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Daño irreparable al PRD

sábado, 1 de mayo de 2010

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com

El partido marcha sin rumbo. Como una veleta en alta mar, con un capitán embriagado de un poder que aún no tiene porque no lo ha ganado, ni lo ganará. El PRD debería estar en mejores condiciones electorales.Por: Juan Taveras Hernández
El daño que le está haciendo Miguel Vargas Maldonado al Partido Revolucionario Dominicano es irreparable, fruto de la arrogancia y la prepotencia con está siendo dirigido. Jamás el PRD había sido dirigido de manera tan torpe, ni con tanta ignorancia política. Nadie sabe cuál es la táctica ni la estrategia del PRD en estos momentos. El partido marcha sin rumbo. Como una veleta en alta mar, con un capitán embriagado de un poder que aún no tiene porque no lo ha ganado, ni lo ganará. El PRD debería estar en mejores condiciones electorales, listo para ganar por lo menos 20 senadores, más de cien diputados y más de cien alcaldía. Pero no será así. Y el único responsable será Miguel Vargas que ha impuesto candidatos impopulares, sin arraigo ni méritos partidarios. Miguel Vargas que le quitó la candidatura a muchos que la ganaron para colocar a sus amigos, como si el PRD le perteneciera, como si el PRD fuera su empresa donde solo trabajan los que él decida. Miguel Vargas que patrocina y promueve, junto al presidente Leonel Fernández, el transfuguismo y la división del PRD.
Estamos ante un gobierno desacreditado fruto de los escándalos de corrupción, narcotráfico, inseguridad ciudadana, alto costo de la vida, desempleo, etc. Un gobierno terriblemente malo. Un partido como el PRD, bien compactado, bien único, con una táctica y una estrategia bien diseñada, con un plan bien orquestado, jugando su rol de opositor, debería ganar mucho a poco las elecciones. Pero Miguel Vargas se ha empeñado en que el PRD pierda mucho a poco. Ya está bueno de silencios y de complicidades; ya está bueno de soportar atropellos; el PRD de hoy no es el PRD que formó Peña Gómez. El PRD de Peña Gómez era un PRD aguerrido, listo siempre para el combate, para enfrentar a los enemigos más poderosos; pero el PRD de hoy es un PRD de hombres y mujeres temerosos; el viejo PRD enfrentó a Juan Bosch, incluso enfrentó al propio Peña Gómez. Pero una buena parte de esos mismos perredeístas, por miedo a perder un cargo o una nominación congresual y municipal no se atreven a enfrentar a Miguel Vargas. ¡Vergüenza debería darles! El PRD es más importante que cualquier cargo en el partido, más importante que todas las senadurías, que todas las diputaciones, las regidurías y demás. El PRD ha sido y debe seguir siendo un instrumento de lucha del pueblo dominicano; el PRD no debe ser una fuente de enriquecimientos de nadie, mucho menos una empresa particular de nadie.
Un partido político, lo he dicho muchas veces, es una unidad de propósitos. La gente que milita en un partido determinado lo hace en función de sus intereses de clase. Una línea política, una ideología lo guía en la búsqueda del poder. En los partidos modernos la democracia es vital porque la gente tiene que sentirse libre, tiene que sentirse importantizada permitiéndole que se exprese con libertad. Los dirigentes, como bien lo indicia la palabra, dirigen gentes. Pero no de manera arbitraria ni atropellante. En el PRD de hoy, no existe democracia, ni libertad.
Un partido grande, de sólidas raíces populares hasta convertirse en un sentimiento nacional, merece una dirección sensata, más cerca de la gente, que una, no que divida, que respete las leyes internas y los organismos creados estatutariamente. El PRD no precisa de un dictador. El PRD precisa de una dirección colegiada como sucede modernamente. El liderazgo mesiánico hace tiempo desapareció. Por favor que alguien se lo informe a Miguel Vargas para que no le siga haciendo tanto daño al mil veces glorioso Partido Revolucionario Dominicano, el partido del pueblo, el partido de la esperanza nacional, como dijera tantas veces Peña Gómez. Mientras tanto que se vayan preparando los perredeístas de verdad para salvar al PRD de la muerte porque quedará gravemente herido después de las elecciones. Y la culpa será de Miguel Vargas y sus aliados. ¡De nadie más!.

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