Por Edgar R. Aponte
A mi querida provincia Maria Trinidad Sánchez:
En estos momentos los órganos legislativos de nuestro país (Cámara de Diputados y Senado), constituidos en Asamblea Nacional, conocen el artículo 16 de nuestra constitución, que trata sobre la nacionalidad dominicana.
Las normas sobre nacionalidad y ciudadanía –un atributo soberano de cada Estado- varían de un país a otro. En algunos países, como es el caso de Estados Unidos, tienen una política sobre la nacionalidad basada en el principio jurídico conocido como jus soli (derecho de suelo). Que significa que toda persona nacida en ese territorio adquiera automáticamente la nacionalidad de ese país por el derecho al suelo. Otros países, como Alemania, Bahamas, Francia, Irlanda, o Haití, para citar sólo unos pocos, tienen una política basada fundamentalmente en el principio jus sanguinis (derecho de sangre). Esto significa que los ciudadanos adquieren la nacionalidad de sus ascendientes.
En la actualidad nuestro país tiene un híbrido en cuanto al derecho de
El actual sistema ha generado bastante confusión, y en cierta forma permite que grupos de intereses extranjeros acentúen su campana sucia en contra de la patria de Duarte, Luperón y Máximo Gómez.
Esos grupos “exigen”, desconociendo nuestras leyes y soberanía, que en
En la actualidad, esos grupos pretenden influenciar nuestra Asamblea Revisora –campaña que ha encontrado eco en algunos de nuestros legisladores, incluso de nuestra provincia- para que en nuestro país se adopte el jus soli, y se le otorgue la nacionalidad a miles de ilegales que nacen en
Con seguridad y certeza digo que nuestro pueblo se enorgullece de su lucha contra la tiranía, el despotismo, las ocupaciones extranjeras y muchas otras situaciones adversas ocurridas a través de nuestro largo y exitoso proceso de construcción de un sistema político libre, democrático y estable.
José Martí decía que la dignidad de unos muchos descansa en unos pocos. Hoy día nuestra nacionalidad descansa en
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