“Que el destino es
un maricón, sin decoro, te da champán y después chinchón” (Canción Con un par,
de Joaquín Sabina)
22 de febrero del
2013
Máximo
Laureano/Acento.com.do
SANTIAGO, República Dominicana.-Martha Heredia es motivo
de titulares de principalía en los medios de comunicación.
Es la segunda ocasión en que esta joven mujer se coloca en
el centro de la atención mediática.
En la primera ocasión, hace cuatro años, lo hizo como
triunfadora y motivo de orgullo para su pueblo. Hoy, como motivo de asombro,
desencanto y tristeza para quienes le siguieron y apoyaron.
Es la crónica de quien vive y disfruta del éxtasis de la
victoria y la fama repentinas, y luego cae en la agonía y el escarnio de la
derrota.
A principios de diciembre del 2009, santiagueros y
santiagueras seguían las presentaciones de Martha Heredia, en el concurso Latin
American Idol. En esos días se comenzaba a prestar una atención especial a
Martha Heredia, la jovencita que con su expresividad y su dulce voz comenzaba a
hacerse notar por encima de los demás participantes en este singular concurso
de búsqueda de talentos para el canto.
Sin embargo, eran sólo un vistazo lejano a lo que vendría
después, a la vehemencia que se generaría en los momentos finales del certamen,
cuando no quedaba dudas de que la
representante dominicana tenía las condiciones para alcanzar la meta, y
el público de República Dominicana y del resto de América Latina así lo dejaría
sentado enviado millones de mensajes telefónicos a su favor.
El 03 de diciembre del 2009 una multitud se congregaba el
Área Monumental, específicamente el bar Puerta Del Sol, para motivar el apoyo a
la naciente estrella de la canción nacional.
La disposición de llamadas y mensajes en los teléfonos
móviles estuvo a la orden del día, para consumar aquel anhelo de triunfo de la
santiaguense. Porque no bastaba con el talento y las condiciones vocales. Ni
siquiera convencer a un exigente jurado. Se necesitaba acumular una puntuación
continental por medio de la telecomunicación.
En esos momentos Martha de alguna manera unió al pueblo
dominicano. Ricos, pobres y sectores medios daban un seguimiento al concurso
que rayaba en la pasión.
Por supuesto, políticos y empresarios aprovecharon para
hacer publicidad. Se regalaban tarjetas de llamadas.
En los barrios de Santiago se hacían “serruchos” para las
fiestas que cada noche se montaba para mirar el concurso y “pujar” por Martha
Heredia. Si hacía falta transporte, lo ponía el vecino con mejores condiciones
económicas, otro aportaba los tragos. En fin, todos a una para apoyar a Martha
y disfrutar de cada una de sus actuaciones.
“Que el destino es un maricón, sin decoro, te da champán y
después chinchón” (Canción Con un par, de Joaquín Sabina)
Uno de los momentos más emocionantes se vivió cuando esta
santiaguense, entonces de apenas 18 años de edad, hizo vibrar a
todo su pueblo desde Argentina cuando interpretó Lagrimas Negras, de
Miguel Matamoros, un clásico de la canción latinoamericana y de todos los
países de habla castellana.
La Baby, como la llamaron en el concurso, superó la lejanía de su tierra. Y su pueblo
se esmeró en apoyarla. Sus fotografías se reproducían y llevaban en
camisetas, vallas, carros, botones y gorras. La gente se colgaba
a su cuello o prendía a sus ropas cualquier cosa sobre las que se pudieran
imprimir su imagen o sus frases.
Y Martha avanzó a la semifinal. Mantuvo al país paralizado
cada noche en torno su figura. Santiago, República Dominicana, al parecer
asistían al nacimiento de una nueva estrella de la música popular.
Así transcurrían los días. El 10 de diciembre la cita en
el Área Monumental convocó a una verdadera multitud. En el bar Puerta del Sol
la gente se las arreglaba para disfrutar de la actuación de Martha. Unos
sentados, otros de pie, otros desde la acera. Santiagueros y santiagueras parecían enloquer. Martha
Heredia no desmayó y gozó cada nota, cada estrofa, cada canción.
Familiares, amigos, compañeros de estudios de Martha y
toda la ciudadanía se contagiaron y celebraron con la joven cantante, a quien
ya veían como su ídolo. Y Martha no los defraudó, alcanzó el codiciado primer lugar, dejando a Costa Rica
y a Eduardo Aguirre, con el segundo puesto.
Cada aparición de Martha en el escenario se convirtió en
una historia compartida por todos los sectores, que hicieron suyo el triunfo.
Las emociones fueron muchas, no faltó, quienes lloraran,
otros no olvidaron en sus oraciones encomendar a Martha a la Divinidad, para
que nada malo le empañara su naciente carrera artística. En fin, la Martha
Herdia había hecho latir a ritmo acelerado a la Ciudad Corazón.
Cuando el reloj marcaba las nueve horas de la noche con 48
minutos, la Baby comenzó a cantar “Música”, y estremeció a la multitud
La fecha cumbre fue el 18 de diciembre del 2009. Martha
cantaría a sus conciudadanos después de ganar el primer lugar de Latinoamerican
Idol.
Santiago parecía ser poco y Martha Heredia, parecía
merecerlo todo. El público, que esperó una semana para verla y escucharla
cantar, estaba ansioso. El lugar donde miles de personas habían bailado para
celebrar su triunfo fue el escenario para el regreso triunfal de la joven
artista a su ciudad natal. Allí,en la explanada del Monumento a los Héroes de
la Restauración, se congregó todo un pueblo para verla y celebrar con ella,
gritar con ella, escuchar sus interpretaciones y tributarle más que apoyo,
devoción.
Cuando el reloj marcaba las nueve horas de la noche con 48
minutos, la Baby comenzó a cantar “Música”, y estremeció a la multitud.
Después del prolongado aplauso, los gritos y los silbidos,
Martha miró fijamente unos segundos a su público y saludó con un “buenas noches
Santiago”. Siguieron otros segundos de silencio y luego otra prolongada
ovación.
A seguidas, La Baby expresó: “Me voy a poner cómoda”, y
narró cómo les hablaba de su República
Dominicana a sus compañeros del concurso en Argentina. Explicó se empeñaba en
describirlo a los demás latinoamericanos qué era un “mangú” o detallarle de lo
sabroso de los “plátanos con salami” y del “sancocho”. Toda esa clase de
cultura culinaria dominicana acompañada de tonaditas de bachatas y merengues,
para que sus amigos entendieran cómo son los hijos de Quisqueya, “¡Emotivos,
calientes!”.
Luego Martha Heredia hizo lo suyo: Cantó “El Anillo”, canción popularizada por Héctor Acosta (El
Torito), “Es que te quiero”, del reguetonero puertorriqueño Nigga, “Lágrimas
Negras”, de Miguel Matamoros; la legendaria “Por Amor”, del Maestro Rafael
Solano, y “La llave de mi corazón”, de
Juan Luis Guerra.
Para el cierre, Martha Heredia dejó un tema con el cual se
identificó durante su estancia en Argentian: “Dominicano Soy”, popularizada por
Fernando Villalona (El Mayimbe). Con esta actuación La Baby sellaba una
actuación en grande como agradecimiento para el pueblo que la apoyó, y la hizo
su ídolo.
Nadie imaginó que esa misma muchacha llena de alegría y
energía, sería la misma que el miércoles 20, en horas de la noche, caería
arrestada por agentes anti drogas, bajo la acusación de intentar trasegar 1.8
kilos de cocaína.
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