Juan Carlos Pérez Salazar/BBC Mundo, Ciudad de México
Pudo haberse quedado en una simple discusión de
restaurante, pero en el momento en que la hija del director de la Procuraduría
Federal del Consumidor (Profeco) de México, decidió involucrar la oficina de su
papá porque no le dieron una mesa con rapidez, un asunto privado se volvió
público. Escandalosamente público.
El incidente ocurrió el viernes pasado, en un conocido
restaurante de la colonia Roma, en Ciudad de México. Según han relatado
testigos, Andrea Benítez González, hija del político priista Humberto Benítez
Treviño, se puso furiosa porque tuvo que esperar demasiado por una mesa y
amenazó con hacer cerrar el restaurante.
"La señorita se molestó, dijo que a ella ya le tocaba
y que ella también quería afuera (la mesa, para fumar). Le expliqué que
teníamos que seguir el orden y que le podía ofrecer una mesa adentro, y me
empezó a amenazar y me dijo que su papá era el Procurador y que le iba a hablar
y que a ver a quién le creían más", relató el dueño del restaurante a un
diario.
Efectivamente, poco después de que la airada joven se
fuera, al lugar llegaron varios inspectores de Profeco quienes sellaron el
restaurante por supuestas irregularidades. Al mismo tiempo, la jovencita
criticó el sitio por Twitter.
Varios indignados clientes del restaurante filmaron y
tomaron fotos de los hechos con sus teléfonos móviles y el domingo, cuando el
periódico Reforma denunció lo ocurrido, estalló la tormenta. Y como suele
suceder en estos días, fue sobre todo digital.
#LadyProfeco
Ese mismo domingo el tema ya era uno de los más
mencionados en Twitter con el hashtag #LadyProfeco. Del mundo digital, la
polémica saltó al político, con fuertes críticas y llamados a la renuncia de
Benítez Treviño como Procurador del Consumidor.
Ante esto, el propio presidente de la República, Enrique
Peña Nieto, debió intervenir. El lunes, el secretario de Economía, Ildefonso
Guajardo, anunció -en su cuenta de Twitter, por supuesto- que:
"Por instrucciones del Presidente de la República, el
encargado de despacho de la Secretaría de la Función Pública ha iniciado una
investigación para esclarecer los hechos que derivaron el viernes pasado en el
operativo de verificación realizado por Profeco en el restaurante Maximo
Bistrot de la Colonia Roma".
Para entonces, Humberto Benítez Treviño ya se había
disculpado:
"Mi sincera disculpa por la conducta inapropiada de
mi hija y la sobrerreacción de los verificadores de @Profeco. Privilegio sólo
para la ley."
La jovencita, aunque insistió en que no había sido bien
atendida, también se disculpó: "Quiero ofrecer disculpas a quienes fueron
incomodados el pasado viernes en @MaximoBistrot me siento muy apenada por lo
que pasó." Luego volvió privada y restringió el acceso a su cuenta de
Twitter.
La hija del
presidente
Pero esta no ha sido la única vez en épocas recientes en
que las hijas de personajes poderosos se han visto envueltas en escándalos por
abusos, insultos o derroches.
De hecho, Paulina Peña Preteline, la hija del actual
presidente -en ese entonces candidato del PRI- se vió envuelta en un escándalo
por retuitar un mensaje en el que llamaba "prole" (proletarios) y
"pendejos" a algunos críticos de su padre.
El hecho se volvió una causa célebre durante la campaña
presidencial. Empezó cuando, en diciembre de 2011, un corresponsal extranjero le
preguntó a Enrique Peña Nieto, durante la Feria del Libro de Guadalajara,
cuáles eran sus tres libros preferidos.
Peña Nieto mencionó La Biblia y La Silla del Águila, que
atribuyó al historiador Enrique Krauze, cuando en realidad es una novela de
Carlos Fuentes.
Ante las críticas y burlas que proliferaron en las redes
sociales, la hija de Peña Nieto reenvió por Twitter un mensaje -que algunos
medios atribuyeron a su novio- que decía: "Un saludo a toda la bola de
pendejos, que forman parte de la prole y solo critican a quien envidian".
Esto provocó tanto furor como el desliz de su padre y
pronto los hashtag #prole, #soyprole y #ForeverProle se volvieron muy populares
a nivel nacional.
La hija de Peña Nieto cerró su cuenta y su padre envió un
tuit de disculpa: "El RT de Paulina fue una reacción emotiva por mi error
en la FIL. Definitivamente fue un exceso y me disculpo públicamente por ello”.
Poco después, en una reactivada cuenta, Paulina Peña
también pidió perdón:
"Quiero ofrecer una disculpa de todo corazón. Mi
intención con ese RT jamás fue ofenderlos. Reconozco que hice mal y lo lamento.
Fue un impulso de mi parte al leer algunos tweets que ofendían a mi papá y a la
memoria de mi mamá. Hoy aprendí una gran lección".
La hija del
sindicalista
El otro escándalo se presentó en octubre de 2012, con
Paulina Romero, hija de Carlos Romero Deschamps, poderoso líder sindical de la
petrolera estatal, Pemex.
Y también hubo un elemento digital involucrado: la joven
presumió en su cuenta de Facebook de viajes por todo el mundo a bordo de yates
y aviones privados, el alquiler de habitaciones de lujo y el consumo de
botellas de vino valoradas en cientos de dólares
Según denunciaron varios medios, también viajaba con tres
mascotas y exhibía costosas carteras de diseñador.
El problema es que, en ese momento, el salario de su padre
como líder sindical era de 24.000 pesos mensuales (alrededor de US$2.000 al
cambio de hoy), con el que difícilmente podía costear tales gastos.
A diferencia de los otros dos casos, en éste no hubo disculpas
públicas ni muestras de remordimiento.
Tras todos estos escándalos, este lunes, en su blog Cuna
de Grillos, publicado en el sitio Animal Político, el periodista Beto Tavira
resumió en un título lo que -a juzgar por las reacciones en las redes sociales-
muchos en México parecen pensar: "Por sus hijas los conoceréis".
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