La lucha feroz que por la silla de la Secretaría General vienen disputándose los dirigentes perredeístas Guido Gómez Mazara y el actual senador por Maria Trinidad Sánchez, al parecer, creyendo que con adefesio publicitario, en otro, subliminal, encontraran adeptos a sus pretensiones, olvidando el uso que dieron a la militancia cuando fueron poder. Uno, con una altanería y prepotencia cuasi imperial, por aquello de las alturas, el otro, engreído por sus cuatro veces reelección en la butaca congresual, sin cavilar que no todo es para siempre y que su magia se quedó en contratas, acuerdos, prebendas, viáticos, no en los compañeritos de abajo. Convencido, este último ante este dilema, de que no volverá a repetir en la curul, se une la correría por la secretaría del partido, a sabiendas que perderá el filón que por años succionó. Texto y foto: Reynaldo Hernández Rosa
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