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Mujeres agredidas con saña rebasan hospital

jueves, 23 de febrero de 2012

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com

EN LO QUE VA DE ESTE AÑO, 24 MUJERES, LA MITAD QUE EN 2011, HAN SIDO YA ATENDIDAS EN EL DARÍO CONTRERAS POR AGRESIONES CON PALOS, MARTILLOS, PIEDRAS, Y HASTA MACHETES, POR SUS PAREJAS O SUS EXPAREJAS
Laura Peralta/Listín Diario
Santo Domingo
.- Milagros Reyes es una de las tantas mujeres dominicanas que ha visto la muerte merodear de cerca por manos de su pareja. Los martillazos que recibió en su cabeza el 31 de enero, la mantienen postrada en una cama del Darío Contreras. Incapaz de hablar para narrar su historia, la mujer, proveniente de La Caleta es otra víctima de la violencia que conservará en su memoria y en su piel el recuerdo de la agresión.

Desde principios de año hasta la fecha, 24 mujeres han sido atendidas en el Darío Contreras por agresión de sus parejas o exparejas, la mitad de los casos registrados en todo el 2011,  cuando ascendieron a 50.
En los registros se observa que 13 mujeres fueron agredidas a puñetazos y otros golpes con las manos, mientras que 11 fueron heridas con objetos contundentes y cortantes. Palos, piedras y machetes figuran en informes reveladores del tipo de maltrato que sufren las dominicanas.
A pocos metros de distancia de la cama en que se recupera Milagros, Eridania del Carmen padece las secuelas del calvario que vivió el 25 de enero.
La joven de 26 años, proveniente de Hato Mayor, fue agredida a machetazos en la cabeza por su expareja, quien se negaba a aceptar la separación de ambos, y quien, a pocos días de agredirla, se suicidó pensando que la había matado. Eridania sufrió un trauma cranoencefálico y cortaduras en otras partes del cuerpo.
“Él quería que viviera con él obligado. Yo estaba comprando una sal en el colmado y cuando volvía a mi casa me cayó a machetazos. Seguro fue por celos, porque otra cosa no podía ser. Él me dijo, ‘ni es para mí, ni va a ser para otro’ ”, cuenta la víctima.
Tomás Severino, de 29 años, le decía constantemente a Eridania “que le iba a hacer una”, pero ella hizo caso omiso a esas amenazas.
“Yo no llevé eso en mente. Cada vez que hablaba con un hombre, él decía que ya era un marido mío. Eso era lo que él me hacía, yo no podía hablar con nadie y lo solté por malo que era”, manifiesta Eridania.
Secuelas físicas
El rostro es una de las zonas del cuerpo de las mujeres al que apuntan con frecuencia los agresores que usan objetos contundentes.
Desde noviembre de 2011 hasta enero del presente año, se atendieron 418 casos de agresiones en el Departamento de Cirugía buco-máxilo-facial del Darío Contreras. De esa cifra, 67 mujeres fueron agredidas, siendo 54 maltratadas por parejas.
“Desde el punto de vista psicológico es una afección muy grande para una mujer. Cuando son heridas por armas blancas siempre queda alguna cicatriz, aunque tratamos de evitar que eso ocurra, pero siempre quedan visibles”, sostiene el doctor Ramón Pichardo.
Según la doctora especialista en violencia intrafamiliar del Centro Vida y Familia, Heidy Camilo, cuando el abusador sale de la esfera de lo privado a la zona visible para agredir a su pareja, lo hace para someterla. “Una mujer con un hematoma en la cara tiene ausentismo laboral, vergüenza... y el agresor se aprovecha de eso”, dice.
En el noviazgo
Con 18 años, Jessica Gutiérrez vivió una pesadilla cuando su novio, de 19, aprovechó que se encontraba en un colmado con su madre y hermanos para atacarla. “Fui al baño y cuando salí me agarró y me montó en un carro mientras iba dándome golpes hasta que me llevó a un edificio cerca de mi casa. Me paré a una distancia del edificio y empezó a tirar piedras, hasta que agarró un pedazo de block y me lo pegó en la cara”, cuenta la joven.
Jessica sufrió daños en el globo ocular derecho, lo que le dificulta la visión. “No voy a ser la misma de antes”, sostiene la estudiante de cuarto de bachiller, quien, según dice, su novio no le permitía que hablara con otros hombres.
Denuncias
En el último año, los casos de violencia publicados en los medios de comunicación con frecuencia se refieren a feminicidios y maltratos con objetos contundentes y armas blancas. No obstante, esto no necesariamente supera la frecuencia con que se agrede con otros métodos.
Aunque la Unidad de Atención y Prevención de la Violencia de la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional no pudo ofrecer a LISTÍN DIARIO un informe de las denuncias por violencia contra la mujer en lo que va de año, la mayoría son por golpes con las manos, según la magistrada Rosanna Campusano.
“La violencia es escalada. Los agresores empiezan a golpear en los costados, senos y otras zonas del cuerpo que no son visibles. Quizás la mujer no vaya al hospital”, dijo Camilo.
Los casos de violencia que van a los hospitales son presentados a la Fiscalía, pero la consultora jurídica del Darío Contreras, Griselda Montero, considera que las víctimas deben recibir mayor protección policial.
Sin embargo, más allá de los constantes actos de violencia contra la mujer y sus denuncias, es necesario analizar cómo se construyen los conceptos de autoridad y vínculos amorosos para comprender las implicaciones emocionales y psicosociales que provocan desenlaces trágicos en las relaciones de pareja.
IMPLICACIONES EN TIPO DE AGRESIÓN
A diferencia de las bofetadas, puñaladas y otros métodos de agresión, los objetos contundentes y cortopunzantes suelen dejar graves heridas en el cuerpo.
El doctor Héctor Quezada, director del Darío Contreras, considera que el factor económico incide en el tipo de objeto empleado por el abusador. “Los victimarios con escasos recursos recurren a cualquier objeto que tengan a mano, y las armas de fuego por lo general las ostentan personas con otras condiciones económicas”, señala.
No obstante, el uso de objetos contusos refleja una fuerte carga de violencia acompañada de una descarga emocional que se aprecia en la reiteración de los golpes, capaces de ocasionar la muerte.
La doctora especialista en violencia intrafamiliar del Centro Vida y Familia, Heidy Camilo, considera que objetos como palos, en el caso de violaciones sexuales, se utilizan para degradar a la mujer. El uso de ciertos objetos también depende del tipo de agresor.
Según Camilo, el agresor tipificado como “pitbull” utiliza cualquier elemento que tenga cerca. El agresor tipo “cobra” planea el ataque e intimida con ciertas armas. El ambiente donde se desarrolla la escena también es decisivo.


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