
Durante su alocución retransmitida por televisión desde el Capitolio, Obama ha tratado de equilibrar las nefastas previsiones financieras y ha insistido en que los estadounidenses pueden capear el temporal. "Ha llegado el momento de actuar con osadía y sensatez, para no sólo revivir esta economía, sino también erigir unos nuevos cimientos para una prosperidad duradera", ha dicho Obama, quien ha recalcado que su programa económico permitirá crear puestos de trabajo, que los bancos vuelvan a otorgar préstamos y que se invierta en áreas como las energías renovables.
El discurso, en el estilo de los del Estado de la Nación, aunque no técnicamente porque Obama lleva sólo cinco semanas en el cargo, ha estado dominado por cuatro temas claves: estabilidad financiera y responsabilidad, educación, independencia energética y la revisión del sistema sanitario. En cambio, ha preferido ahorrarse las referencias sobre hipotéticas futuras nacionalizaciones de bancos.
"Lo que necesitamos ahora es empujar juntos, enfrentarnos con audacia a los retos que se avecinan y tomar nuestra parte de responsabilidad en nuestro futuro", ha declarado el mandatario antes de detallar su plan de actuación para resolver la crisis. Entre las iniciativas, se encuentra el plan de estímulo valorado en 787.000 millones de dólares y promulgado la semana pasada, que Obama lleva defendiendo desde las primeras semanas de su mandato.
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