Por: Amaurys
Florenzán
A partir de la revolución industrial gran parte de los
problemas ambientales y climáticos
tienen su génesis en esta etapa, ya que
generó cambios agresivos en los patrones de producción y consumo de bienes por
la utilización de instrumentos hábiles, cuyo movimiento exigió la aplicación de la energía de la naturaleza
de manera excesiva.
El afán del hombre por ir mejorando la productividad, lo ha llevado a realizar grandes
inventos, sustituyendo
herramientas e instrumentos inertes cuya eficacia dependía por completo
de la fuerza y la habilidad del sujeto que lo manipulaba; pero, con el proyecto
del motor se consiguió transformar la
energía de la naturaleza.
Uno de los aspectos negativos del proceso de la
industrialización ha sido sin lugar a duda la emisión de Dióxido de Carbono
(CO2), alrededor del mundo.
Antes de la llegada de la era industrial, la concentración
de CO2 en la atmósfera era de 280 ppm (partes por millón), pero según las investigaciones
en la actualidad, el nivel es de 360 ppm, lo que representa un crecimiento de
cerca del 30% en menos de 300 años.
Hoy en día el
exceso de la explotación de la energía de la naturaleza como la minería, los
bosques y la extracción de petróleo,
esta última principal materia prima para la producción industrial, ha generado
cambios desfavorables para la continuación de la existencia de los seres
humanos.
También el mar y el
calor…
La falta de depósitos
para los desechos químicos ha resultado negativa para la biodiversidad
de la vida marina en los diferentes continentes. Esos antecedentes establecen de igual forma, que la
Tierra está acostumbrada a cambios lentos, no rápidos.
Desde 1860 se ha registrado un aumento de entre 0,3 y 0,6 grados centígrados
de temperatura. En la actualidad las
investigaciones precisan que se ha elevado entre 0,4 y 0,8 grados, lo que
representa un notable incremento.
Los impactos en el volumen de calor se han hecho notables
en la extensión del nivel del mar, ya
que en los últimos 50 años, se ha
producido el derretimiento del conjunto
Filchner-Ronne de la
Antártida, ubicada en el Mar de Weddell, el cual pierde cinco
metros al año y supondrá un ampliación global del mar de 4,4 milímetros
anuales provocando inundaciones.
Este cambio de temperatura no solo ha afectado a los seres
humanos, sino también la extinción de varias especies de animales y otras se encuentran vulnerables.
Entre la lista de animales en condiciones de extinguirse
se encuentran: el Panda Gigante; Oso Polar; Águila Filipina (Pithecophaga
Jefferyi); Águila Imperial Ibérica (Aquila Adalberti); Anguilla; el Manatí de
las Indias Occidentales o Vaca Marina (Trichechus manatus); Tortuga de Carey
(Eretmochelys Imbricata); Cocodrilo Americano y el Gavilán de los Haitises,
entre otras especies.
Según la página web www.neoteo.com, existe una lista
compuesta por más de 27 animales y plantas que directa o indirectamente, se han
extinguido como resultado de la actividad humana en las últimas cinco
décadas. Esto es un ritmo de pérdida de
biodiversidad cien a mil veces mayor que el que ocasionaría el proceso natural
de extinción.
Asimismo, el manto de hielo de Groenlandia podría
derretirse por completo si se supera el límite de 1,6 grados de calentamiento
global, según un estudio de la Universidad Complutense
y el Instituto Postdam para la
Investigación del Cambio Climático.
Ciudades inundadas
En Argentina, las regiones costeras pierden cada año más
de un metro de superficie y se pronostica que el norte de Buenos Aires, el
Delta y el sur sufrirán la subida del nivel del mar, entre 10 y 14 metros para los
próximos 20 años.
De igual forma, en
Europa, la ciudad de Venecia continúa hundiéndose a un ritmo de aproximadamente
2 milímetros
al año, aseguró Yehuda Bock, un geodésico del Instituto Scripps de Oceanografía
en la Universidad
de California, en San Diego, y autor principal de la nueva investigación sobre la Deriva de la Ciudad de los Canales.
También algunas islas del Pacífico como Tonga y Tuvalu ya
han reportado incrementos en los niveles del mar, de 10 centímetros en
los últimos doce años, de acuerdo al Proyecto de Monitoreo Climático y Nivel
del Mar del Pacífico.
Algunas de las ciudades más importantes del mundo,
incluyendo Bangkok, Londres, Miami y Nueva York, podrían inundarse antes de fin
del siglo, de acuerdo a un estudio reciente sobre las temperaturas actuales en
la región ártica, publicado por la revista
Science(Ciencia).
“Más de 100 millones de personas podrían verse afectadas
por un incremento en el nivel del mar de 3 metros”, afirma Gary
Griggs, director del Instituto de Ciencias Marinas de la Universidad de
California, Santa Cruz.
En República
Dominicana
El país no escapa a este fenómeno, ya que en los últimos cinco años, los lagos Enriquillo y Azuei, así como la laguna de
Cabral han registrado un gran crecimiento en su nivel de agua, provocando inundaciones en las zonas y causando pérdidas
millonarias.
Amparo Chantada, ambientalista y catedrática de la Universidad Autónoma
de Santo Domingo (UASD), advirtió a las
autoridades que los desbordamientos de los lagos Enriquillo y Azuei podrían
provocar una catástrofe mayúscula en las empobrecidas provincias,
principalmente en la fronteriza de Jimaní, al punto de tragarse toda la zona,
si no se le ponía atención al fenómeno.
Las predicciones de Chantada fueron exactas, debido a que
cientos de tareas de tierras cultivadas en la actualidad han quedado anegadas e
irrecuperables en la provincia de
Bahoruco, mientras que en Jimaní la aduana y los puntos comerciales entre
República Dominicana y Haití quedaron sumergidas.
Chantada manifestó que hace cuatro años visitó ambas
lagunas junto a un grupo de científico de diferentes instituciones, quienes en
su informe advirtieron a las autoridades del Gobierno que la situación se
complicaría en Bahoruco y Jimaní, así como en poblaciones aledañas debido a la
amplificación del nivel de los lagos y que induciría a la inundación que se
observa en diferentes oficinas y comercios de esas localidades.
En esa ocasión recordó la especialista haber indicado a
las autoridades poner atención al fenómeno, porque el desbordamiento del lago
Enriquillo no se debe a las lluvias, sino al aumento del nivel del Azuei, en el
lado haitiano, lo que pondrá en peligro a las poblaciones que viven en torno a
esas localidades de la franja fronteriza.
Explicó Amparo Chantada que el lago Enriquillo, a 40 metros por debajo del
nivel del mar, podría aumentar su caudal a causa del desbordamiento del Azuei,
situado a 14 metros
sobre el nivel del mar.
La ambientalista precisó que la llanura donde está el lago
Azuei es muy frágil, por el uso intensivo de la tierra y dijo que el manto
freático está casi a nivel del mar. Advirtió que producto del cambio climático
y a una pequeña elevación del Océano Atlántico, la zona de Puerto Príncipe
hasta Azuei puede correr riesgos.
Para nuestro multimedios DominicanosHoy es preocupante que
la mayoría de los acuerdos sobre la protección de la naturaleza y la reducción
de las emisiones de gases solo hayan sido tomadas en cuenta por un minúsculo
grupo de países, mientras que las grandes potencias continúan de manera
agresiva actuando contra el medio ambiente.
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