Abraham Zamorano/BBC
Mundo, Caracas
La profunda división que separa al chavismo y a la
oposición en Venezuela volvió a escenificarse este sábado en la sesión en la
que la Asamblea Nacional reeligió como su presidente a Diosdado Cabello, quien
según la Constitución podría llegar a tener que sustituir al mandatario si éste
faltase.
Entre gritos de "no volverán" y vítores a Chávez
por parte de los varios miles de oficialistas que se convocaron en los alrededores
del palacio legislativo, la sesión transcurrió entre reproches, como si no
hubiera espacio para la reconciliación.
Los llamados de la oposición a conformar una junta
directiva plural eran constantemente respondidos por el oficialismo esgrimiendo
su mayoría, que definió como "la voluntad del pueblo".
De lo que está por venir, poco se debatió, pese al
complicado momento institucional que vive el país con el "delicado"
estado de salud del presidente Chávez, operado de cáncer por cuarta vez el
pasado 11 de diciembre y cuya recuperación no está "exenta de
riesgos", según ha informado el gobierno.
"Aquí no hay diálogo de cúpulas. Estamos dispuestos a
hablar con el pueblo, pero no a que unas cúpulas negocien cargos", dijo
Cabello nada más ser juramentado.
La trascendencia de la elección de Cabello radica en que
sería el encargado de la presidencia si se confirma antes del próximo 10 de
enero la "falta absoluta" del presidente Chávez. Además, analistas y
políticos de oposición interpretan que lo sería incluso después del día 10 si
el mandatario no ha tomado posesión, pero esa no es la tesis que maneja el
oficialismo.
Según dijo la noche del viernes y repitió este sábado el
vicepresidente Nicolás Maduro, si bien el próximo jueves empieza un nuevo
periodo, Chávez es un presidente "reelecto" y existe
"continuidad" en su mandato.
Para el también canciller, que esgrime el artículo 231 de
la Constitución, Chávez no necesita tomar posesión porque ya es titular de la
presidencia y la juramentación es un mero formalismo.
¿División
oficialista?
En efecto, el oficialismo impuso su mayoría y copó todos
los puestos de la junta directiva, dejando fuera a la oposición que cuenta con
el 40% de los diputados y aspiraba a ocupar los cargos de primer vicepresidente
y subsecretario.
Junto a Cabello, repite como segunda vicepresidenta de la
mesa Blanca Eekhout. La vacante de primer vicepresidente dejada por Aristóbulo
Istúriz, nuevo gobernador de Anzoátegui, será ocupada por Darío Vivas,
considerado un hombre muy cercano a Maduro.
De puertas para fuera, lo que pareció verse fue un
"todos a una" en las filas oficialistas. Sin embargo, el diputado
opositor Julio Borges comentó a periodistas que "hay varios indicios"
de que la sesión de este sábado puso de manifiesto "el problema de división
y fractura" dentro del oficialismo.
"Venía para ser electo Pedro Carreño, era lo que se
había dicho, y a última hora sale Carreño, hombre de Diosdado Cabello, y entra
el señor Darío Vivas, hombre de Maduro. De manera que es una repartición clara
de cuotas de poder", dijo Borges.
Para el parlamentario, la interpretación que hace Maduro
de la Constitución tiene "el propósito de evitar a toda costa que Diosdado
Cabello sea el presidente encargado a partir del 10 de enero".
Borges insistió en la tesis opositora de que "frente
a la ausencia del presidente a quien le corresponde es a Diosdado Cabello ser
presidente interino". "Y que el presidente siga tomándose el tiempo
que quiera para recuperarse", agregó.
"Hay temor de desconfianza y fractura entre ellos.
Eso refleja la elección y la interpretación constitucional", agregó.
"El miedo al golpe de Estado del que habla Maduro es contra su propio
compañero Diosdado Cabello".
La tesis de la división interna en las filas oficialista
fue desmentida poco después de la sesión por parte del diputado oficialista
Earle Herrera en conversación con un grupo de corresponsales internacionales.
"La oposición lleva 14 años soñando con la división
en las fuerzas revolucionarias (…). Esas divisiones son parte de las
ilusiones", dijo. "Todos votamos por Darío Vivas y por todos los
postulados por la revolución", agregó al tiempo que descartó que siquiera
se hubiera debatido la posibilidad de que otro diputado fuera primer
vicepresidente.
El 10 de enero
El vicepresidente Maduro, durante su intervención después
de la sesión de la Asamblea Nacional, volvió a insistir en la tesis que hizo
pública la noche del viernes de la "continuidad" de Chávez en el
cargo pese a que no tome posesión.
"La Constitución dice que se juramenta al candidato
elegido. Resulta que el presidente es reelecto, no es candidato elegido, él
sigue siendo presidente", dijo el diputado Herrera.
"El mismo artículo señala que de no poder hacerlo por
un hecho sobrevenido ante la asamblea nacional, lo hace ante el Tribunal
Supremo de Justicia (TSJ) y la Constitución al tribunal no le establece
fecha", agregó. "El 10 no es un día que nos ate a nosotros".
Para el opositor Borges, esa interpretación
"retorcida" que lo "único que busca es a toda costa que Cabello
no llegue a ser presidente encargado". "Tienen miedo de aplicar la
Constitución que es muy clara. En ausencia del presidente electo le corresponde
asumir al presidente de la Asamblea Nacional".
Respecto a las acciones a adoptar a partir del 10 si los
oficialistas ponen en práctica su interpretación, Borges lamentó que "el
TSJ es una sucursal del partido de gobierno". "Aquí no hay división
de poderes, el judicial está subordinado políticamente al gobierno", dijo.
"Iremos a toda parte donde haya que ir para hacer
valer la Constitución y los derechos de los venezolanos, y prender las alarmas
de lo que está sucediendo en Venezuela. Mercosur, Organización de Estados
Americanos, a todas partes", concluyó.
Sin embargo, el oficialismo insiste en que Chávez es un
presidente "reelecto" y por tanto la toma de posesión es una
formalidad.
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