Hediberto Pichardo.MA
Cuando nació, sus padres vivían en unión libre, por eso fue bautizado como Francisco del Rosario Sánchez, donde Rosario que era el primer apellido de su madre figuraba como su primer apellido. Luego que su tía María Trinidad Sánchez convenciera a su hermano Narciso de que se casara con Olaya, entonces pasó a llamarse Francisco del Rosario Sánchez del Rosario, el primer Rosario se convirtió en su segundo nombre, para de esta manera pasar Sánchez, que era el primer apellido de su padre, a ser su primer apellido. Era de origen humilde a diferencia de sus compañeros fundadores de la trinitaria.
Fue
de los pocos miembros fundadores de la trinitaria que no era de piel blanca.
Formó
parte del segundo grupo que se reunió junto a Duarte en horas de la tarde para
formar la sociedad secreta la trinitaria el 16 de julio de 1838.
Dentro
de los méritos por lo que se considera un padre de la patria están: acompañó a
Duarte en la formación de la trinitaria, quedó al frente de los trabajos
conspirativos en 1843 cuando el líder tuvo que abandonar el país y fue la
figura clave en los preparativos de la proclamación de la independencia de la
Republica Dominicana el 27 de febrero de 1844. También a esto podemos agregar
que le correspondió iniciar la resistencia frente a la anexión a España en
1861.
Se vinculó
a Báez, de manera coyuntural, pero siempre se opuso a este cuando de pisotear
la independencia del país se tratara.
Parece
ser que el interés de luchar por la libertad la heredó de su padre, quien llegó
a participar en la conspiración de los Alcarrizos contra Boyer.
Dentro
de su formación hay que destacar que aprendió inglés y latín, fue autodidacta y
llegó a ejercer la función de abogado, además de barbero.
Él
fue uno de los que encabezó el derrocamiento de las autoridades haitianas en
Santo Domingo en el 1843.
Cuando
la persecución por parte de Herard en 1843, no pudo salir del país como lo
hicieron Duarte y otros miembros de la trinitaria, pues cayó enfermo, se ocultó
por un tiempo, participó en la simulación de su muerte para despistar a los
haitianos.
Tras
la vuelta de Herard a Haití, Sánchez asumió la dirección de la trinitaria.
Consciente de que sin el apoyo de otros sectores sería imposible la
proclamación de la independencia fue uno de los artífices de la alianza con el
sector de los conservadores dirigidos por Bobadilla y Pedro Santana. Él fue el
ideólogo del famoso manifiesto del 16 de enero de 1844 donde se llamaba a los
pueblos del país a independizarse de Haití, en el mismo se señalaban las
razones que hacían viable la separación del país opresor. Aunque Bobadilla más
tarde señaló que dicho manifiesto había sido de su propia autoría, pruebas
evidencian el rol principal de Sánchez en la elaboración de este.
Ya
hemos señalado que dirigió a los trinitarios la noche de la proclamación de la
independencia. Tras dicha proclamación se formó una junta central gubernativa
en la que él fue designado como presidente, pero cedió esta posición a Tomás
Bobadilla.
Presidió
la segunda junta central gubernativa tras el golpe de Estado dado a Bobadilla
por su interés en ejecutar el plan Levasseur en el que buscaba el protectorado
francés a cambio de ceder la bahía y península de Samaná.
Su
mandato al frente de esta junta fue muy breve, pues Pedro Santana dio un golpe
de Estado y Sánchez junto a otros trinitarios fue expulsado del país. Enviado a
Irlanda, desde allí se trasladó a Estados Unidos y de esta nación se desplazó a
Curazao donde permaneció hasta poder volver al país en 1848 gracias a la
amnistía concedida por el presidente Manuel Jiménez.
En
Curazao, para poder sostenerse ejerció de maestro de español y tuvo una hija.
Cuando
regreso al país en 1848 fue nombrado por Jiménez comandante en armas de Santo
Domingo. Tras la caída de Jiménez por obra de Pedro Santana se retiró de la vida
política y se dedicó al ejercicio del derecho. En 1849 no tuvo más remedio que
aceptar ser designado por Santana como procurador fiscal de Santo Domingo.
Dentro de su ejercicio en dicha posición le tocó ser acusador de Antonio
Duvergé, este es uno de los episodios de su vida que ha sido altamente
cuestionado.
Otro
hecho que hizo que muchos denotaran su figura lo fue la publicación en 1853 de
un artículo, amnistía, donde exaltaba la figura de Santana.
Fue
seguidor y colaborador de Báez, pues debemos tener presente que Santana había
ordenado fusilar a su hermano Andrés y a su amada tía María Trinidad.
Su
simpatía por Báez la inició en 1853 cuando Santana deportó al primero. De
hecho, participó en una conspiración en 1855 contra Santana y a favor del
retorno de Báez.
En
el segundo gobierno de Báez 1856-1858 fue designado por este como gobernador y
comandante de armas de la provincia de Santo Domingo. Él fue uno de los que
dirigió la defensa de Santo Domingo durante la guerra civil de 1857, mal
llamada revolución cibaeña, hecha contra Báez por la estafa que este les había
hecho a los comerciantes de tabaco del Cibao.
Su
lealtad al caudillo azuano desapareció cuando tras la proclamación de la
anexión, el decidió combatirla, mientras que Báez permaneció indiferente y al
final se identificó con los españoles.
Sintiendo
que no podía ser indiferente a la anexión a España, decide retornar al país,
entrando por Haití con un grupo de expedicionarios, que contaban en ese momento
(1 de junio de 1863) con el apoyo del presidente haitiano Fabrett Gefrard. Este
mandatario haitiano rápidamente les retiró el apoyo a los revolucionarios una
vez que fue amenazado por barcos españoles que pretendían atacar Puerto
Príncipe.
Sánchez
y su grupo fueron emboscados por Santiago de Óleo, que antes lo había apoyado,
en la loma Juan de la Cruz, cerca de Hondo Valle. Fue capturado, pudo haber
escapado en el ataque, pero prefirió no abandonar a sus compañeros.
En
una farsa de juicio sumario fue condenado a ser fusilado el 4 de julio de 1861
en San Juan de la Maguana.
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