Los movimientos
antivacunas están generando muchos problemas en todo el mundo. Enfermedades que
habían sido erradicadas se están cobrando vidas y algunos males que eran parte
del pasado están de regreso. La vacunación evita hasta 3 millones de muertes
por año.
Mito N°1: Las vacunas no son necesarias, debido a que con una buena higiene y
servicios sanitarios adecuados las enfermedades pueden evitarse.
FALSO: Las enfermedades contra las
cuales se vacuna regresarán si se detienen los actuales programas de
vacunación. Si bien una mejor higiene, el lavado de manos y el acceso al agua
potable protegen a las personas de las enfermedades infecciosas, muchas
infecciones pueden diseminarse sin importar cuan limpia sea una persona.
Mito N°2: Las vacunas causan autismo.
FALSO: No hay ninguna evidencia que
sugiera que existe un vínculo entre la vacuna y el autismo. En 1998, un estudio
suscitó preocupación en torno a un posible vínculo entre la vacuna contra las
paperas, el sarampión y la rubeola, y el autismo. Pero luego se descubrió que
el estudio era un error, y finalmente la revista que lo publicó retiró el
artículo. Desafortunadamente, la publicación inicial tuvo un impacto negativo
sobre las tasas de vacunación, lo que dio lugar a sucesivos brotes de las
enfermedades contenidas en la vacuna contra sarampión, rubeola y paperas.
Mito N°3: Las
vacunas no son útiles en las personas adultas.
FALSO: Nunca se es demasiado grande como
para no beneficiarse de la aplicación de las vacunas. Muchos piensan que las
vacunas que han recibido siendo niños los protegerán para toda la vida, pero la
inmunidad se desvanece con el tiempo y, además, con el paso de los años las
personas se vuelven más susceptibles a muchas enfermedades (como la gripe, por
ejemplo). Por otro lado, hay vacunas que no existían cuando muchos adultos eran
niños. En la actualidad la protección a través de la vacunación es crítica para
proteger a adultos de enfermedades como la rubeola, el sarampión, la hepatitis B,
la gripe, la enfermedad neumocócica , el virus papiloma humano (VPH), el
tétanos, el herpes zóster.
Mito N°4: La combinación de vacunas para difteria, tétanos y tosferina (tos
convulsa) y la vacuna contra la poliomielitis pueden causar el Síndrome de Muerte
Súbita del Lactante.
FALSO: No existe ningún vínculo causal
entre la administración de vacunas y el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante.
Sin embargo, estas vacunas, como la vacuna contra la difteria, el tétanos y la
tosferina se administran en bebés en edad en que pueden sufrir ese síndrome,
que puede ocurrir independientemente de que sea o no vacunado.
Mito N°5: No existe motivo para ser vacunado ya que muchas de las enfermedades
prevenibles a través de vacunas están prácticamente erradicadas.
FALSO: Si bien las enfermedades
prevenibles mediantes vacunas se han vuelto infrecuentes en muchos países, los
agentes infecciosos que las causan siguen circulando en algunas partes del
planeta. En un mundo cosmopolita, esos agentes pueden cruzar fronteras geográficas
e infectar a toda persona que no se encuentra vacunada. Existen dos razones
clave para vacunarse, protegerse uno mismo y proteger a las personas que nos
rodean.
Mito N°6: Darle a un niño varias vacunas a la vez puede incrementar el riesgo de
que desarrolle efectos secundarios asociados a la vacuna, como resultado de una
sobrecarga del sistema inmunológico.
FALSO: Las evidencias científicas
muestran que dar varias vacunas a la vez no tiene ningún efecto adverso sobre
el sistema inmunológico de los niños. De hecho, los niños en su vida cotidiana
están expuestos a cientos de sustancias que todos los días generan alguna
respuesta del sistema inmunológico.
Mito N°7: Es mejor desarrollar inmunidad contra las infecciones enfermándose que
a través de las vacunas.
FALSO: Las vacunas interactúan con el
sistema inmunológico para generar una respuesta inmune similar a la que produce
una infección natural. Pero con la diferencia de que no causan la enfermedad ni
ponen a la persona en riesgo de desarrollar sus potenciales complicaciones. El
querer ser inmunizado contrayendo naturalmente la infección puede tener graves
consecuencias: desde defectos congénitos producto de la rubéola, cáncer
hepático causado por el virus de la hepatitis B o incluso la muerte en el caso del
sarampión.
Mito N°8: Hay vacunas que contienen mercurio, lo que es peligroso para la salud.
FALSO: Algunas vacunas contienen
timerosal, que es un compuesto orgánico que contiene mercurio, y que es
utilizado como conservador. Sin embargo, no existe ninguna evidencia que
sugiera que cantidad de timerosal utilizado en las vacunas posea algún efecto
nocivo para la salud.
Mito N°9: La mayoría de las personas que enferman han sido vacunadas.
FALSO: Ninguna vacuna es 100% efectiva, pues siempre hay
un pequeño porcentaje de personas vacunadas que, por razones individuales, no
desarrollan inmunidad a pesar de la vacunación. Sin embargo, ese porcentaje es
sólo de entre el 5% y el 15%.
Mito N°10:
Enfermedades como el sarampión, las paperas o la varicela son parte normal del
crecimiento.
FALSO: En todos estos casos se trata de
enfermedades que pueden progresar hacia formas muy severas, que incluso pueden
poner en peligro la vida de quienes las padecen.
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