Meghan
Hast contó cómo el mega productor de Hollywood se convirtió en un “depredador
sexual” que abusaba de actrices y personal haciendo uso de su poder
Harvey
Weinstein ingresa a la Corte Criminal de Manhattan para escuchar los alegatos
de apertura en el juicio en su contra por violación y abuso sexual (Reuters)
Un
silencio sepulcral se apoderó este miércoles de una de las salas principales
del Edificio de la Corte Criminal de Manhattan. Allí, autoridades, jurados,
testigos, abogados y público escucharon los detalles de cómo Harvey Weinstein
-67 años y uno de los mayores productores de la historia de Hollywood- abordaba
a sus víctimas para poseerlas a la fuerza y a cambio de promesas de trabajo.
Muchos de los presentes habrán hecho un esfuerzo para intentar mantener sus bocas
cerradas pese a la sorpresa.
Es
que la fiscal del distrito Meghan Hast lanzó escabrosos detalles de cómo
Weinstein abusaba de actrices y empleadas que lo visitaban para mantener
reuniones de trabajo. “La evidencia mostrará que este hombre es un depredador
sexual y un violador", dijo la funcionaria neoyorquina en su alegato de
apertura.
En
el recinto estaban algunas de sus víctimas, una de ellas por teleconferencia.
“Finalmente, después de todos estos años, estas tres mujeres harán oír su voz”,
dijo Hast en referencia a las actrices que denunciaron al magnate de la
industria del cine y la televisión. Pero la fiscal no se quedó sólo en
referencias genéricas. También explicó cómo fue la maquinaria de abuso que
empleó el productor durante sus años de reinado, de acuerdo a The New York Times.
Una
de quienes testificarán es Annabella Sciorra, actriz en The Sopranos, una de
las series más renombradas de los últimos 30 años producida por Weinstein. Se
espera que la artista preste declaración y genere un nuevo cimbronazo en la
industria. Ella fue una de las tantas mujeres que padeció el desaforado
instinto sexual del “titán de la industria”, como lo definió Hast ante el
jurado.
La
fiscal adjunta de distrito Meghan Hast es vista en el Tribunal Penal de Nueva
York mientras asiste al juicio por agresión sexual del productor de cine Harvey
Weinstein en el distrito de Manhattan de la ciudad de Nueva York, este 22 de
enero (Reuters)
La
fiscal adjunta de distrito Meghan Hast es vista en el Tribunal Penal de Nueva
York mientras asiste al juicio por agresión sexual del productor de cine Harvey
Weinstein en el distrito de Manhattan de la ciudad de Nueva York, este 22 de
enero (Reuters)
La
primera vez que Weinstein violó a Sciorra fue luego de que compartieran un
trago en un bar irlandés en Lowe Manhattan. Luego de unos tragos, la llevó a su
apartamento pero logró entrar por la fuerza al mismo. Una vez dentro, la
condujo a su habitación, la empujó contra la cama, sujetó sus brazos sobre su
cabeza y la violó. Durante años la persiguió y cada vez que se cruzaban en
algún show o evento social, intentaba abusar de ella. “Vivía bajo terror”, dijo
Hast.
Hacia
1993, en Francia, durante el Festival de Cine de Cannes, Sciorra, Sciorra vivió
otra pesadilla. Ella y Weinstein fueron ubicadas en habitaciones vecinas en un
hotel después de que ella coprotagonizara una película distribuida por la
antigua compañía del acusado, Miramax. Sciorra, dijo la fiscal, “lo encontró en
ropa interior con aceite de bebé y una cinta de película” en la puerta de su
cuarto. Nadie lo había invitado pero el hombre se apareció sin más.
“Pasaron
25 años hasta que pudo revivir la pesadilla y contar su historia”, dijo Hast
sobre Sciorra, cuyas acusaciones se consideraron demasiado antiguas para
respaldar cargos criminales. Sin embargo, podrá testificar. “Harvey Weinstein
siguió siendo una figura más grande en Hollywood, con poder y conexiones para
silenciar a Annabella”, agregó la funcionaria pública de Manhattan.
Hast
también reveló que Weinstein se inyectaba medicación en sus genitales para poder
tener erecciones antes de sus ataques sexuales. En otra oportunidad, forzó a
una tercera mujer -actriz- para que tuviera sexo con él y su asistente bajo un
macabro “consejo”: “Así es cómo funciona la industria”.
Weinstein
enfrenta cargos por haber violado a una aspirante a actriz en una habitación de
hotel de esa ciudad en 2013 y forzado a tener sexo oral a una asistente de
producción, Mimi Haleyi, en su apartamento TriBeCa en 2006. El caso de Sciorra
prescribió y no será tenido en cuenta como una imputación más. Sin embargo, su
declaración contribuirá para concluir en el patrón de predador sexual del
acusado.
Haleyi
conoció a Weinstein en otro Festival de Cine de Cannes. Fue en 2006. Empezó a
trabajar de inmediato como asistente de producción del programa Project Runway,
solventado por el magnate de la industria. Durante meses, el poderoso hombre la
presionaba con viajes a París y Los Angeles. Una vez, en su apartamento, él la
violó forzándola a hacerle sexo oral. En otra oportunidad en un hotel en TriBeCa
-un área urbana de Nueva York- la atacó dejándola “allí sin emociones, como un
pez muerto”, de acuerdo a lo expuesto por Hast.
La
fiscal de distrito Meghan Hast señala a Harvey Weinstein durante su juicio por
agresión sexual cuando la acusadora Mimi Haleyi aparece en la pantalla mientras
el juez James Burke preside en el Tribunal Penal de Nueva York en el distrito
de Manhattan este 22 de enero de 2020 (Reuters)
La
fiscal de distrito Meghan Hast señala a Harvey Weinstein durante su juicio por
agresión sexual cuando la acusadora Mimi Haleyi aparece en la pantalla mientras
el juez James Burke preside en el Tribunal Penal de Nueva York en el distrito
de Manhattan este 22 de enero de 2020 (Reuters)
La
tercera víctima de Weinstein -cuyo nombre no se hace público para resguardarla-
tenía 25 años cuando conoció al “titán” en Los Angeles. Se mudó allí desde un
pueblo evangélico del estado de Washington para hacer carrera en la industria
cinematográfica. Años más tarde volvió a cruzarse con el denunciado y aceptó
verlo en una habitación de hotel donde le dio un masaje. Pero en una reunión
posterior, Weinstein la besó a la fuerza, abrió sus piernas y le practicó sexo
oral sin su consentimiento. Pese al abuso, “intentó mantener una relación” para
no perjudicar su carrera artística, según contó Hast.
Pero
el 18 de marzo de 2013 tocó fondo. Ese día, la actriz se reunió con el dueño de
Miramax para desayunar en el hotel Doubletree en Manhattan. Estaba emocionada y
llena de ilusión: era su primer viaje a Nueva York. Fue entonces, dijo la
fiscal que Weinstein la violó en su habitación después de inyectarse un
medicamento para la erección en su pene. Ocho meses después, Hast le contó al
jurado que el acusado volvió a violarla, le arrancó los pantalones y abrió las
piernas violentamente.
En
ese segundo ataque, palabras cínicas de justificación brotaron de la boca del
depravado. Weinstein le dijo a la actriz: “Simplemente te encuentro tan
atractiva. No pude resistirme a ti". La joven estaba aterrada e indefensa
a su lado.
Otra
de las actrices que se sentará frente al jurado también explicará lo que
padeció. Hast adelantó su declaración. Relatará que una vez más en TriBeCa
estaba frente al depredador conversando sobre una película y su futuro en el
cine. Sentado a su lado, la penetró con sus dedos contra su voluntad. Luego
Weinstein exigió que tuviera relaciones sexuales con él y su asistente en un
hotel en Midtown Manhattan a cambio de desempeñar roles en tres de sus
películas.
Otra
artista -que trabajaba como camarera en un salón de cócteles que frecuentaba el
mega productor- testificará que la agredió sexualmente después de invitarla a
su apartamento TriBeCa para una reunión de negocios, según contó la fiscal. Una
siguiente testigo -una joven modelo de Pensilvania- se reunió con él en 2013 en
un bar del hotel. El empresario la llevó a una habitación de hotel, donde se
masturbó mientras le tocaba sus pechos.
El
abogado de Weinstein, Damon Cheronis, expuso por su parte que todos los
encuentros de los que se hace referencia fueron “consensuados”. Para eso
mostrará al jurado correos electrónicos en los que intentará comprobar que la
relación que su defendido mantenía con las denunciantes era “amistosa”.
“Ustedes están aquí para llegar a la verdad", dijo el defensor a los
jurados. “La verdad es que no había nada de no consensual al respecto”. infobae.com
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