Hediberto Pichardo.MA/Historia, educación y otros temas
Situado en la parte oriental de la isla de Santo Domingo, también llamada La Hispaniola o Española, con casi 49 mil kilómetros cuadrados, con un clima tropical, con importantes recursos naturales, pero sin lugar a dudas su recurso mas importante: su gente, la República Dominicana cuya independencia fue
proclamada el 27 de febrero de 1844.El
18 de marzo de 1861 pierde su independencia al ser anexada al reino de España
por el brillante general, héroe de varias batallas: Pedro Santana, el mismo que
en la actualidad sus restos reposan en el panteón nacional junto a los grandes
hombres y mujeres. Una gran parte de la población, aquella que tenemos
conciencia histórica vive esperando que un día, legisladores con sentido
patriótico decidan de una vez y por todas sacar sus restos de ese sagrado lugar
del asesino de nuestra inolvidable María Trinidad Sánchez.
Gracias
al arrojo de hombres y mujeres valientes se logró la restauración de la
república en 1865.
Luego
de 51 años de vida republicana, en 1916 nueva vez perdimos la soberanía al ser
ocupado nuestro país por los marines de los Estados Unidos. Dicha ocupación
duró 8 años y concluyó en el 1924.
Durante
31 años 1930-1961 fuimos gobernados por el dictador Trujillo, que a fin de
cuentas hizo más cosas negativas que las buenas.
Desde
la proclamación de la independencia en 1844, la nación fue gobernada por
presidentes en su mayoría autoritarios, entreguistas y corruptos con raras
excepciones: la de Ulises francisco Espaillat en 1876, la de Gregorio Luperón
en 1879 y el de Juan Bosch en 1963. Los tres gobiernos de corta duración para
desgracia de la nación.
Este
país, bendecido por Dios, un pueblo creyente, ha sido desdichado al ser
administrado por gobernantes que solo se han preocupado por llenarse los
bolsillos de dinero y sumir la nación en el subdesarrollo.
Hay
países ricos de gente pobre y países pobres de gente rica. La República
dominicana pertenece los primeros. Japón pertenece a los segundos.
La
corrupción en todos los niveles público y privada ha impedido que este país
rico, una inmensa mayoría viva en condiciones de pobreza.
El
sistema educativo dominicano, pese a que se le ha otorgado el 4% del PIB para
su financiamiento no termina de despegar y cuando nos miden en pruebas
internacionales sacamos las peores calificaciones. Como dijera un político: el
dinero no lo es todo para que haya mejoría en la educación dominicana. Hace
falta planificación y ejecución, pero también voluntad política.
Los
españoles se establecieron en la isla a partir de 1493, luego del segundo viaje
de Cristóbal Colón y precisamente los colonizadores se inclinaron hacia la
parte oriental, la que hoy es República Dominicana, para fundar las ciudades y
villas más importantes.
Desde
la época de la colonización española se ha estado extrayendo oro y otros
minerales del rico suelo de esta nación bendecida por Dios, pero ahora es que
hay oro y prueba de ello es que esta establecida en el país la Barrick Gold,
que es la empresa minera más poderosa de todo el globo terráqueo. Pero la
realidad es que contar con esos ricos yacimientos mineros no se ha traducido en
progreso para la nación. En vista de subdesarrollo en que se encuentra el país,
nuestros recursos mineros deben ser explotados por multinacionales, a quienes
les ha tocado la mayor tajada.
En
las provincias elegimos representantes que no crean leyes para el desarrollo,
en campaña no presentan propuestas creíbles, más bien usan recursos económicos
para comprar el voto de aquellos infelices que son doblemente pobres.
La
panacea para solucionar estos males consiste en estudiar, en preparar mejores
recursos humanos, gentes que tenga conciencia histórica, respetuoso de los
derechos de los demás y cumplidores de sus deberes.
La
educación en la antigua Grecia era para formar buenos ciudadanos. La nuestra
debería ser para lo mismo.
Cuando
tengamos una nación con buenos niveles educativos, la corrupción no tendrá
cabida en ningún lugar y el país dejará de ser desdichado. Con las riquezas que
tenemos la población vivirá en mejores condiciones para alegría de todos.
Los
políticos corruptos han convertido este país rico en desafortunado.
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