El abogado puertorriqueño Ariel Velez, es testigo de cómo centenares de personas son desalojadas de El Bronx. Crédito: Fernando Martínez | Impremedia
Las historias
de desplazamientos de la clase trabajadora de sus viviendas en NYC, siguen
siendo abrumadoras en vecindarios de mayoría hispana. Pero para quienes aspiran
a vivir de su retiro, el escenario es un abismo.
Por Fernando Martínez/ eldiariony.com
Ante la indetenible tendencia de desplazamientos de los más pobres de algunas localidades de Nueva York, los aumentos de la renta y la agobiante crisis de vivienda asequible, que se cruza con el incremento de la población de la tercera edad en la Gran Manzana, hay escenarios desesperanzadores y concretos sobre las escasas posibilidades de que se puedan mantener en sus vecindarios, las poblaciones de la clase trabajadora, que en algunos años se convertirán en adultos mayores.
El abogado
puertorriqueño Ariel Velez tiene 55 años, de los cuales casi la totalidad lo ha
vivido en la Gran Manzana. En las últimas décadas, se ha dedicado a representar
a familias que deben enfrentar la agonía de los desalojos. Una tendencia que
crece a un ritmo silencioso, en los vecindarios más pobres de El Bronx.
“El gran
problema que veo es dónde van vivir en el futuro las personas que en los
próximos años se van a jubilar y aspiran vivir solamente de esos ingresos, en
una ciudad en donde el mercado inmobiliario se dispara y se convierte en algo
casi exclusivo para quienes tienen ingresos muy altos”, apunta.
Ariel asegura
que en lo personal, tiene previsiones para enfrentar una vejez digna. Pero
admite que lo atraviesa el dolor al pensar que miles y miles de personas de su
generación, no tienen claro qué pasará con ellos, si sigue el ritmo acelerado
de gentrificación en todos los vecindarios de la ciudad de Nueva York. Es
decir, la renovación y modernización de edificios residenciales, que expulsan a
residentes que deben enfrentar aumentos de la renta por cientos de dólares.
En esa cuenta,
entra en una línea mucho más peligrosa, los miles de indocumentados a los
cuales ciertos beneficios del Seguro Social, ni siquiera los toca, y ya entran
en el ciclo vital de menos fuerza productiva.
En los barrios
hispanos, todo es peor
El intrincado
tema de la vivienda de la Gran Manzana, se hace más manejable para las personas
de la tercera edad que viven en los Complejos de la Autoridad Única de Vivienda
Pública (NYCHA) o apartamentos de renta estabilizada o controlada. Quienes
viven en unidades del libre mercado inmobiliario, su estabilidad siempre está
pendiendo de un hilo.
Ya está claro
cómo vecindarios de mayoría hispana como Washington Heights e Inwood, en el
Alto Manhattan, en la última década, los aumentos desproporcionados de la renta
siguen girando “cartas de desalojo” a familias que deben optar por unidades más
baratas en el sur de El Bronx o en el extremo de irse a estados vecinos.
Asimismo,
nuevos datos estadísticos recogidos desde enero de 2023 a la fecha, muestran
que la oleada de procedimientos de desalojos se “mudó” para el condado de la
salsa, como especifica claramente la organización Eviction Lab: En localidades
del este de El Bronx como Jerome Park, con 75% de la población hispana, se
cuentan 3,479 demandas de desalojos.
De igual forma
en Morris Heights, con 66,75% de moradores latinos, se registran en este
periodo de tiempo 4,167 casos de desalojos, significando una de las tasas más
altas de la ciudad.
La historia se
repite en Queens. Específicamente en el código postal 11368 de Corona, una
localidad compuesta en un 74.14% por familias latinas, en la cual se registra
un pico histórico de 1,621 casos de desalojos.
Más claramente
el Centro Urban Future, encontró que los neoyorquinos de 65 años o más
representaron el 16,2 por ciento de la población de la ciudad en 2021, frente
al 12,3 por ciento en 2011.
Y precisamente
todo indica un aumento de adultos mayores inmigrantes, bajo la línea de la
pobreza en localidades de El Bronx, Queens y Brooklyn. Y no es difícil concluir
que el panorama de la aparición de viviendas asequibles no entrará siquiera en
el terreno del optimismo, por lo menos en lo inmediato, para millones de
personas entre 55 y 60 años, que están al borde de iniciar el camino hacia su
retiro o jubilación.
“Ahora nos
sacan de El Bronx”
La dominicana
Teresa Rosario, de 62 años, cuenta que desde que llegó a Nueva York en los años
70 había vivido en Inwood. El edificio en donde residía fue vendido a otro
‘landlord’. El nuevo propietario aumentó la renta antes de la pandemia y se vio
obligada a moverse a Highbridge en El Bronx. El año pasado allí también recibió
avisos de un “ajuste razonable” de $200, para la renovación del contrato de
arrendamiento.
“Pude
enfrentar ese aumento, porque todavía trabajo y mis hijos me ayudan. Pero qué
va a pasar en el futuro cuando me quiera jubilar y mis hijos tengan sus
compromisos. De hecho, ya mismo están pensando en irse a otros estados, porque
aquí solo pueden vivir los ricos dignamente. Con los beneficios de una
jubilación, es muy difícil pensar que se puede rentar un apartamento, inclusive
aquí en El Bronx”, compartió la isleña.
Este condado
tiene la mayor proporción de adultos mayores latinos nacidos en todo el estado.
Este grupo comprende el 41% de los ancianos de El Bronx.
La población
de inmigrantes mayores que residen en el condado de la salsa aumentó un 30%
durante la última década. Mientras que la cantidad de adultos mayores nacidos
en el país se elevó en un 39%.
Ante estas
perspectivas poco claras, sobre la disponibilidad de vivienda asequible,
incluso para jóvenes profesionales, el panorama luce mucho más oscuro para los
adultos mayores y para las personas que están envejeciendo y esperando un
retiro, solamente bajo los números de los beneficios de la seguridad social del
país.
Los desalojos
afectan justamente a los vecindarios más pobres y de comunidades de color, pero
ningún mapa muestra claramente cómo los adultos mayores enfrentan este trauma y
las situaciones violentas, que hay detrás de una notificación, en donde no
quede más que abandonar una vivienda.
¿Pagar la
renta o las medicinas?
En este
sentido, Angel Santini, vicepresidente de proyectos especiales de Acacia
Network una organización que durante más de 50 años, ofrece servicios a adultos
mayores de la Gran Manzana, observa que con más agudeza después de la pandemia,
debe escuchar los testimonios de ancianos que deben escoger entre pagar la
renta o atender sus necesidades médicas.
“Es un grupo
muy vulnerable, que le cuesta mucho balancear su presupuesto, cuando reciben
una notificación de aumento de la renta, así sea un bajo porcentaje. Estamos
viendo de manera creciente cómo nuestros seniors, se están mudando fuera de
Nueva York”, explicó Santini.
Las listas de
espera para esos complejos de “alquiler bajo” son interminables. Literalmente a
una persona se le puede ir la vida, esperando la disponibilidad de un
apartamento de este tipo.
“Afortunadamente
contamos con una amplia red de centros y una gama de servicios comunitarios
totalmente integrados, bilingües y culturalmente competentes, para que esta
población pueda formarse, pueda encontrar información a través de talleres,
tomar decisiones financieras, además evitar las estafas y estén educados para
que puedan ahorrar dinero al participar en algunos programas”, destacó Santini.
“Yo me muero
aquí”
A pesar de un
panorama que en general pareciera desolador, con sus particularidades, otros lo
ven con optimismo. La jubilada puertorriqueña, Sabrina González, de 65 años,
destaca que se crió en Harlem. Aunque sus hijos le insistieron durante la
pandemia, que se mudara con ellos hacia la ciudad de Orlando en Florida,
comparte que el tiempo estuvo allá, “casi se muere del aburrimiento”.
“Con todo lo
complicado, lo caro y lo peligroso que pareciera, es muy duro cuando te
acostumbras a vivir en tu barrio de Nueva York y tienes que irte. Aquí caminas,
tienes todo cerca, tu bodega en la esquina, hay servicios, hay centros de
ayuda, hay programas, hay atención. Yo me muero aquí, como sea y donde sea”,
remata Sabrina quien vive en un apartamento de NYCHA.
Dos datos
sobre los adultos mayores:
1.373.495
personas de 65 años o más viven actualmente en la Gran Manzana.
32% aumentó en
todos los condados de NYC la cantidad de adultos mayores en la última década,
de acuerdo con un reporte actualizado en 2023 por el Center for an Urban
Future.
Hay recursos:
Acacia Network
y sus organizaciones afiliadas han estado comprometidas con mejorar la calidad
de vida y el bienestar para las comunidades latinas en Estados Unidos, a través
de programas integrados de salud y vivienda, y programación innovadora en las
áreas de educación, desarrollo laboral, arte y cultura, entre otras
iniciativas.
Los servicios
de base comunitaria de Acacia Network tienen un enfoque integrado, bilingüe y
culturalmente competente. Para más información, visite: www.acacianetwork.org
Si desea
información sobre cualquiera de los programas de protección para personas de la
tercera edad en la ciudad de Nueva York, llame a Aging Connect al 212-AGING-NYC
(212-244-6469)
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