Por Pablo Vicente
Es evidente el rol protagónico que juegan los partidos políticos en un sistema democrático, nadie cuestiona pese a sus debilidades que los partidos políticos hoy en día juegan un papel fundamental en el fortalecimiento de la democracia, no es posible pensar en democracia sin pensar en partidos políticos.
La Ley 33-18 art. 2
establece que los partidos políticos son aquellas asociaciones organizadas
conforme a la Constitución y las leyes, establece que su alcance será de
carácter nacional, es decir con presencia y representación en todo el
territorio nacional; tienen derecho a presentar candidaturas en todos los
niveles de elección y en todas las demarcaciones incluyendo las del exterior.
Igualmente, en el Artículo
216 establece lo siguiente: “La organización de partidos, agrupaciones y
movimientos políticos es libre, con sujeción a los principios establecidos en
esta Constitución. Su conformación y funcionamiento deben sustentarse en el
respeto a la democracia interna y a la transparencia, de conformidad con la
ley.
Para Giovanni Sartori, un
partido es: “cualquier grupo político reconocido oficialmente, que participa en
las elecciones y que es capaz de postular candidatos para cargos públicos a
través de las elecciones”
Sin embargo, existen
partidos políticos porque existen miembros, los miembros son la base del
partido y su principal vínculo con la sociedad. Además, son votantes leales,
contribuyentes económicos, fuente de nuevas ideas, activistas y potenciales
candidatos a cargos públicos, en fin, son un recurso importante para los
partidos. Por lo tanto, los partidos modernos y exitosos procuran tener una
base de miembros que provengan de un estrato social lo más amplio posible, pero
sobre todo con mecanismos de formación política que garanticen las capacidades
no solo para ganar elecciones si no también para garantizar un buen gobierno.
Un elemento interesante que
contempla la ley nuestra en los referentes a garantizar que se dé la formación
política en los miembros de un partido, en ese sentido el Artículo 11. De la
ley 33-18 cuando plantea que: Contribución a la educación cívica. Los partidos,
agrupaciones y movimientos políticos contribuirán con la formación de los
ciudadanos en materia de educación cívica, manejo de las funciones públicas y
ética.
En ese aspecto la ley es
sabia cuando establece monto que deben ser destinado a los partidos político en
relación a la formación, y en ese sentido el Artículo 38 relacionado al
financiamiento de la formación política en su numeral 1 plantea que la
formación política tiene que ser financiara por un monto no menor al diez por
ciento (10%) de la suma recibida cada año por concepto del financiamiento
público.
Igualmente, el Artículo 35.-
Sistema de educación política. Plantea que: Cada partido, agrupación o
movimiento político reconocido instituirá un sistema de educación política, sin
perjuicio de los programas y proyectos de estudio que desarrolle a través de
sus organismos internos.
Así mismo el Párrafo I, dice
lo siguiente. Los programas de formación involucrarán a los miembros del
partido, agrupación o movimiento político de todos los municipios del país y de
todas las instancias internas.
En ese mismo orden el
Párrafo II es claro y preciso cuando destaca que: La dirección central de los
partidos, agrupaciones y movimientos políticos establecerá cada año un programa
de formación y educación cívica, política y electoral, donde se promuevan los
valores democráticos y la institucionalidad.
Tal y como se puede
apreciar, República Dominicana tiene un marco legal para que los partidos
políticos desarrollen acciones que garanticen y promuevan la formación política
de sus miembros y militantes.
Estoy convencido que la
creación de programas de capacitación política puede ser una salida para la
apremiante necesidad de modernizar los partidos y garantizar y promover la
democracia interna en los partidos políticos.
En la democracia moderna y
representativa como la que predomina, los partidos, sus dirigentes y sus
miembros deben enfrentar constantemente nuevos temas y cuestiones relacionada
al ámbito político y social; tomar posicionamiento con respecto a los
acontecimientos políticos cotidianos y al cambio social en general. Por ello es
indispensable que los partidos tomen las precauciones necesarias para preparar
a sus representantes y miembros para poder enfrentar los desafíos y para poder
asumir responsabilidades dentro y fuera del partido.
La formación política dentro
del partido es particularmente exitosa cuando se incluyen por lo menos tres
elementos en la formación que me parece importante desarrollar: 1-Enseñanza de
los valores y principios básicos del partido, 2-Comprensión de los temas
específicos tales como política municipal, política económica, política social,
entre otras y 3- La preparación para el trabajo propiamente político dentro del
partido y para asumir funciones políticas, que permita a los partidos político
ganar elecciones. En resumen, crear una base sólida en cuanto a la ideología
del partido, preparación para ser exitoso en la labor político electoral y
preparación para una gestión eficiente en la administración de lo público.
Como se puede apreciar los
partidos políticos tienen un gran desafío por delante y que desde la formación
política puede contribuir a que los partidos sean más transparentes, garanticen
la democracia interna, el relevo generacional y desde luego se refleje en la
elaboración y ejecución de políticas públicas que garanticen derecho y
bienestar social.
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