El
terremoto de 2010 dejó en ruinas gran parte de la infraestructura de Haití.
Sismos
devastadores, giros políticos históricos, muertes de carismáticos líderes,
protestas desbordadas… América Latina termina una década llena de historias de
gran impacto en la región.
BBC
Mundo te cuenta cuáles fueron algunos de los acontecimientos más relevantes de
los últimos diez años.
1-
Terremotos mortales en Haití y en Chile
Duró
apenas 10 segundos pero sus consecuencias han persistido durante toda la
década. El 12 de enero de 2010, un sismo de magnitud 7 sacudió Haití.
Esos
breves instantes "elevaron a los haitianos de la categoría 'los más pobres
del continente americano' al primer lugar entre "los más desafortunados
habitantes del planeta'", como escribió entonces Matías Zibell, enviado
especial de BBC Mundo al país caribeño.
Según
cifras del gobierno de Haití, el terremoto ocasionó más de 300.000 muertes
aunque hay estimaciones menores. Era, en todo caso, un cálculo difícil de
hacer, pues las morgues de los hospitales estaban colapsadas y los muertos
tenían que ser rápidamente enterrados en fosas comunes para evitar la
propagación de enfermedades.
La
escasa y endeble infraestructura de Haití colapsó durante el sismo, causando cortes
en el servicio eléctrico así como en las comunicaciones telefónicas y
terrestres.
Se
estima que tres millones de personas resultaron afectadas, de las cuales un
millón se quedó sin vivienda.
Mes
y medio después de lo ocurrido en Haití, un gran sismo sacudió Chile.
Pese
a que allí se registran terremotos con regularidad, el del 27 de febrero de
2010 no fue uno cualquiera.
Con
una magnitud de 8,8 en la escala de Richter, este movimiento telúrico quedó
inscrito como el quinto más poderoso del mundo y tuvo visibles consecuencias en
la geografía chilena: abrió una franja de 500 kilómetros de largo y llegó a
elevar algunos terrenos hasta 2,5 metros de altura en zonas cercanas a la costa
mientras hundió otros suelos en el interior.
El
terremoto desató un tsunami y arrasó localidades enteras. En total, hubo 521
muertos y daños valorados por US$30.000 millones.
El
gobierno chileno estimó entonces que unos 2 millones de personas resultaron
afectadas.
Muchos
edificios sufrieron un daño significativo, incluyendo unas 400.000 viviendas.
2- Muere Hugo Chávez
El
5 de marzo de 2013, el gobierno de Venezuela anunciaba oficialmente la muerte de
Hugo Chávez, el hombre que durante más tiempo había gobernado ese país -14
años- desde el fallecimiento del dictador Juan Vicente Gómez, ocurrida en 1935.
El
excomandante paracaidista, que se dio a conocer tras protagonizar un intento
fallido de golpe de Estado en febrero de 1992, había logrado el poder
finalmente por la vía de las urnas en diciembre de 1998 con la promesa de
erradicar la corrupción y de hacer realidad la llamada "revolución
bolivariana".
Tras
cambiar la Constitución en el año 2000, Chávez vive unos primeros años
turbulentos en el poder, superando un fallido golpe de Estado en el año 2002,
una huelga petrolera en 2003 y un referendo revocatorio en 2004.
A
partir de 2005, sin embargo, acumula un poder inusitado. La negativa de la
oposición a participar en las elecciones legislativas deja a su partido con
mayoría absoluta en el Congreso. Se suma el control chavista de la mayor parte
de las gobernaciones del país.
Entonces,
aupado por un ciclo favorable de los precios del petróleo, gana la reelección
en 2006 e imprime a su revolución un carácter socialista, estatizando numerosas
empresas privadas e impulsando varias iniciativas internacionales como el ALBA,
Petrocaribe y Unasur, con las cuales expande su impronta por la región.
Tras
enmendar la Constitución en 2009, abriendo la puerta a la reelección
indefinida, Chávez parecía tener vía libre para permanecer en el poder por
mucho tiempo.
Esa
posibilidad, sin embargo, fue truncada por un cáncer que le detectaron a
mediados de 2011 y que acabó con su vida.
Pese
a la enfermedad, logró ser reelegido nuevamente en unos comicios presidenciales
anticipados en octubre de 2012 para un nuevo mandato de seis años que empezaba
en enero de 2013 y para el cual nunca pudo juramentarse pues su estado de salud
ya no se lo permitió.
3- Francisco se
convierte en el primer papa latinoamericano
La
renuncia del papa Benedicto XVI, ocurrida el 11 de febrero de 2013, fue un
acontecimiento extraordinario. Un Sumo Pontífice no dimitía desde el año 1415.
Esta
decisión, no obstante, dio paso a algo realmente único: la elección como nuevo
sucesor de Pedro del cardenal argentino Jorge María Bergoglio, quien ese 13 de
marzo de 2013 se convirtió en el primer papa latinoamericano de la historia.
Con
el nombre de Francisco, el nuevo pontífice se destacó por alejarse
deliberadamente de la pomposidad y escoger en su atuendo y en sus actuaciones
un estilo sencillo, humilde, más próximo a los fieles.
Estas
características le hicieron popular entre una parte de la feligresía y le otorgaron
una celebridad propia de una estrella pop.
Al
nuevo Papa, sin embargo, le ha tocado enfrentarse a problemas difíciles como la
reforma de la curia o la respuesta del Vaticano ante los escándalos de abusos
sexuales dentro de la Iglesia católica.
4- Muerte de Fidel
Castro
Cuando
en 2008 -forzado por sus problemas de salud- Fidel Castro abandonó oficialmente
su puesto al frente de la revolución cubana, era el mandatario de la era
moderna que más tiempo había estado en el poder: 49 años.
Aún
pasarían ocho años más, el 25 de noviembre de 2016, hasta su desaparición
física y su definitivo abandono de los hilos del poder.
Castro
fallecía a los 90 años de edad pero su figura seguía despertando las mismas
pasiones que había generado desde que en enero de 1959 entró triunfante con sus
barbudos en La Habana tras la caída del régimen de Fulgencio Batista.
Bajo
su mando Cuba se había convertido en la inspiración y, en ocasiones también en
la fuente de sustento, de movimientos armados en la región.
Fidel Castro, ¿el político
más astuto del siglo XX?
El
carisma de Castro, su elocuencia y la eficaz venta de la imagen de la isla como
un pequeño David que se enfrenta al Goliat estadounidense, le ganaron a la
revolución cubana un lugar permanente en los debates sobre temas
internacionales.
Además,
gracias al apoyo material y armado de la Unión Soviética y a una eficaz
diplomacia que abrazaba las banderas del tercer mundo, Cuba terminó ostentando
un peso geopolítico mayor al que realmente le habría correspondido si fuera
valorada solamente por estándares más tradicionales como su potencial
económico.
Contra
todo pronóstico, una vez derrumbado el bloque comunista y pese a las crecientes
dificultades económicas para la población, Castro supo sortear la nueva
situación, mantener casi intacto el estatus quo en la isla que gobernó con mano
de hierro y, finalmente, dejar el poder en herencia a su hermano Raúl Castro.
5- Paz en Colombia
El
26 de septiembre de 2016, el presidente Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño
Echeverri, máximo líder de la guerrilla de las Fuerzas Armas Revolucionarias de
Colombia (FARC), firmaron un acuerdo en Cartagena para poner fin a un conflicto
armado que superaba el medio siglo y que había causado más de 260.000 muertos,
decenas de miles de desaparecidos, casi siete millones de desplazados e
incontables tragedias personales.
El
pacto era el resultado de cuatro años de negociaciones bilaterales realizadas
en Oslo y en La Habana y le valdría a Santos para ganar el premio Nobel de la
Paz.
El
documento contemplaba varios puntos incluyendo el cese el fuego definitivo y el
abandono de las armas por parte de la FARC, su incorporación a la lucha
política; el resarcimiento de las víctimas, una reforma rural integral y la
creación de un mecanismo de justicia transicional.
El
acuerdo, sin embargo, sufrió un fuerte revés cuando fue rechazado por un escaso
margen de votantes durante un plebiscito realizado el 2 de octubre de 2016. En
consecuencia, el gobierno de Santos recurrió al Congreso para refrendar el
documento.
Tras
su aprobación, los acuerdos de paz han estado sometidos a numerosas tensiones y
han dejado muchos descontentos: desde grupos disidentes de la exguerrilla que
han optado por proseguir con la lucha armada hasta víctimas del conflicto que
denuncian que el vacío dejado por las FARC en el campo colombiano ha sido
llenado por otros grupos como el ELN.
Pese
a ello, son muchos los colombianos esperanzados que creen que el acuerdo de paz
ha abierto una nueva página en la historia de su país.
6- El declive de
Brasil
A
inicios de esta década, Brasil parecía vivir un momento brillante en el
escenario internacional.
El
crecimiento de la economía, aupado por el ciclo favorable de las materias
primas, unido a la activa diplomacia del carismático Lula de Silva parecían
abrirle al país sudamericano un puesto entre las potencias mundiales.
Aunque
Brasilia no lograba ver realizado su sueño de contar con un puesto permanente
en el Consejo de Seguridad de la ONU, sí jugaba un rol destacado en el G20, en
las negociaciones de la OMC y formaba parte del grupo de potencias emergentes
conocido como BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
Sin
embargo, las cosas empezaron a torcerse en torno a 2014, cuando las
investigaciones del caso Lava Jato, considerado como el mayor escándalo de
corrupción en la historia del país, comenzaron a poner tras las rejas a
políticos y poderosos empresarios del país y a hundir la imagen de la petrolera
estatal Petrobras.
A
esto se le sumó otro escándalo de corrupción, este de alcance internacional, en
el que la constructora brasileña Odebrecht había pagado sobornos por centenares
de miles de millones de dólares a numerosos gobiernos de la región para
conseguir contratos.
Por
si fuera poco, la caída en los precios de las materias primas puso fin al
ambiente de bonanza que había vivido el país y aumentó el descontento con el
gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, quien acabó destituida por el
Congreso en un polémico proceso por manipulación de la contabilidad del Estado.
El
propio Lula terminó condenado y encarcelado por corrupción -aunque
recientemente ha recuperado su libertad provisional- en un proceso que sus
seguidores consideran como motivado políticamente pero que, para sus
adversarios, solamente es una muestra de los malos manejos de los gobiernos del
Partido de los Trabajadores (PT).
La
caída del PT de Lula abriría el camino para la llegada al poder del
ultraderechista Jair Bolsonaro.
7- Crisis en Venezuela
Si
los inicios de la década estuvieron marcados para los venezolanos por el trance
que significó la enfermedad y muerte del mandatario Hugo Chávez, los años que
le siguieron no han sido más fáciles.
En
2013, Nicolás Maduro ganó por un margen reducido la presidencia del país en
unas elecciones de resultados cuestionados por la oposición.
Durante
su mandato, los problemas de alta inflación y de devaluación de la moneda que
existían se agravaron notablemente pulverizando el valor del bolívar y
colocando el salario mínimo por debajo de los US$20.
Además,
el país petrolero sufre graves problemas en el abastecimiento de combustible y
en el servicio eléctrico, cuyas fallas han dejado sin luz a gran parte del país
durante periodos prolongados.
En
el plano político, la victoria de la oposición en las elecciones parlamentarias
de 2015 llevó a un conflicto entre poderes en el cual el Ejecutivo y el
Tribunal Supremo no reconocen al Legislativo y viceversa.
Esta
situación se exacerbó a inicios de 2019, cuando Maduro inició un nuevo mandato
como presidente, tras ser electo en unos comicios considerados como
fraudulentos por Estados Unidos y la Unión Europea.
Alegando
la ilegitimidad del mandatario, el presidente de la Asamblea Nacional, el
diputado Juan Guaidó, se juramentó a finales de enero de este año como
"presidente encargado" de la República y llamó al cese de Maduro en
el cargo.
Aunque
ha recibido el apoyo y reconocimiento de más de medio centenar de países,
Guaidó no ha logrado sus objetivos y su promesa de encabezar un gobierno de
transición sigue sin materializarse.
Esta
suma de dificultades han impulsado a más de 4,6 millones de venezolanos a
emigrar de forma masiva, al punto de constituir en este momento la mayor ola
migratoria que haya conocido América Latina en el pasado reciente y la segunda
migración más grande del mundo después de la de Siria, un país que vive una
guerra civil que ya dura casi nueve años.
8- El Chapo Guzmán: el
narco "Houdini"
Durante
la última década, Joaquín Guzmán Loera ha estado incluido en listas muy
exclusivas. La revista Forbes lo incluyó entre las personas más ricas del
planeta, con una fortuna superior a los US$1.000 millones, y las autoridades
estadounidenses pusieron su nombre entre el de los hombres más buscados por la
justicia.
Guzmán,
conocido como "El Chapo", hizo del Cartel de Sinaloa la organización
de narcotráfico más poderosa del continente.
Parte
de su notoriedad, sin embargo, la alcanzó por su capacidad para evadir a las
autoridades.
Su
leyenda empezó la madrugada del 19 de enero de 2001 cuando escapó por primera
vez de una cárcel mexicana. Tras mantenerse prófugo por más de 13 años, Guzmán
fue capturado en un hotel del balneario de Mazatlán, Sinaloa, donde
aparentemente asistía a una fiesta el 22 de febrero del 2014.
Entonces,
fue recluido en la prisión de máxima seguridad de "El Altiplano", en
el estado de México, de donde escapó nuevamente el 11 de julio 2015. Huyó por
un túnel improvisado y provocó un terremoto para el gobierno y la justicia en
México.
Pero
la libertad no duró. El 8 de enero de 2016 volvió a ser detenido en México para
ser extraditado a Estados Unidos un año más tarde.
Allí,
tras casi cuatro meses de audiencias fue condenado a cadena perpetua y fue
recluido en una de las cárceles de alta seguridad más estrictas del mundo.
9- El triunfo de AMLO
en México
En
el caso de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se cumplió a cabalidad el cliché
según el cual "a la tercera va la vencida".
El
1 de julio de 2018, AMLO se impuso cómodamente en las elecciones presidenciales
de México, después de haberse quedado a la puerta de Los Pinos en 2006 -cuando
compitió con Felipe Calderón- y en 2012 -cuando llegó segundo detrás de Enrique
Peña Nieto-.
Así
fue como el conocido exjefe de gobierno de Ciudad de México se convirtió en el
primer outsider de izquierda en ser electo como presidente de ese país.
AMLO
obtuvo la victoria prometiendo hacer un cambio profundo del país -al que llama
Cuarta Transformación-, comparable con lo ocurrido durante la Independencia, la
Reforma y la Revolución, pero con carácter pacífico.
Sus
cambios comenzaron con detalles pequeños pero cargados de mucho simbolismo.
Así, AMLO decidió no vivir en la residencia oficial de Los Pinos y, más bien,
abrirla para que pudiera ser visitada por los ciudadanos; no viajar en el avión
presidencial y ofrecer diariamente una conferencia de prensa a primera hora de
la mañana.
Durante
su primer año en el poder, su gestión ha estado marcada la renegociación del
Acuerdo de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (conocido ahora como
T-MEC) -algo que alaban incluso sus críticos- pero también por difíciles
desafíos como la mayor ola de violencia que haya sufrido el país en su historia
reciente y una economía que se niega a despegar.
10- Ola de protestas
Aunque
las expresiones callejeras de descontento siempre han estado presentes en la
vida política latinoamericana, en este 2019 se produjo una ola muy particular
caracterizada por la repentina irrupción de protestas muy violentas en países
que poco antes parecían muy estables.
Las
primeras expresiones de este malestar ocurrieron en Ecuador, en respuesta a la
aplicación de un paquete de medidas de austeridad por parte del gobierno del
presidente Lenín Moreno, entre las que se incluía el fin de subsidio a los
combustibles.
Tras
12 días de movilizaciones masivas, que pusieron en jaque al gobierno, Moreno
aceptó retirar el aumento del precio de la gasolina y acordó instalar una mesa
de diálogo con los manifestantes.
Por
esas mismas fechas, el aumento en el precio del Metro de Santiago de Chile
detonó la mayor ola de manifestaciones de las últimas tres décadas.
Aunque
tuvieron un carácter mayormente pacífico, la violencia también llegó a
desbordarse en las protestas en Chile al registrarse saqueos y numerosos actos
de vandalismo, ante lo cual el gobierno llegó incluso al extremo de sacar al
Ejército a la calle.
Aunque
a los pocos días el presidente Sebastián Piñera decidió retirar el polémico
aumento de tarifas, las protestas prosiguieron dejando ver que, en realidad, el
malestar desatado se nutría de diversas causas, incluyendo la persistente
desigualdad social.
El
descontento también se desbordó en octubre en Bolivia, donde la polémica en
torno a los resultados de las elecciones con las que Evo Morales buscaba su
reelección para un cuarto periodo presidencial derivó en una ola de protestas.
En
medio de las denuncias de fraude por los resultados que favorecían al
mandatario, los cuerpos policiales iniciaron un paro para no reprimir a los
manifestantes y los jefes militares le "recomendaron" a Morales
abandonar el poder.
Entonces,
el mandatario renunció a la presidencia y viajó rumbo a México, donde recibió
asilo, aunque finalmente terminó residenciándose en Argentina.
El
último país en vivir protestas multitudinarias fue Colombia, en donde diversos
actores políticos y sociales impulsaron en noviembre un paro nacional para
manifestar su descontento en contra del gobierno del presidente Iván Duque.
Al
igual que en el Chile de Piñera, en Colombia las razones del descontento son
múltiples e incluyen posibles cambios en las pensiones y en la legislación
laboral pero también el supuesto incumplimiento por parte del Ejecutivo
colombiano de los acuerdos con las FARC firmados por el gobierno anterior,
encabezado por Juan Manuel Santos.
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