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CONOCER LA HISTORIA JUNTOS

viernes, 1 de noviembre de 2013

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com
Santo Domingo.-En la víspera del traslado de los restos del coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez al Panteón de la Patria, muchos ignoran su ejemplo de vida y dignidad.
De seguro, este Héroe de la Patria era consciente, como el apóstol José Martí,  “de la satisfacción que produce el deber cumplido”,  y de la frecuente y probable “ingratitud de los hombres”.
“No, no lo conozco”, fue la respuesta automática del soldado, segundos después de haber saludado, parado en atención y con el fusil M-16 fuertemente empuñado, al oficial superior que acababa de pasar por su puesto de servicio, en la entrada de una oficina pública de servicios ubicada en el Centro de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, en el Distrito Nacional.
“Señor, si me dice dónde está asignado ese oficial, probablemente le informe, señor”, continuó hablando el cabo de la Fuerza Aérea de la República Dominicana  en respuesta a la pregunta: ¿qué sabe usted del coronel Rafael Fernández Domínguez?, el héroe constitucionalista cuyos restos serán llevados este viernes al Panteón de la Patria.
Desconocen historia

El bajo nivel de conocimiento sobre la vida y obra del extinto militar se puso de manifiesto en otros escenarios, como pudo contactar EL DÍA durante un recorrido por distintas calles y avenidas, plazas comerciales, oficinas públicas y centros educativos.
“En mi vida he escuchado hablar de ese coronel”, dijo  con toda ingenuidad una jovencita que se identificó como Laura Pérez, en el centro educativo Víctor Garrido Puello, del sector Invi, en el kilómetro 10 de la carretera Sánchez; una estudiante de octavo, último grado de la educación básica.
Los rostros de sus acompañantes en el aula reflejaban que tampoco tenían idea del tema de que les hablaba.
Educandos de otros centros educativos ubicados en sectores como El Pedregal, Honduras, El Cacique y el Centro de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, tampoco hicieron gala de conocimientos mínimos en la rama de las Ciencias Sociales, en particular de la Historia dominicana
Que los guardias y estudiantes no conozcan quien fue el coronel Fernández Domínguez no es nada, comparado con el desconocimiento que existe sobre los más importantes héroes nacionales.
Al estudiante del bachillerato que le preguntaron cuáles son los tres Padres de la Patria, y respondió: Juan, Pablo y Duarte.
O aquella de quién era María Montez que respondió: "Una calle de Villa Juana".La de que "Las Hermanas Mirabal era unas hijas que tuvo Trujillo fuera de matrimonio", o que Emilio Prud'Homme era un pitcher de los Mets de Nueva York.
Qué otra cosa se puede esperar de gente de un país que desata una cacería buscando a Palito de Coco, mientras Peña Suazo sigue creyendo que él sigue "subido en el palo", sin darse cuenta que ahora es de coco, y que no lo pueden subir a "la camiona"
Un país de gente que prefiere y asume costumbres extrañas de otras culturas, mientras desdeña las propias.
Celebraciones como Halloween, Tranksgiving, y hasta el Viernes Negro, se han adoptado aquí, al igual que el regalar el Día de Navidad, en vez de Reyes.
El niño que llora porque no le compraron la careta terrorífica para la fiesta intercolegial del Halloween, o la damita que busca el pavo más grande para la cena del Thanksgiving.
Y hasta ya en el Día de la Independencia de Estados Unidos no faltan quienes también lo celebran aquí, mientras el Día de Duarte pasa muchas veces "sin pena y sin gloria".
Imagínense, en este país la avenida más emblemática... la vía que es el rostro de la capital, la más hermosa, la que acoge todos los desfiles, la que tiene el mejor malecón de toda América Latina, lleva el nombre de George Washington, mientras la Duarte es una vía de mala muerte, de carros del concho, buhoneros, carteristas y prostitutas.
No es un 4% lo que aquí ha faltado para la educación. Siempre he creído que se quedaron cortos, aunque el mal de aquí no es un asunto de porcentajes.
En materia de educación colapsamos hace mucho tiempo...
Lo que sucede es que nadie quiere admitirlo, porque es tan fuerte el asunto, que es mejor ignorarlo y hacerse el loco.


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