Un día como hoy, en el año 1941, vino al mundo Narciso González Medina. Fue dirigente,
activista político y cultural; catedrático universitario, libretista y
articulista de periódicos nacionales.
De no haber desaparecido durante el régimen de Joaquín
Balaguer “Narcisazo”,
como se le llamaba para diferenciarlo de otra persona que llevaba el mismo
nombre, hubiese cumplido 72 años de edad, y habría celebrado este día como si
fuera el 27 de Febrero, afirma su esposa Altagracia Ramírez. “No salía de su
casa y esperaba a sus amigos para conversar acerca de temas de interés”.
Por lustros residió con su familia en una casa en la calle
Luis Reyes Acosta, número 305 del sector Villa María, Santo Domingo. Con Taty,
como es llamada su esposa, tuvo cuatro
hijos: Ernesto González Ramírez, Rhina Yocasta González Ramírez, Jennie Rossana
González Ramírez y Amaury González Ramírez.
Su lado académico. Se graduó de abogado en la Facultad de
Derecho de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Se desempeñó como
profesor universitario en esta academia de estudios desde 1968 hasta la fecha de su detención y desaparición. Para
entonces, ocupaba el cargo de Director del Departamento de Extensión Cultural.
También ocupó puestos de dirección en el Movimiento Popular Dominicano y en la
Federación de Estudiantes Dominicanos.
Narciso el escritor y el poeta. Narciso publicaba columnas
de humor político en los periódicos El
Sol y La Noticia, elaboraba guiones para
programas de televisión, fundó el semanario de humor político Tirabuzón, fundó
y dirigió la revista “El callejón con
salida” y promovía el Comité Gestor de la Sociedad de Animadores de la Cultura
y la Democracia (SACUDE).
Narcisazo también se destacó por su capacidad poética de
denuncia a través de la columna “El pueblo se queja en
versos” que publicaba el diario La Noticia y por el libretista de la sección de humor “Tano
cao”, que se
transmitía por “El Show del Mediodía”.
Firme opositor de Balaguer. El profesor universitario, que
era catedrático en la UASD, se caracterizó por mantener una postura de firme
oposición al régimen de Balaguer, de quien llegó a afirmar que era “lo
más perverso”.
En las aulas universitarias sus prédicas contra el
gobierno de Balaguer no se hacían esperar y era visto con frecuencia
colaborando con grupos comunitarios, generalmente cercanos a la oposición.
Poseedor de un agudo y fino nivel literario, con
frecuencia concebía artículos y consignas de carácter políticos, haciéndolas
acompañar de “décimas” (especie de versos elaboradas habitantes de las
comunidades rurales).
La verticalidad de su postura opositora al régimen de
Balaguer le valió la pérdida de empleos en medios de comunicación y se dedicó
por su cuenta a producir revistas humoristas de corte político en los que
satirizaba a los dirigentes en el poder y de la oposición de derecha.
Sus afiches, muchas veces pagados con su salario de
catedrático universitario, aparecían continuamente en las calles de Santo
Domingo, las paredes de la UASD y de Clubes Culturales, a los que contribuyó a
formar para “oponerse a la penetración cultural norteamericana”¨, sobre todo en las décadas de los
años ’70 y ’80.
Vida en el campus universitario. En las explanadas de la
universidad estatal se le veía dictar charlas a los estudiantes, que lo veían
como un profesor democrático abanderado de los pobres”.
Conocía al dedillo la biografía del guerrillero cubano
argentino Ernesto -Che- Guevara, cuyos ideales decía admirar, mientras se
mostraba orgulloso de los éxitos de la Revolución Cubana.
En terrenos de la UASD, se mostraba como un crítico severo
de sus compañeros de cátedras que “negaban los postulados del
Movimiento Renovador”,
un fenómeno surgido en la academia estatal en procura de su democratización
para hacerla más accesible a los sectores de menos ingresos.
Ese Movimiento Renovador definió a la UASD como una
institución de carácter científico que promovía la investigación, la docencia y
la extensión, mientras era decidida partidaria de defender la soberanía
nacional.
Con el avance del tiempo, el “fervor
revolucionario” disminuyó en República Dominicana, pero Narcisazo mantuvo la firmeza de su postura.
Posibles razones de su desaparición. Días antes de las elecciones del
1994, Narciso González Medina había publicado una columna de opinión en la
revista La Muralla titulada: “10 pruebas que demuestran que
Balaguer es lo más perverso que ha surgido en América”.
En dicha columna, calificaba a Joaquín Balaguer como “asesino”, “pandillero”, inmoral”, “delincuente”, “pervertidor”, “servil”, “tramposo”, “dañino”, miserable” y
“desfalcador”. Luego
de esa publicación, fue objeto de seguimiento.
El 25 de mayo de 1994 Narciso pronunció un discurso durante una asamblea de
profesores de la UASD, en el cual solicitó al Consejo Universitario y al Rector
que la UASD asumiera una posición de condena frente a lo ocurrido en las
elecciones de nueve días atrás.
En su discurso, Narcisazo señaló como principales
beneficiarios del fraude electoral a los jefes de la Policía, del Ejército y de
la Fuerza Aérea, a quienes, según el periodista, el Presidente Balaguer habría entregado fuertes sumas de
dinero como garantía de su permanencia en el Poder Ejecutivo:
El discurso fue filmado y cuando Narciso González ya se
encontraba desaparecido, fue transmitido por los medios de comunicación.
Algunos testimonios sugieren que el discurso fue grabado por el Servicio de
Inteligencia del Estado.
En los días previos a la desaparición de Narcisazo,
oficiales militares acudieron a una funcionaria de CODETEL (Compañía Dominicana
de Teléfonos) que habitualmente colaboraba con “los organismos de
seguridad” a fin de lograr “la intervención del número a la señora del profesor
Narciso González”.
El 26 de mayo de 1994 Narciso González Medina desapareció
de sus actividades cotidianas.
Testimonios sobre su desaparición. Varios testimonios indican que
Narcisazo fue visto en la misma fecha y en los días siguientes en varias
dependencias estatales, en malas condiciones físicas.
Entre estos testimonios se encuentra el de Juan Dionisio Marte,
funcionario militar que afirmó haber participado en el operativo en el cual fue
detenido. Este funcionario afirmó que tras dicho operativo, Narcisazo fue
trasladado a las instalaciones de la División de Inteligencia de la Secretaría
de Estado de las Fuerzas Armadas (J-2), en la fecha en que sus familiares
indicaron que desapareció.
También consta en el expediente el testimonio del
funcionario militar Antonio Quezada Pichardo, quien afirmó haber presenciado el
momento en que Narcisazo ingresaba a las instalaciones de la División de
Inteligencia de la Secretaría de Estado de las Fuerzas Armadas (J-2) acompañado de “unas tres o cuatro
personas”.
Asimismo, Narcisazo fue visto en mal estado y “bañado
en sangre” en la madrugada del 27 de mayo de 1994 en el
Departamento de Homicidios de la Policía Nacional, por Junior Sarita Lebrón,
funcionario de dicha institución.
Finalmente, el hermano de un capitán del Ejército declaró
que, antes de morir, su familiar le informó que había visto a Narciso González
Medina en las instalaciones de la Fuerza Aérea Dominicana (A-2 o “El
Mercadito”), después
del 26 de mayo de 1994 en muy mal estado de salud.
Si bien se escucharon rumores sobre “posibles
hipótesis” en cuanto al destino de Narciso González y el paradero de sus restos, a la fecha no existe ninguna
versión oficial sobre lo sucedido y ninguna de estas hipótesis ha sido
confirmada.
Condena al Estado Domininicano. El pasado 2 de abril, tras casi
18 años de la desaparición, la Corte Interamericana de los Derechos Humanos
(CIDH) condenó al Estado dominicano por negligencia en las investigaciones
relativas a la desaparición del profesor universitario.
Tomado del periódico Hoy
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