Febrero me sabe a Patria, a lucha, a ideal, es el mes que me recuerda la inmolación de nuestros próceres, que me hace reflexionar sobre el honor que debo tener por el privilegio de haber nacido bajo el mismo cielo y sobre el mismo suelo de aquel Apóstol de
Febrero me recuerda que una vez liberada
Fue así como mediante la resolución No.17 adoptada por
El 10 de septiembre de 1844 fue conducido a su segundo ostracismo, y herido en su más íntima sensibilidad así narraba Juan Pablo Duarte su desgracia.
“A la seis de la tarde rodeado de numerosas tropas bajamos del muelle. Yo iba enfermo con las calenturas que había traído de Puerto Plata. Me apoyaba para poder andar en los brazos de mi hermano Vicente y su hijo Enríquez. Al llegar al bote que debía conducirnos a bordo del buque nos hicieron separar, pues los opresores de la patria para hacernos más dolorosa la separación nos confinaron a distintos puntos”.
Tiempo después del más apartado rincón de su corazón sublimado por el padecimiento físico y moral, Duarte escribió estos versos que llevo siempre en el refugio solitario de mi conciencia:
“Ellos que al nombre de Dios, Patria y Libertad se alzaran; ellos que al pueblo le dieron la independencia anhelada, lanzados fueron del suelo por cuya dicha lucharan; proscriptos, sí, por traidores los que de lealtad sobraban”.
Ángel Manuel López González/ Miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PRD
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