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¡Por Dios, Israel!

lunes, 21 de julio de 2014

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com
Por: Nélsido Herasme
Es preocupante, porque parece que el gobierno dominicano, su cancillería y sus embajadores diseminados en el mundo no se dan por enterados de la brutal masacre que el gobierno israelí, de Benjamín Netanyahu, está cometiendo contra palestinos en la Franja de Gaza.
¡Santo Dios! Ni siquiera una nota de presa oficial ha salido de las lides  palaciegas en repudio de esta hecatombe, donde niños, envejecientes, discapacitados y mujeres embarazadas han mordido la estopa de la muerte.

Es un nuevo rio de sangre que las huestes asesinas de Israel han provocado contra inocente e indefensas familias que han tenido que abandonar sus barrios.
 Israel, el llamado “pueblo escogido”, utiliza todo tipo de armamentos para enseñorearse, una vez más, sobre Palestina, movilizando tanques e infantería en la Franja, las que ha dejado como secuelas muerte, sangre, llanto, dolor y angustia.
Las zonas más castigadas han sido los depauperados barrios de Beit Hanun y Beit Lahia y las localidades meridionales de Jan Yunis y Rafah, en la frontera con Egipto.
Son más de 300, 50 de ellos niños y menores de edad, las personas fallecidas desde el inicio de la operación israelí en la Franja.
Lo que acontece en estos momentos en la Franja de Gaza, nos trae el triste y frío recuerdo de la matanza de Sabra y Chatila, dos campamentos de refugiados palestinos, holocausto perpetrado por el entonces ministro de Defensa Ariel Sharon y el ejército de Israel en septiembre de 1982, hacen 32 años, cuando entró en la capital libanesa a producir esta terrible matanza. Nadie fue enjuiciado por esta criminal acción, en donde aún persisten los recuerdos.
Se recuerda que el 16 de septiembre de 1982, Los campamentos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila, en el sur de Beirut, fueron escenario de uno de los episodios más atroces de la guerra civil de Líbano, donde guerrilleros cristianos asaltaron los campamentos y asesinaron arbitrariamente hasta a 3.500 refugiados palestinos y chiitas sin distinción de personas.
Ojalá que este nuevo baño de sangre, el cual ha vuelto a dañar la imagen de Israel en el mundo, encuentre el rechazo de los verdaderos cristianos, los que verdaderamente defienden la vida.


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