Por: Pedro Julio Abreu Columna
Primero darle las gracias al Dios Todopoderoso, al Dios Verdadero, al Dios de Amor. Y que Bendiga a todas las personas de Buena Voluntad.
Vivimos
tiempos en los que el ruido pretende reemplazar a los valores, y la prisa ha
hecho olvidar el respeto. Hoy más que nunca se vuelve urgente retomar la
disciplina nacida del amor, el respeto hacia los padres y los mayores, y la
guía firme de la moral y la ética como pilares de la convivencia humana.
Respetar a los
padres y a los mayores no es un acto del pasado: es un acto de sabiduría. En
ellos habita la memoria, la experiencia y el sacrificio que permitió construir
lo que hoy disfrutamos. Cuando se pierde ese respeto, la familia se debilita; y
cuando la familia se debilita, la sociedad entera comienza a resquebrajarse.
Las
deformaciones familiares y sociales no nacen de la nada: surgen cuando se
relativiza el bien y el mal, cuando se confunde libertad con libertinaje y
derechos con ausencia de deberes. La disciplina no es represión, es formación
del carácter; no anula la libertad, la orienta. Una sociedad sin disciplina
moral está condenada al desorden, y un pueblo sin ética está expuesto a la
corrupción.
La corrupción
no empieza en los grandes escándalos, sino en la pequeña falta justificada, en
la mentira aceptada, en el irrespeto normalizado. Allí donde la ética
retrocede, el abuso avanza; donde se debilita la conciencia, el poder se
corrompe.
Hoy levantamos
un llamado claro y sereno:
— A las
familias, para que vuelvan a ser escuelas de valores.
— A la
juventud, para que entienda que el respeto no humilla, engrandece.
— A la
sociedad, para que recuerde que el progreso material sin moral es vacío.
— Y a quienes
gobiernan o influyen, para que vuelvan a servir con honestidad y ejemplo.
No se trata de
mirar atrás, sino de rescatar lo esencial para avanzar con dignidad. Sin ética
no hay justicia; sin moral no hay confianza; sin disciplina no hay futuro.
El verdadero
desarrollo de una nación comienza en el hogar, se fortalece en la conciencia y
se consolida en la conducta diaria.
Retomar el
respeto, la moral y la ética no es retroceder: es salvar el mañana.
Pedro Julio
Abreu Columna
El Próximo
Presidente de la República Dominicana.
Dios, Patria y Libertad.

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