Muchas mujeres creen que tienen una vagina demasiado
pequeña porque la penetración les resulta dolorosa. Es poco probable que el
dolor se deba al tamaño, sino más bien a una falta de estimulación previa o
incluso a algún problema de salud.
Por eso es importante sacar a la luz los temores y las
dudas y presentarlos ante un especialista, para descartar algún trastorno
importante y para que nos dé una solución que nos permita mantener unas
relaciones sexuales satisfactorias.
Por el contrario, otras mujeres creen que su vag1ina es
demasiado grande y por eso disminuye su sensibilidad durante la penetración.
En efecto, puede ocurrir que tras varios embarazos
cercanos en el tiempo, las paredes de la vagina se hayan dilatado en exceso y
no pueden recuperar su tamaño habitual.
En realidad se trata de una cuestión de tonicidad de los
músculos de la vagina más que del tamaño, por lo que puede solucionarse
ejercitando los músculos vag1inales con unos sencillos ejercicios Kegel.
En cualquier caso, son mínimos los casos en los que el
tamaño de la vagina puede afectar a la relación sexual.
El placer es una cuestión de actitud en la que intervienen
más factores externos que físicos, y el orgasmo se consigue con una práctica sexual
adecuada. Pero como siempre, ante la más mínima duda, conviene acudir al
ginecólogo para que nos aconseje un profesional.
Fuente: http://www.diariofemenino.com/
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