DominicanosHoy continúa ofreciendo una serie de reportajes
sobre los candidatos presidenciales que no han contado con el apoyo de los
presidentes de sus respectivos partidos, especialmente en los últimos dos
lustros de la vida democrática en la República Dominicana.
Esta vez contamos con las opiniones del veterano comunicador, Julio Hazim, conductor del programa de televisión Revista
110, así como de los reconocidos sociólogos Pedro Catrain y César Pérez.
Hazim recuerda que la
historia dominicana ha demostrado que: “no le ha ido bien” a los
dirigentes políticos que han apoyado abiertamente a partidos contrarios al
suyo. Añade que no solo se ha dado el caso de los presidentes que no han
respaldado a los aspirantes de su organización política, sino que han existido
diferencias entre los propios partidos y sus postulantes.
Puso como primer ejemplo al organizador del partido Unión
Cívica Dominicana (UCD), Buenaventura
Sánchez Félix, a quien nunca le gustó un buen vicepresidente, sino que siempre buscó un hombre “sin nombre” y
desconocido.
Sostuvo que después, en 1966, el líder y fundador del
Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), doctor Joaquín Balaguer, asumió el
poder con el compromiso de apoyar a
Francisco Augusto Lora, quien al no recibir el apoyo de aquel se fue solo con
el Movimiento de Integración Democrática (MIDA), y un grupo de reformistas.
Indicó Hazim que luego, en 1973, se produjo la división
del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), y al año siguiente, el Partido de la Liberación Dominicana
(PLD), con Juan Bosch a la cabeza, acudió a sus primeras elecciones, donde sacó
17 mil votos. En 1986, el entonces Presidente de la República, Salvador
Jorge Blanco, no apoyó a Jacobo Majluta y perdió porque prefirió el éxito de Balaguer, con
quien le fue muy mal, tal y como podría sucederle a Miguel Vargas ahora, por no
adherirse a Hipólito Mejía, puntualiza el entrevistado.
“En el año 1986
ganó Balaguer porque a Majluta no lo apoyó su partido. Luego, en 1990, él y
José Francisco Peña Gómez se dividen.
Allí Bosch logra una votación masiva, mientras que Peña y Majluta consiguen una
insignificante”.
El comunicador narró que más tarde, en 1994, Balaguer le
gana a Peña y se habla del fraude. Modifican la Constitución y aúpa,
dos más tarde, en 1996, a
Leonel Fernández, quien resulta ganador. “En ese ínterin Balaguer no aprueba al
candidato de su propio partido, Jacinto
Peynado, no por traidor, sino porque desde un principio sabía que éste no iba a
ganar. No le importó votar, contrario a lo ocurrido en la actualidad, donde por
lo menos Vargas Maldonado sufragó a favor de su partido”.
Subrayó Julito Hazim que en el 2000, Hipólito Mejía ganó las elecciones
presidenciales de manera arrolladora. En 2004, Leonel Fernández triunfó en
primera vuelta y se reeligió en 2008, año en el cual el PRD llevó como
candidato presidencial a Miguel Vargas: “Entonces, una parte de esa
organización partidaria, incluyendo a Hernani Salazar, hombre de confianza de
Mejía, no se sumó a la candidatura de su aspirante”.
En 2011, se enfrentan en una convención interna Vargas
Maldonado e Hipólito Mejía, resultando vencedor este último. Se alegaron
irregularidades, debido a que supuestamente habrían votado más de 200 mil
peledeístas a favor de la candidatura del ex presidente.
Según criterio del productor de Revista 110, otro fue el
caso de Fernando Álvarez Bogaert, quien abandonó el Partido Reformista y pasó
al PRD, con Peña Gómez: “y pasó sin penas, ni glorias”.
Concluye Hazim que el caso de Miguel Vargas es diferente
es diferentes a los demás líderes que no han apoyado a los candidatos de sus partidos,
porque a su juicio éste era el candidato natural del PRD para los recientes
comicios; pero, le usurparon la
oportunidad: “eso es lo que no se quiere decir. Porque se le tiene miedo a
Hipólito Mejía, quien logró la mayor unificación de su partido en las
elecciones. El único que no se sumó fue
Vargas Maldonado; pero, no se fue en contra. Si lo votan, al PRD no le va a ir
bien”.
De su lado, el politólogo y sociólogo Pedro Catrain
recuerda que en el caso de Augusto Lora, éste
cometió el error de decir que el líder reformista Joaquín Balaguer era un “monstruo de siete cabezas”, luego de
lo cual se fue a fundar el MIDA, que inicialmente fue un movimiento
antireeleccionista que no tuvo suerte, por la intención de Balaguer de
perpetuarse en el poder.
Según su opinión similar suerte corrieron dentro del PRSC
los dirigentes Jacinto Peynado y Fernando Álvarez Bogaert. Mencionó la decisión
de Balaguer de buscar una alianza con el Partido de la Liberación Dominicana
(PLD), en función del odio que le tenía
a Bogaert, quien al irse de su lado fue a las elecciones como candidato vicepresidencial de Peña Gómez (en
el PRD), en las elecciones de 1994.
Catrain subraya que en ese momento Peña Gómez estaba en
una fase terminal de su salud, y si ganaba las elecciones su sucesor, sería
Álvarez Bogaert, un ex dirigente reformista odiado por Balaguer.
Sobre Peynado explicó que éste fue un empresario que logró
una base importante dentro del PRSC y también fue bloqueado por Balaguer, quien
al referirse a Leonel Fernández reafirmó que “había encontrado un gallito que
no era de su traba” y prefirió entregarle la sucesión política, en lugar del
candidato de su partido.
El politólogo destaca dentro de las “extrañas jugadas
políticas” el caso Miguel Vargas Maldonado
e Hipólito Mejía, donde razona que el
primero ha confundido la política con los asuntos empresariales y ha
desarrollado un liderazgo sobre la base de lo que catalogó como: “el nuevo
PRD”, desconociendo los dirigentes tradicionales y emergentes.
Argumentó que fue muy recordada la convención donde Vargas
Maldonado escogió desde arriba los candidatos a diputados, senadores, regidores
y síndicos para las elecciones de medio término de 2010, en cuyo proceso
incorporó personas sin tradición en el PRD, como Víctor Gómez Casanova y Kalil
Michel.
Catrain entiende, además, que Miguel Vargas
tuvo el repudio de sectores económicos, lo que fue aprovechado por
Hipólito Mejía para conseguir la candidatura presidencial del PRD con el apoyo
de esos grupos.
“Yo creo que Miguel Vargas cometió una cadena de errores.
No participó en las elecciones: todo el mundo sabe que hubo alianzas
soterradas, sobre todo con el presidente Leonel Fernández y como favoreció a la
selección de los miembros de las
llamadas altas cortes.
Esa situación ha provocado que muchos en el PRD estén
pidiendo su cabeza.
“Miguel Vargas Maldonado será un político ya fracasado,
sin ningún tipo de perspectivas en los próximos años”, sentenció finalmente
Pedro Catrain.
César Pérez
El también sociólogo César Pérez confesó al respecto que
no tiene conocimiento acerca de que en
la historia dominicana un presidente de
un partido haya hecho causa común contra su propia organización política. Opina
que el aislamiento de Vargas Maldonado jugó un papel importante en la derrota del PRD en las elecciones del pasado 20 de
mayo.
“Los perredeístas deben pasar factura al presidente del
partido blanco”, añade y rememora que
Valgas Maldonado se negó a reconocer el triunfo de Hipólito Mejía en la
convención del 2011, donde el ex mandatario
resultó electo candidato presidencial del PRD.
César Pérez cataloga como otra mala señal enviada por
Vargas Maldonado el hecho de que, aunque votó por Mejía, lo hizo a las 5:15 de
la tarde, cuarenta y cinco minutos antes de cerrarse la votación en los
colegios electorales.
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