronizar el deseo. El estudio citado pone en evidencia que
un 68 por ciento de mujeres y un 63 por ciento de hombres han salido alguna vez
con alguien cuyo deseo sexual no era compatible con el suyo.
La escritora feminista
Diana Aller se suma al debate: «Estadísticamente es la noche el momento de ocio
y del disfrute sexual; así son los ritmos impuestos por la sociedad y yo me
adapto a ellos», y añade, irónica: «Si los varones han preferido madrugar para
ponerse a ello, conmigo han disimulado estupendamente y se han sacrificado un
montón para ceñirse a mi supuesto horario perfecto».
Puede que hayan echado
mano de la reserva hormonal que, según los científicos, posee el sexo
masculino: mientras que la libido femenina está sujeta a cambios anímicos, los
hombres disfrutan de una excitación más constante a lo largo del día. Aún así,
solo un 16 por ciento prefiere copular antes de dormir.
Afortunadamente parece que
hay un momento del día en el que el deseo coincide. Un estudio elaborado por la
firma de sofás Natuzzi parece haberlo encontrado, al menos en Europa: «Ocho de
cada diez españoles considera que el mejor momento para el sexo es después de
comer».
Varios expertos están de
acuerdo. La psicóloga Sara C. Mednick recomienda hacer el amor al despertar de
la siesta, «por el beneficioso efecto que tiene el descanso en la libido, pues
esa pausa genera nuevas energías que pueden equilibrarse a través del sexo».
Por su parte, el sexólogo
alemán Walter Ghedin explica que la siesta vespertina es un momento muy
propicio para el coito porque después de almorzar el deseo de varones y mujeres
se pone al mismo nivel: «A esto contribuyen los niveles bajos de melatonina y
cortisol, una hormona asociada al estrés, durante la tarde». Para tener un
encuentro sexual satisfactorio, este especialista aconseja que el almuerzo
previo sea liviano y ligero en alcohol. Pero hay un escollo sobre este asunto:
la siesta, normalmente, se disfruta solo los fines de semana.
La experiencia demuestra
que tener una vida sexual plena pasa por superar los imperativos biológicos y
armonizar de modo consciente las necesidades de ambos miembros de la pareja.
Ana Sierra lo argumenta así: «Tendemos a creer que el deseo aparece de forma
constante y espontánea, pero lo cierto es que hay que generar juego y
comunicación en la pareja (…) y cultivar el erotismo. Por supuesto que está el
tema biológico y también el energético, pero luego está la parte racional, que
puede educarse para mantener y estimular el deseo».
Quizá gracias a estos
esfuerzos, un 66 por ciento de las mujeres y un 50 por ciento de los hombres
aseguran estar en sintonía con los horarios de sus parejas. Según Diana Aller
porque «por mucho que se intenten hacer estudios sobre hábitos sexuales, estos
responderán a condicionamientos sociales y culturales. No creo que por ser
mujer tenga mayor apetito sexual a determinada hora; creo que depende, más
bien, de lo que llamamos homeostasis, esto es la autorregulación interna que
compensa los cambios externos de cada individuo».
Y por último, aunque no
menos importante, está la pasión: mientras exista, siempre se encuentran el
momento y el lugar para consumarla porque, sin lugar a dudas, el mejor
afrodisíaco es el amor. Juventud Rebelde
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