Mi renuncia del PRD

Por: Nélsido Herasme

Con mis ojos lagrimados y con una mezcla de tristeza y dolor me despido públicamente del Partido Revolucionario Dominicano, organización política en la que creí, luché y trabajé durante 22 años y en la que conocí a grandes y buenos amigos, con especialidad al doctor Emmanuel Esquea Guerrero, a quien agradezco su gran amistad, las que pudimos cosechar y con quién mantuvimos una relación casi de familia al convertirnos en su compadre de sacramento.

En el PRD ejercí el activismo como todo un cuadro, desde la base y desde los medios de comunicación de forma ininterrumpida.

Renuncio del PRD, luego de someternos a un proceso de reflexión que nos llevó casi un año, esperando la superación de una crisis que impidió llegar al poder y que aún hoy amenaza con mantenerlo  fuera.  

A mis ex compañeros de partido, a mis colegas de los diferentes medios y a mis amigos en las redes sociales, a todos les doy las gracias por las expresiones de cariño y solidaridad ante nuestra renuncia del PRD.

Todo nuestro esfuerzo y sacrificio lo colocamos al servicio de una institución política que siempre creímos tenía una deuda pendiente con el pueblo dominicano, a partir de los principios y el gran legado que había dejado el otrora líder José Francisco Peña Gómez. 
Pueden tenerlo por seguro de que muy pronto estaremos cerrando fila en otra organización, en la cual continuaremos nuestro trabajo y en donde nos sentiremos tranquilos y desarrollaremos con libertad el ejercicio político y periodístico.
Ingresamos al PRD en el invierno del año 1992, trabajando la mayoría del tiempo en el Equipo Nacional de Comunicaciones, presidido por Marino Mendoza y Príamo Medina, realizando con éste último el programa Tribuna Democrática, órgano radial del PRD, donde además, llegamos a ser el redactor de prensa de las Comisiones Organizadoras de las Convenciones XVII, en 1999 y de la XXIX en marzo del 2011.

No hay transacción con nuestra forma de pensamiento, porque ello a lo igual que nuestra idea y profesión son una, la cual responden a la objetividad ejercida a favor del interés del conglomerado social.  
En la sociedad civil, en los partidos y movimientos políticos de la República hay gente que se respetan a los cuales admiramos, queremos, seguimos y respetamos.