San Francisco de Macorís.- Después de casi tres años que juraron por una butaca en el Congreso Nacional hacer cumplir las leyes y trabajar a favor de sus comunidades, las insaciables cáfilas que nos representan, han constituido el más pútrido desempeño observado en los años recientes.
La bonanza que acusan nuestros “dignos y sacrificados legisladores”, donde todos con sus “barrilitos”, “cofrecitos”, contratas, así como la inscripción de todos los familiares: hijos, esposas, u otros allegados, en la nómina del Estado, se creen que volveremos los pendejos, a subragar por semejantes carpantas.
Tenemos, los residentes en la provincia Duarte una capilla de diputados que al menos quien esto escribe no conoce una iniciativa parida por unos de estos acéfalos “vive bien” que vayan en ayuda de algunos de los reclamos colectivos de la zona.
De la miasma de congresistas Duartianos, donde muchos con dos y tres períodos succionando recursos del erario, gracias a maniobras nada santa, propietarios de serios escándalos de corruptela, aún aspirando a continuar drenando los dineros de la cosa pública a través de entelequias partidarias.
Unido esto a la carencia de liderazgo en todos los municipios de la provincia, donde los residentes no saben a quien acudir para interponga sus oficios para buscar solución a los acuciantes escollos inherentes a sus comunidades.
Sólo cuando tragedias como los recientes daños causados por los eventos atmosféricos, salen al ruedo público la caterva de rostros bovinos de nuestros legisladores, siempre atentos a los empresarios católicos, los socios contratistas así como sus negocios propios del filón del Congreso.
Nuestro senador, próspero empresario de los fertilizantes, gracias a los servicios de rancias cúpulas “periodísticas” nos atosiga con su preocupación por las zonas agrícolas de la zona, pero sólo en los diarios, no hace, mucho menos visita los parceleros para conocer de sus necesidades, empero, cuando necesitaba el voto recorría sus agrestes caminos vecinales polvorientes.
El representante al Senado por Duarte, tan pronto ocupó la curul inició su labor “filantrópica” a favor de las delgadas cuentas de los hombres del Vaticano, donde su primer acto fue donar unos tres millones para la instalación de un moderno laboratorio de informática a
Más luego siguieron los donativos al centro de educación superior más caro de la región, donde hasta una bendición le hizo llegar el sumo pontífice allá, en El Vaticano, el único país que produce santos por sus enormes aportes a la entidad de los empresarios de Dios.
Hoy, nos sorprende la información que suministran la legión de adulócratas bien pagados de que nuestro senador entró como socio a
Albricias.. De seguro tales donativos fueron erogados de la cuenta de sus empresas, no del “barril” destinado a los alcahuetes de los residentes de la provincia que le llevaron al asiento del Congreso para que defendieran sus problemas. Verdad Pueblo.
Esperemos, esperemos, los días por venir dirán si seguiremos haciendo filas para llevar a capillas semejantes, Esperemos carajo.
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