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Jenni: el avión y los pilotos

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com


Lea Aquí. La cantante Jenni Rivera alcanzó a arreglar un problema muy fuerte que tenía con su hija La Chiquis
Entre los hierros retorcidos del avión accidentado donde murió la cantante Jenni Rivera encontraron la licencia de vuelo del piloto mexicano Miguel Pérez Soto, expedida por la Administración Federal de Avicación (FAA) de EU. La fecha de nacimiento (01-21-1934) confirma que estaba por cumplir 79 años, pero también revela una restricción mayor atribuida seguramente a la edad: “No es válida para el transporte de personas” y “es válida solamente acompañado por el piloto mexicano con licencia número 200112880”. (Puede usted ver esa licencia en la cuenta Twitter de quien esto escribe: @RaulRodriguezC).
¿Quién es el piloto poseedor de esa licencia, acaso el que venía también en el fatídico vuelo? Por lo pronto, no ha sido posible indagarlo, pero ya se sabrá. El nombre del otro piloto lo dio el domingo la Dirección de Aeronaútica Civil (DGAC): Alejandro Torres Álvarez, un joven de 20 años, recién graduado en la promoción 2012 como FAA Commercial Pilot-Instrument Rated, Airplane Single-Multi Engine Land. (También en @RaulRodriguezC puede usted ver la foto).

Esto da lugar a algunas certezas e implicaciones: 1. Que el piloto Pérez Soto (cuya edad también es confirmada por el pasaporte mexicano encontrado en los restos de la aeronave y que puede usted ver en @RaulRodriguezC), iba de copiloto del recién graduado; 2. Que no obstante que en EU no hay prohibición expresa respecto a la edad de los pilotos (mientras que en México el artículo 42 del reglamento de la DGAC establece que después de los 75 años se revoca en definitiva la licencia de un piloto) hay incumplimiento de las restricciones establecidas en la licencia de vuelo y habría que indagar si está vigente la licencia mexicana expedida por la DGAC, con la que tuvo que realizar el trámite de la estadounidense; 3. Que también se viola, presumiblemente, la disposición mexicana que prohíbe lo que se denomina “cabotaje”: un vuelo de un avión estadounidense —como es el caso— puede traer a México pasaje y dejarlo en un punto específico, pero no puede venir de allá a algún destino de la República para recoger pasajeros que llevará a otro punto (en las líneas comerciales esta restricción es conocida como la quinta libertad, que a lo mejor no aplica en los vuelos privados); y 4. Que una violación más es que, según la Comandancia del Aeropuerto de Monterrey, los pilotos tenían más de 19 horas de guardia cuando, por reglamento, no pueden estar más de 10.
Pero a fuerza de ser justo, el piloto Pérez Soto tenía una sobradísima experiencia, ampliamente reconocida en el medio. Fue piloto de Carlos Hank González (cuando fue director de Conasupo), del recién fallecido Roberto González Barrera, dueño de Banorte y el Grupo Maseca; y de Octaviano Campos Salas, secretario de Industria y Comercio de Gustavo Díaz Ordaz. Además, piloteó helicópteros y era instructor de emergencias en vuelo.
El avión accidentado era un Lear Jet 25, matrícula de EU N345MC, construido en 1969. Ya tenía 43 años. Aunque no tenía prohibición expresa de vuelo, ya era un equipo viejo y volarlo era, por lo menos, irresponsable. De acuerdo con sus registros, de 1998 a la fecha del accidente, había realizado 2 mil 600 vuelos, 50 este 2012.
El 1 de julio de 2005, el Lear Jet 25 N345MC tuvo un accidente del que resultó severamente dañado. De acuerdo con el informe correspondiente de la National Transportating Safety Board (la agencia del gobierno de EU encargada de investigar los accidentes de aviación), el percance ocurrió en el aeropuerto internacional Rick Husband, de Amarillo, Texas. Los pilotos reportaron “pesadez” de una de las alas y realizaron un aterrizaje de emergencia en el que el Lear Jet finalmente se despistó. (www.ntsb.gov/aviationquery/brief2.aspx?ec_id=20050803X0150&ntsbno=DFW05CA174&akey=1).
Según papeles del avión, fue registrado por la empresa MCOCO Inc. de Houston, que a su vez lo vendió a la actual propietaria, Starwood Managment, con sede en Las Vegas y en la que se asegura es accionista Christian Eduardo Aquino Núñez, de quien se dice es investigado en EU porque en algunos de sus vuelos transportó miles de dólares y, presumiblemente, pretendió introducir ilegalmente a México, en uno de sus aviones, a un hijo del ex dictador libio Mohamar Kadafi. Además, se le condenó por alterar datos de vuelos y la DEA le decomisó dos aeronaves. La operadora del avión es Air America Jet Charter, con sede en Houston, cuyo presidente es William McCarter.
El avión, por lo tanto, no pertenecía a Jenni Rivera, ni se puede implicar que por la información de la aeronave aquí citada, ella o los pilotos tuvieran alguna relación con personajes oscuros.
Lo oscuro son este tipo de empresas que ofrecen servicios de aviación y que en este caso fueron contratados por los promotores de la famosa cantante.

Jenni Rivera alcanzó a perdonar a su hija

La cantante Jenni Rivera alcanzó a arreglar un problema muy fuerte que tenía con su hija La Chiquis
El Gráfico
Ciudad de México Martes 11 de diciembre de 2012.- Antes de su muerte, la cantante ofreció un concierto en la Arena de Monterrey Nuevo León, y ahí complació a muchos de sus fans, además de dedicar un tema a su hija para perdonarla.
Cuando la cantante interpretó "Paloma Negra" se puso a llorar en el que sería el último concierto de su vida.
De acuerdo con TVNotas, ese mismo día ella le perdonó a su hija la infidelidad que cometió con su ex esposo, Esteban Loaiza.
Jenni Rivera perdió la vida en un accidente aéreo la madrugada del domingo 9 de diciembre, al estrellarse su avión.
Murieron también el publirrelacionista Arturo Rivera; el maquillista Jacob Yebale; su peinador Jorge Sánchez, el abogado Mario Macías y dos pilotos, llamados Miguel Pérez Soto y Alessandro Torres.

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