Por AFP
Una
técnica de edición genética conocida como CRISPR ha conducido a importantes
avances en ratones, plantas y humanos, pero hacer que esa tecnología funcionara
en reptiles había resultado imposible debido a diferencias reproductivas
cruciales.
Un
grupo de científicos de la Universidad de Georgia logró superar este desafío y
consiguió con éxito crear lagartijas anolis albinas, que podrían ayudarnos a
comprender mejor los problemas de visión de las personas con albinismo.
“Hemos
estado batallando durante mucho tiempo para averiguar cómo modificar los
genomas de los reptiles y manipularlos, pero nos hemos quedado estancados en el
modo en que se realiza la edición de genes en los principales modelos de
sistemas”, dijo Doug Menke, coautor de un artículo que describió el trabajo
publicado el martes en la revista Cell Press.
Los
principales modelos de sistemas son los organismos comúnmente estudiados en el
laboratorio como ratones, moscas de la fruta y peces cebra.
La
edición genética CRISPR generalmente se realiza en óvulos recién fertilizados o
cigotos unicelulares, pero la técnica es difícil de aplicar a los animales que
ponen huevos. La razón es que los espermatozoides permanecen almacenados
durante mucho tiempo en los oviductos de las hembras y es difícil saber el
momento preciso en que se producirá la fertilización.
Pero
Menke y sus colegas notaron que la membrana transparente que cubre los ovarios
de las lagartijas les permitía ver qué óvulos serían los fertilizados, y
decidieron inyectarles los reactivos CRISPR justo antes de que esto ocurriera.
No
solo funcionó sino que, para su sorpresa, las ediciones de genes afectaron
tanto la línea materna como el ADN paterno y no solo en la primera como habían
previsto.
Pero,
¿por qué eligieron hacer que las lagartijas fueran albinas?
Primero,
dijo Menke, eliminar el gen de la tirosinasa, que cataliza la producción de
melanina y produce albinismo, no es letal para el animal.
En
segundo lugar, los humanos con albinismo a menudo tienen dificultades de
visión, por lo que los investigadores pueden usar a estas lagartijas del tamaño
de un dedo índice como modelo para estudiar cómo el gen afecta el desarrollo de
la retina.
“Los
humanos y otros primates tienen una característica en el ojo llamada fóvea, que
es una estructura en la retina en forma de hoyo que es clave para la agudeza
visual. La fóvea está ausente en los principales modelos de sistemas, pero está
presente en las lagartijas anolis, ya que confían en la visión altamente aguda
para cazar insectos”, dice Menke.
El
equipo sostiene que la técnica también podría aplicarse a las aves, que han
sido editadas genéticamente en el pasado pero utilizando procesos más
complejos.
Desde
que irrumpió en escena hace casi dos décadas, la CRISPR (también conocida por
su nombre completo, CRISPR-Cas9) se ha utilizado para una serie de aplicaciones
revolucionarias: desde reducir la gravedad de la sordera congénita en ratones
hasta crear polémicos bebés humanos inmunes al VIH.
Menke
argumentó que era esencial ampliar el rango de animales en los que se podría
aplicar la técnica.
“Sin
duda, cada especie tiene cosas que decirnos si nos tomamos el tiempo para
desarrollar los métodos para realizar la edición genética”, dijo.
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