Por: Nélsido Herasme
Con el “apoyo de prensa” dado hace unos días por Miguel
Vargas a la Junta Central Electoral, le envía una advertencia clara a la
militancia del Partido Revolucionario Dominicano, de que está dispuesto a
deteriorar su imagen al precio que sea necesario.
Vargas no tiene que acudir al alto tribunal de comicios para
promover la ley de Partidos Políticos, porque dicha pieza reposa en el congreso
de la República.
El partido blanco tiene congresistas y organismos para
hacer lobby, incidencia y cabildeo para lograr que una ley sea aprobada.
Vargas no tiene posibilidad de sobrevivir en esa
organización política, porque su liderazgo está reducido a la nada y es por
ello que a ciegas da golpes de palos a la piñata a ver si logra el premio.
“Horacio o que entre el mar”, parecería la sentencia del
presidente inorgánico y anti estatutario del PRD.
Quienes maniobran y lo ayudan en el contacto de dirigentes
regionales y de base, no se dan cuenta que los barrenderos y los que se
montaron en la patana, jamás le perdonarán la actitud que asumió en el pasado
certamen electoral.
Los de Miguel podrán coquetear con un sector del PLD,
podrán ponérsela cómoda al gobierno y recibir todo tipo de prebendas, pero no
impedirán que un nuevo sol se levante y brille sobre el jacho del PRD.
Miguel está jugando al tiempo, al cansancio y al olvido de
quienes él, con su postura frente a las candidaturas oficiales de su partido,
prolongó su hambre y sed de poder.
A los ingratos hay que recordarles que el PRD ganó las
mayorías de las candidaturas de ultramar, y en el plano local, 28 provincias de
32, alcanzó, como partido, un 44 por ciento y con sus aliados un 47.
A este triunfo avieso del PLD, sumémosle la exclusión de
los Partidos Revolucionario Independiente (PRI), Nacional de Veteranos y
Civiles (PNVC) y la labor de los que actuaron como cipayos a favor de la causa
morada.
Fue la militancia perredeista, la que a pie, bajo lluvia y sol, saboreó el
amargor de la derrota, gracias a la labor de los judas modernos del PRD.
En las comparecencias de prensa ofrecidas por Miguel, a
sus espaldas no se ve un dirigente de relevancia del PRD.
Miguel podrá seguir contando con el espaldarazo de un
sector del PLD, porque en el suyo, su carrera política ha quedado sepultada
para siempre.
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