Por Milton Olivo
Implementar la sostenibilidad como motor del desarrollo en un paraíso turístico como República Dominicana es de una importancia extraordinaria, pero requiere una colaboración estrecha entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil, además de políticas coherentes, la inversión en infraestructura y fomentar la concientización en la población, son cruciales para aprovechar al máximo este enfoque.
La sostenibilidad puede ser una poderosa fuerza motriz para el
desarrollo de la República Dominicana (RD) en múltiples aspectos. La República Dominicana es un destino
turístico popular, y adoptar prácticas de turismo sostenible puede atraer a un
segmento creciente de turistas que buscan experiencias responsables.
De ahí que debe declararse de alto interés nacional la protección de
nuestras playas, parques nacionales,
reservas naturales, ríos, cañadas, lagunas, etc. Como la construcción de
hoteles y resorts ecológicos que utilicen energía renovable y prácticas de
gestión de residuos. Y fomentar
actividades que respeten y promuevan las tradiciones y la cultura dominicana.
La agricultura es una parte vital de la economía dominicana. Por lo que,
la adopción de prácticas agrícolas sostenibles puede mejorar la productividad y
la calidad de vida rural: Implementando
sistemas de riego más eficientes y tecnologías de captación de agua.
Es imprescindible reducir de forma creciente el uso de pesticidas y
fertilizantes químicos, promoviendo productos orgánicos, los cuales tienen alta
demanda en los mercados internacionales. Lo que se reflejará en mejora de la
salud del suelo y la reducción de la
deforestación.
Sin duda, RD debe seguir apostando al desarrollo de fuentes de energía
renovable, pues es reducir la
dependencia de combustibles fósiles, además que se mejora la seguridad
energética, con la instalación de plantas solares y parques eólicos para
aprovechar el clima favorable del país, e incentivar el uso de residuos agrícolas (biomasa) y de
recursos hídricos para generar electricidad.
Una gestión eficiente de residuos sólidos urbanos -RSU- por parte de las
municipalidades, es crucial para la
sostenibilidad urbana y rural, de ahí la trascendencia del establecimiento de
programas de reciclaje y compostaje para reducir los desechos en vertederos.
Para lo que es vital, y debe ser el inicio de todo, impulsar campañas
educativas para informar a la población sobre la importancia de la gestión de
residuos, con la separación de los residuos en el hogar, y la reducción del
consumo de plásticos.
Debemos promover la incorporación de la sostenibilidad en el currículo
escolar y en programas de formación profesional. E incentivar la formación de técnicos y profesionales en
áreas relacionadas con la sostenibilidad, como la gestión ambiental, la energía
renovable y la agricultura sostenible.
El desarrollo de infraestructuras sostenibles puede mejorar la calidad
de vida y reducir el impacto ambiental, promoviendo construcciones que minimicen el consumo de
energía y recursos e invirtiendo en
sistemas de transporte público eficientes y menos contaminantes.
La adopción de prácticas sostenibles puede diversificar la economía,
dominicana, haciendo que sea menos vulnerable a las fluctuaciones de los
mercados internacionales. Además de que mejora de la salud pública y del
entorno, lo que da como resultado una
población más sana y productiva.
Y sin duda, las políticas sostenibles tienen el potencial de atraer inversiones extranjeras, especialmente
de empresas que buscan prácticas responsables.
Milton Olivo: El autor es egresado de la Universidad ISA.
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