Por: TELESFORO A.
ISAAC
“Alégrense los cielos, y gócese la tierra; regocíjese el
campo, y todo lo que en él está”. (Salmo 96:11). Al comenzar el nuevo año 2015,
podemos decir así, con la esperanza que sea de bienaventuranza para de todo el
pueblo.
De todos modos, reconocemos que hay expectativas de
dilemas, contrariedades y desafíos que estarán de manera patentes en
la sociedad dominicana. Habrá cosas buenas y positivas, pero sin duda,
surgirán retos y causas de
contrariedades sobre asuntos políticos, religiosos, derechos humanos, violencia
familiar, justicia, soberanía, corrupción gubernamental, saqueos empresariales,
y muchas otras cuestiones de índole conflictivas.
El inicio de año 2015 nos obliga a reflexionar sobre el
pasado, vivir con cuidado el presente, y
proyectar diligentemente el futuro. Los
políticos, los dirigentes religiosos, los comunicadores, y las personas de
influencia en la sociedad, están llamados a pensar y actuar con sensatez
durante este año, y hacerlo así siempre.
Es de lugar estar preparados mental, espiritual y
emocionalmente para recapacitar y actuar de manera aceptable y satisfactoria
ante las ideas, triquiñuelas, y movimientos
humanos que no se podrán eludir. Ahora y siempre, hay que ir hacia
adelante a todo lo que se presenta de positivo o negativo en el quehacer de la
sociedad. Hay que empeñar sabiduría y buena voluntad, para hacer lo mejor para
el bienestar del pueblo.
Durante los próximos meses, la sociedad dominicana estará en
peregrinación hacia el futuro dando pasos firmes, y tomando decisiones
factibles a fin de alcanzar paz, respeto a los derechos humanos, implementación
de la justicia, mejoramiento económico, estabilidad emocional, elevación
espiritual, prominencia cultural, regulación del medio ambiente, desarrollo continuado, eficiencia en la administración de la
educación, y mejoría en los servicios de salubridad.
Los que vivimos en esta media isla, debemos estar abocados
en aportar buenas ideas, diálogos fructuosos, emprendimiento de actividades que
nos conciernen para cumplir debidamente, y en buena voluntad con la parte que
nos toca en el engranaje de la maquinaria social.
A fin de cumplir el deber, estamos llamados a ser:
honestos, dedicados, transparentes, limpios de corazón, leales, sinceros,
humildes, serviciales, respetuosos, amables, sanos de intenciones, prudentes, y
sentir que somos luchadores responsables en el desempeño del deber.
Debemos evitar lo que ocurre reiteradamente en el mundo y
rehuir lo negativo en la política, e insólito en las divulgaciones religiosas;
pues bien, sabemos que el entramado político puede ser demagogia, y que las
prédicas religiosas de falsos profetas, pueden estar matizadas de
susceptibilidad doctrinarias, intolerancias raciales, diferencias culturales, discrepancias, y un sinnúmero de
otros asuntos que se fundamentan en los sentimientos, y aptitudes
equivocadas asumidas por muchas de
nuestra gente.
Es necesario y conveniente mantener la mente despejada de
prejuicios y estar enfocados en lo que es bueno, saludable y justo. Habrá
incertidumbre en toda la nación en los próximos meses, por ser un tiempo de
actividades políticas en preparación de
las elecciones en mayo del próximo año 2016. Hay que mantener la calma, pensar,
conversar, y actuar con sabiduría y amplitud mental.
El autor es Obispo emérito de la Iglesia
Episcopal/Anglicana. Reside en Santo Domingo.
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