Reynaldo Hernández Rosa
San
Francisco de Macorís.- Releyendo a
Roberto Saviano en su extraordinario relato
de las camorras
en Nápoles, Italia, donde este fenómeno criminal profundamente influido por los medios de
comunicación,, junto a la sociedad, anquilosada ante las
crueldades de lacras
con el poder político, económico y
de matar, hicieron
de ese conglomerado
todo una carnicería fétida.
Guardando algunas
diferencias, nuestra hoy
oblicua sociedad, donde
la impunidad es el norte
a todas las aviesas acciones,
donde quienes nos
dirigen son parte del axial
criminal que observamos.
Los hechos
gansteriles de nuestro
Congreso Nacional, Fuerzas Armadas,
Policía Nacional, todos,
en connivencia con el brazo
armado del crimen organizado nos
están llevando, de
manera acelerada a
las camorras de Nápoles, ya ni siquiera a la
¨¨mexicanizacion¨¨, no, mas aun.
Saviano, hoy en
el exilio luego de
su cortante y corrosiva
obra, donde hace
referencia al clan criminal
que en complicidad con los sectores poderosos
de Napoles engendró
matanzas, crimines, trafico de todo,
de todo, dejando a una
ciudad entera en la indefensión total,
camino hoy a que nos llevan a los
dominicanos.
Nuestra nación
se enrumba por el
mismo sendero, donde un gobierno, al parecer, ajeno a todos
estos acontecimientos sigue silente ,
obviando estos males, los cuales mañana
será harto difícil de
poner muro, dado que
la connivencia de
autoridades, en este caso,
quienes están llamados a protegernos son los
escoltas y lugar
teniente de todo
este tinglado criminal.
En su
puntual relato, Gomorra, Roberto
Saviano, revela que ¨¨para evaluar
la situación de los derechos humanos, debemos observar el precio
a que se venden
a hurtadillas metralletas
como el Ak-47, cuando mas
barata sea la misma, mas se violan
los derechos humanos, mas podrido
esta y arruinado
el armazón de los
equilibrios sociales-
Esto, a
propósito del hecho
criminal conocido donde
la alta oficialidad
de la Dirección Central Anti Narcótico, DICAN, de la
Policía Nacional, donde millones
de pesos en drogas
desaparecieron, llegando a los bolsillos
de toda esta
gavilla de mal agüero.
Las estadísticas abrazan que de cada
diez hechos criminales,
al menos, en ocho están
involucrados miembros activos
de los cuerpos castrenses,
policía y los mal
llamados organismos de
seguridad d el Estado.
En tanto,
esto es parte de lo que nunca se ha
hecho………
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