La Cámara de Diputados conoce hoy la propuesta de la colega Sonia Núñez para elevar a San José de Matanzas a municipio. Este debate no surge de la nada: es la continuación de una visión que cambió para siempre la forma en que se administra y se desarrolla nuestra provincia.
Pocos
recuerdan que el primer distrito municipal creado en María Trinidad Sánchez fue
Matancitas, y que detrás de esa idea hubo una convicción firme de que el Estado
debía acercarse más a la gente.
Mi padre, un
adelantado en la descentralización
Mi padre,
Jesus Vasquez Martinez, fue uno de los primeros en imaginar y promover ese
modelo. Desde su rol en el Senado, defendió la creación de todos los distritos
municipales junto a líderes como Salomón García, Elpidio Rojas, Blanco Ventura,
Ricardo de la Cruz, Marcos Fermín, Wagner José, cuando esa propuesta parecía
demasiado nueva para muchos.
Esa visión
venía influenciada por un gran maestro de la municipalidad, José Francisco Peña
Gómez, quien entendía que la democracia solo se fortalece cuando cada comunidad
puede decidir, gestionar y crecer con autonomía.
Mi padre
asumió esa filosofía con valentía. La llevó al Senado y la convirtió en
proyectos concretos para nuestra provincia.
Nunca olvido
las críticas que recibió cuando dijo que Las Gordas podía ser distrito
municipal.
Que “era una
sola calle”, que “no había gente para eso”.
El tiempo,
como siempre, habló más claro que cualquier opinión: Las Gordas hoy tiene
identidad, gestión y desarrollo propio.
Lo mismo pasó
con Matancitas, con Arroyo al Medio, con Arroyo Salado, La Entrada, El Pozo… y
con todas las comunidades que encontraron en la municipalidad una herramienta
real de progreso.
Imaginar la
provincia sin distritos municipales
Es importante
entender por qué esta visión fue tan decisiva. Basta imaginar un escenario
donde:
• Cabrera tuviera que dar servicios a San
Rafael,
• El Factor atendiera Madre Vieja,
• Nagua llegara hasta Los Orégano o Los
Memizos.
Ese modelo
habría sido insostenible. La provincia creció más rápido de lo que una
administración centralizada podía manejar. Por eso la descentralización no fue
un capricho: fue una necesidad histórica.
Elevar a San
José de Matanzas a municipio no es un salto improvisado; es el paso lógico de
un proceso que inició cuando se crearon nuestros primeros distritos
municipales. Es cerrar un círculo que comenzó cuando algunos, como mi padre,
vieron más lejos que el resto.
Su visión (esa
que muchos criticaron en un inicio) permitió que hoy nuestras comunidades
tengan voz, presupuesto, identidad y un nivel de desarrollo que antes era
impensable.
Y esa misma
visión es la que intentaré seguir para
guiar un mejor futuro para María Trinidad Sánchez

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