El presidente boliviano Evo Morales ha entregado este sábado 34 títulos de propiedad de tierras a pobres indígenas guaraníes beneficiados con la expropiación estatal de campos de ricos terratenientes -propietarios de extensiones mayores a 5.000 hectáreas-. La política contra los latifundios está amparada en la nueva Constitución, aprobada por referendo en enero de este año. Morales ha distribuido alrededor de
Miles de guaraníes asistieron al acto de entrega de las tierras en la localidad boliviana de Santa Cruz. La concentración tuvo lugar a apenas
"La propiedad privada siempre será respetada, pero queremos que la gente que no está interesada en la igualdad cambie su mentalidad y se concentre más en las necesidades del país que en el dinero", ha expresado Morales en el discurso que pronunció antes de repartir los títulos. Entre los afectados por la política de distribución de tierras está el ganadero Ronald Larsen, que se ha convertido en uno de los principales opositores a la reforma agraria. Larsen y los otros cuatro estancieros han amenazado con bloquear la entrada de los indígenas a las tierras.
"Hoy comenzamos a poner fin al latifundismo en Bolivia", ha anunciado Morales. La transferencia de los campos ocurre seis semanas después de que el presidente aymara celebrase la adopción de una nueva Constitución socialista, que da más poder a la mayoría indígena, autoriza la reelección del presidente y asigna más facultades al Poder Ejecutivo para intervenir en la economía.
"Estas tierras no eran improductivas sino que en ellas se producían violaciones a los derechos humanos de los guaraníes, que, a partir de ahora, serán sus nuevos dueños", ha declarado el presidente boliviano. Morales, líder cocacalero, es el primer presidente indígena (lleva tres años en el poder). El mandatario es especialmente popular entre la población más pobre y los grupos indígenas aymara, quechua y guaraní que sufrieron siglos de discriminación en el país más pobre de Sudamérica.
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