ROMA AFP.- Unos 130 curas fueron "detenidos, inculpados y condenados" en los últimos dos años en el marco de procesos por pedofilia en Italia, escribió el martes el cotidiano Il Fatto, citando a un abogado según el cual esta cifra solo representa "la parte visible del iceberg".
De Bolzano, al norte, a Trapani, al sur, las fiscalías italianas "se encontraron confrontadas al hecho de tener que efectuar investigaciones implicando a eclesiásticos y donde las víctimas eran jóvenes, a menudo muy jóvenes", prosigue el cotidiano.
"Es una cifra alarmante si se considera que no es más que la parte visible del iceberg, si se piensa en todos los casos que no tuvieron ningún eco en la prensa o que no fueron denunciados a la justicia", estimó el abogado Sergio Cavaliere que reunió la documentación sobre los 130 casos citados, según el cotidiano. "En ningún caso el obispo local advirtió a la policía sobre las sospechas de abusos", afirmó Cavaliere.
Según Pietro Forno, un juez de la fiscalía de Milán (norte) que instruyó numerosos expediente de curas sospechosos de pedofilia, diez de los cuales fueron condenados, "en los casos tratados las querellas no fueron nunca presentadas por un obispo u otros religiosos sino por miembros de la familia de las víctimas que primero habían recurrido, sin éxito, a las autoridades eclesiásticas", agrega el diario.
Por otra parte, la policía sospecha de la existencia de "una red de religiosos que tienen una pasión por los menores".
"En más de un caso, los investigadores establecieron que el religioso que cometía abusos sexuales contra menores compartía esta desviación con otros correligionarios", agrega el diario.
Desde fines de 2009, la iglesia Católica está conmocionada por revelaciones en serie sobre abusos pedófilos cometidos por religiosos, a menudos cubiertos por su jerarquía, en Europa, en particular en Irlanda y Alemania, y en Estados Unidos, pero cada vez más también en Italia.
En las últimas semanas, el propio papa Benedicto XVI fue cuestionado por la prensa alemana y estadounidense por haber, según éstas, mantenido silencio sobre abusos cuando era arzobispo de Munich y luego jefe de la Congregación por la Doctrina de la fe en el Vaticano.
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