BBC Mundo
"Gracias, Jesús".
Fueron las palabras pronunciadas por Anthony Ray Hilton, de 58 años, tras
recuperar la libertad después de pasar tres décadas en el corredor de la
muerte.
Hinton salió de prisión en el
estado de Alabama, sur de Estados Unidos, tras haber sido sentenciado a muerte
por el asesinato de dos propietarios de restaurantes en Birmingham, la mayor
ciudad del estado, en 1985.
Tras abrazar a sus familiares, visiblemente
emocionado, Hinton resumió la clave del caso en una frase: "Todo lo que
tenían que hacer era examinar el arma".
"Tuvieron toda la
intención de ejecutarme por algo que no hice", dijo el hombre nada más
salir de la cárcel.
Hinton siempre sostuvo su
inocencia en el caso y el año pasado consiguió que se repitiera el juicio.
Nuevas pruebas demostraron que
las balas encontradas en la escena del crimen no procedían del revolver
encontrado en su casa, lo que llevó a la fiscalía a retirar su acusación.
El abogado de Hinton, Bryan
Stevenson, dijo que el caso era un ejemplo de manual de la injusticia en el
sistema penal de EE.UU. y que su cliente fue condenado por no poder pagarse un
buen abogado.
El juicio
John Davidson y Thomas Wayne
Vason fueron asesinados durante un robo en sus restaurantes, en 1984.
Los investigadores se centraron
en Hinton después de que una persona que también recibió un disparo, pero
sobrevivió, lo identificara.
Pero Hinton tenía una coartada que demostraba que estaba
trabajando cuando se cometió el robo.
En el primer juicio, el abogado de Hinton solo contaba con
US$1.000 para contratar a un experto balístico que pudiera argumentar contra
las acusaciones del fiscal.
Hinton
Hinton se emocionó al
salir de la cárcel.
El abogado contrató al único experto dispuesto a hacer el
trabajo por ese dinero y, según reportes del juicio, el jurado llegó incluso a
reirse por las dificultades que éste tuvo para contestar las preguntas de la
acusación.
La Corte Suprema de Estados Unidos sentenció el año pasado
que Hinton no contó con un adecuado asesoramiento legal en el primer juicio y
dijo que el caso debía ser reconsiderado.
Los fiscales decidieron finalmente no volver a acusarlo, por
lo que el caso quedó cerrado.
"Cada día, cada mes, cada año que el Estado le robó, fue
algo que no le puede devolver", declaró Stevenson.
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