Tierra en tierra
Cada lenguaje tiene su propio nombre para nuestro planeta,
pero todos tienen algo en común: se derivan de una palabra que significa
"suelo", "tierra" o -en ciertos casos- "universo"
o "creación".
En español, proviene del latín "terra" con mismo
significado que el nuestro y relacionado con el verbo "torror", que
significa secar o chamuscar. Se piensa que quizás se debe a que en la filosofía
presocrática, una línea de pensamiento era que la tierra provenía del agua que
se secó.
En inglés, la palabra "Earth" se deriva de la
germana "erde", que significa "suelo".
Las raíces de esas palabras datan de una época en la que
la humanidad aun no sabía que la Tierra era un planeta.
Las palabras sólo significaban el suelo bajo sus pies, y
fueron adoptadas como el nombre del planeta después.
¿Por qué las mariposas no vuelan en línea recta?
Mariposas volando
Las mariposas y las polillas usan sus alas para muchos
propósitos: para volar, como anuncios voladores para alertar cuán venenosas son
y para como camuflaje.
Por ello, son menos especializadas para volar que las de
los insectos que optimizaron su diseño de alas para que fueran aerodinámicas.
Sin embargo, el vuelo errático de las mariposas es una
táctica evolucionaria que hace más difícil que los posibles depredadores
anticipen su trayectoria de vuelo.
Las mariposas más venenosas no necesitan tales maniobras
evasivas así que tienden a volar en línea más recta.
¿Cuál máquina de movimiento perpetuo ha durado más?
Movimiento perpetuo
La idea de una máquina que sigue funcionando para siempre
es un sueño centenario. Hasta Leonardo da Vinci y Robert Boyle presentaron
propuestas.
Ninguna, sin embargo, ha logrado ser perpetua, pues la
pérdida de energía por efectos como la resistencia del aire y la fricción
eventualmente hacen que se detengan.
Lo más cercano a una máquina de movimiento perpetuo es el
reloj Beverly del departamento de física de la Universidad de Otago, en Nueva
Zelanda.
Fue hecho en 1864 y funciona aprovechando los cambios de
temperatura y presión en el aire que le rodea.
Como estos se originan en la energía del Sol y la rotación
de la Tierra, en teoría podrían mantener al reloj funcionando durante millones
de años.
En la realidad, se ha parado en algunas ocasiones, cuando
las condiciones atmosféricas no eran las indicadas, pero hasta ahora siempre ha
vuelto a funcionar.
Hojas de otoño
Los árboles caducifolios pierden sus hojas como parte de
un proceso activo que evolucionaron para conservar recursos y protegerse de los
vientos fuertes durante los meses de invierno.
El proceso es controlado por la hormona auxina.
A medida que disminuye la luz y baja la temperatura, el
flujo de auxina se lentifica y el nivel de otra hormona, eteno, aumenta.
Eso le indica a las células de la base de la hoja que
debiliten las paredes de las células al tiempo que otras células se expanden y
rompen las conexiones con las células debilitadas, como si estuvieran rompiendo
un papel perforado.
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