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El pueblo se desespera

lunes, 5 de enero de 2015

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com
Por: FELIX SANTANA GARCIA
El panorama económico-financiero que vivirán los dominicanos en este año 2015, recién inicia, se presume estará salpicado de más bajas que altas o más sombras que luces si se parte de que la deuda pública seguirá su agitado curso hacia la cima y los gastos superfluos continúan sin control y posiblemente en aumento en este año preelectoral si es que las autoridades y el Todopoderoso no meten sus manos.
Esto así, ya que no obstante los indicadores económico-financieros que expresan que todo anda bien, en el fondo no es así, pues si el dominicano no siente que el crecimiento de la economia no se extiende y sus excedentes no llega como debe ser a los sectores más vulnerables, no tendría sentido seguir luchando para solo presentar en papeles un bienestar que solo disfrutan los privilegiados.

Se puede ser muy optimista en el pensamiento pero si en la realidad las cosas no funcionan como dicen las teorías y las boronas o migajas de ese bienestar no llegan a los más débiles, entonces qué sentido tiene continuar por ese sendero.
Recuérdese que el eminente científico Albert Einstein decía que si se desea obtener resultados diferentes se debe actuar de forma diferente.
Un gobierno que dice y repite las mismas acciones negativas que su antecesor no puede esperar que haya bienestar común.
Las autoridades económica-financieras del país estiman que se podría alcanzar un superavit primario de 0.5% del Producto Interno Bruto(PIB), pero esto no será posible de no aplicarse la cacareada voluntad política de mejorar la calidad y control de los gastos públicos, ya que el problema no son los ingresos sino los gastos.
Si las autoridades fueran obedientes, planificadas, disciplinadas y se llevaran de consejos, las cosas en el país marcharan mucho mejor en la práctica, pero estas solo sueñan, divagan y duermen en sus laureles.
Las autoridades monetarias y financieras pronostican buenos augurios y tienen buenas intenciones pero de antemano saben que muchos de sus pronósticos no se cumplirán porque estos dependen de si se cumplen con las reglas, principios, normas y leyes preestablecidas y, se deja a un lado la politiquería barata y la corrupción.
Una cosa es la política monetaria y otra la fiscal. La primera es administrada por las autoridades monetarias y financieras: Junta Monetaria, Banco Central y la Superintendencia de Bancos y la otra manejada por el Poder Ejecutivo a través del Ministerio de Hacienda y sus dependencias.
La primera vela por la estabilidad de los precios y salud del sistema financiero y la segunda garantiza los ingresos que se aplicarán en gastos corrientes y de capital.
Ambas políticas deben de ir de la mano a los fines de que haya un equilibrio en la economía y en las finanzas. De manejarse sendas políticas de forma irresponsable surgiría un desequilibrio macroeconómico.
Conforme la Programación Monetaria para el 2015 habrá una disminución del déficit cuasi fiscal de un 1.4% del PIB, siempre que el gobierno central cumpla con la Ley No. 167-7 de Recapitalización del Banco Central y esta entidad disminuya las emisiones de nuevos certificados financieros.
Lo anterior traerá como consecuencia una disminución del déficit fiscal del Sector Público Consolidado de 3.8% del PIB al cierre del año y un déficit fiscal del Sector Público no Financiero de 2.4% del PIB, según lo programado.
No obstante el aumento de la demanda interna y las actividades del Sector Exportador, se espera que el crecimiento del PIB para el presente año sea de un 4.5% a 5%, la inflación alcance el límite inferior del 4.0+/-1% de la meta.
En el plano internacional se estima que mejore la economía de los Estados Unidos, lo cual aumentaría el flujo del turismo, divisas y capitales hacia la región pero tendría un impacto negativo en las condiciones de los mercados financieros internacionales.
A pesar de los buenos augurios sobre las condiciones que podrían imperar en la economia y finanzas del país todo dependerá de la voluntad, buenas intenciones y buena gestión administrativa de las autoridades que coadyuvarían a alcanzar las metas que se han formulados.
De no darse tales augurios económicos financieros y seguir aumentando los impuestos y por ende el costo de la vida, la población dominicana registrará una mayor desesperación que posiblemente desemboque en grandes reclamos que pondría en juego la paz social del país.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

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