Juan Carlos Pérez
Salazar/BBC Mundo, Ciudad de México
Miércoles, 19 de
diciembre de 2012
La teoría de la desaparición de los mayas ha dado para
libros, documentales e innumerales debates. Pero tiene un pequeño problema: no
es cierta.
Los mayas son la segunda etnia indígena de México después
de los nahuas. En Yucatán, estado del sur del país, constituyen el 80% de la
población y hay comunidades en Guatemala, Bélice, Honduras y El Salvador.
Son indígenas como Juan Bautista, quien ha trabajado 51 de
sus 63 años en una parcela de tierra que ha pertenecido a su familia por varias
generaciones y que le ha dado para levantar a cuatro hijos y tres hijas -todos
nacidos con comadrona- y traspasarles sus conocimientos sobre los ritmos de la
siembra y la cosecha.
Juan Bautista, quien entiende español pero prefiere hablar
en maya, se sorprendería mucho si alguien le dijera que millones de personas
creen que él y su etnia no existen.
Porque el mito de la desaparición de los mayas es tan
extendido, que cuando el nuevo Museo Maya de Mérida -capital de Yucatán- hizo
una encuesta entre hispano y angloparlantes sobre este grupo indígena, la
pregunta que surgía una y otra vez era "¿por qué desaparecieron?".
El redescubrimiento
El interés por la civilización maya ha encontrado nuevo
vigor en los últimos años debido a algunas interpretaciones apocalípticas de
dos de sus monumentos, en los que se habla del fin de una era el 21 de
diciembre próximo.
Y con el renovado interés ha regresado la leyenda de su
desaparición.
Una parte fundamental de esta leyenda es que, cuando los
exploradores y conquistadores europeos llegaron a la zona maya, encontraron
muchos de los asentamientos y antiguas ciudades abandonadas y en ruinas.
Esto impuso la falsa visión de que el pueblo maya había
desaparecido sin dejar rastro.
Pero, paradójicamente, la idea también parece emanar del
momento en el que la cultura maya fue "redescubierta" en el siglo XIX
por viajeros europeos como los ingleses Frederick Catherwood y John Loyd
Stephens.
"Ellos ven las maravillas de ciudades mayas y se
preguntan ¿dónde están estos antiguos habitantes? Y piensan que
desaparecieron... En mi opinión es una falta de interés en reconocer a las
comunidades indígenas que son las herederas de toda esta tradición",
reflexiona Daniel Juárez Cossio, encargado de la Sala Maya del Museo Nacional
de Antropología de México.
"Degenerados"
Pero no fueron sólo visitantes extranjeros los que no
reconocieron la existencia de los indígenas.
Según recuerda el arquitecto y museólogo José Enrique
Ortiz Lanz -quien diseño el museo de Mérida- el destacado intelectual mexicano
Justo Sierra O'Reilly decía que los mayas de entonces eran una rémora del
pasado y agregaba que no era posible que unos "degenerados" -sus
propias palabras- hubieran construido tan espléndidos monumentos.
Quizás detrás del desprecio de Sierra O'Reilly había
también temor. En esa época -1847- empezaba lo que ahora se conoce como la
"guerra de las castas", un levantamiento de indígenas mayas contra
blancos y mestizos en la península de Yucatán.
Ese año de 1847, Sierra O'Reilly viajó a Estados Unidos
para pedir ayuda para controlar el levantamiento armado, ayuda que no
consiguió. El conflicto se prolongaría hasta 1901.
Un grano de verdad
Pero en la desaparición de los mayas, como en casi toda
leyenda, hay un grano de verdad.
Según Cristina Muñoz, socióloga que hace trabajo de base
con comunidades mayas en Yucatán, "sin duda hubo una decadencia de algunas
zonas".
Sin embargo, lo que le resulta asombroso es que hubieran
logrado controlar tan vasto territorio -del sur de México al actual El
Salvador- cuando no tenían el concepto de monarquía única. "Al momento de
la invasión (española), había 16 señoríos".
La desintegración política es clave, pero Daniel Juárez
Cossio cree que los motivos de la decadencia son múltiples.
"No hay un solo factor. Para explicarlo en términos
actuales, la referencia podría ser la caída del Muro de Berlín. Eso significó,
para nuestro mundo occidental, un colapso de ciertas ideologías, sin embargo
ahí están los alemanes, los rusos, los americanos... Se colapsan los sistemas
políticos por cuestiones económicas, ambientales, etcétera".
Y el tema ambiental
parece haber sido clave en ese colapso de la civilización maya.
"Fenómenos naturales como El Niño no son privativos
de nuestra época, se conocen desde la antigüedad. Por ejemplo, acaba de ocurrir
con el huracán Sandy en Nueva York y vemos lo que provocó, con toda la
tecnología que existe y las formas de anticipar y poder mitigar los riesgos.
Imaginemos un huracán de estas dimensiones en el mundo prehispánico".
Los Balcanes mayas
El experto del Museo Nacional de Antropología hace una
tercera y final comparación con el mundo actual: "Los mayas eran un pueblo
bélico. Vemos por ejemplo con los conflictos de los Balcanes la cantidad de
emigración que hubo. Eso fue lo que ocurrió en el mundo prehispánico, no son
fenómenos nuevos ni diferentes".
Esa "balcanización" de los mayas es lo que
encuentran los españoles cuando llegan a la región.
"Hay una pugna entre (las ciudades de) Chichen Itzá y
Mayapan por el poderío económico, por las rutas comerciales... Lo que ocurre es
una caída de esos sistemas políticos y se estaban buscando nuevas formas de
organización social.
"Lo que encuentran los españoles cuando llegan son
pueblos indígenas divididos, peleando por la hegemonía. En algún momento se
hubiera dado cierta estabilidad, hubieran surgido ciertos grupos, pero la
llegada de los españoles interrumpe ese proceso", concluye.
Entretanto, ajeno a la historia y a las dudas de millones,
Juan Bautista sigue enseñando a sus hijos los secretos y los ritmos de la
tierra en idioma maya.
Y sigue levantándose todos los días al alba para sembrar y
cosechar el maíz y la calabaza con sus manos enormes y sólidas,
conmovedoramente reales.
DATOS MAYAS
Se calcula que en la actualidad hay unos seis millones de
descendientes mayas.
Habitan en buena parte de lo que se conoce como
Mesoamérica, es decir el sur de México (estados de Campeche, Tabasco, Chiapas,
Quintana Roo y Yucatán), Guatemala, Bélice, Honduras y El Salvador.
Sólo en México hablan 30 idiomas diferentes.
Entre algunos descendientes mayas conocidos a nivel
internacional se encuentran la premio Nobel de la Paz guatemalteca Rigoberta
Menchú y el cantante mexicano Armando Manzanero Canché.
‘’Lo que encuentran los españoles cuando llegan son
pueblos indígenas divididos, peleando por la hegemonía. En algún momento se
hubiera dado cierta estabilidad, hubieran surgido ciertos grupos, pero la
llegada de los españoles interrumpe ese proceso"
Daniel Juárez Cossio, Museo Nacional de Antropología de
México
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